Es
de mucha importancia el que vaya creciendo la oposición a la
guerra imperial , que en Inglaterra, Italia, Austria o Nueva York salgan
por miles a la calle a decir NO, que cuatro mil intelectuales estadounidenses
se pronunciaran en contra de las políticas de su gobierno con
el documento "NO EN NUESTRO NOMBRE" frase que acuñaron
las feministas pacifistas de los Balcanes durante la guerra en esa región.
Sin embargo resulta muy preocupante que el movimiento de mujeres mexicano
no sólo ignore que esa frase la instalaron feministas en lucha
contra la guerra sino que además mantenga un silencio que hace
parecer que nuestro aquí, nuestro ahora y nuestro futuro no tiene
relación con lo que iniciará en Irak en los próximos
días, ni estén pensando y actuando para evitar el desastre
que eso va a traer a las vidas de todos y todas y no sólo a los
iraquíes.
Salvo voces aisladas, en nuestro continente y en nuestro
país, la mayoría de las veces pareciera que los discursos
críticos (de intelectuales, políticos y, en nuestro caso,
de muchas intelectuales del movimiento feminista) sobre los objetivos,
contenidos y políticas hegemónicas de la globalización
neoliberal fueran sólo eso: discursos, cuya posible influencia
sólo apunta -en el mejor de los casos- a lo inmediato y/o a lo
local.
Aún las contínuas acciones y participaciones
masivas en los grandes eventos e instituciones internacionales políticas
y financieras -con su legítimo deseo implícito de incidir
en el mundo- han tenido como objetivo directo y principal el lograr
ciertos marcos que permitan amarrar compromisos para posibles políticas
públicas (finalmente siempre negociados por "un interés
mayor" y ligadas a las coyunturas electorales o mediáticas
de los regímenes en turno), dentro del modelo y en el ámbito
local.
Privilegiando los espacios de poder a nombre de la sociedad,
el lenguaje, que es más que comunicación formal, se ha
adaptado a las posibilidades minimalistas de respuesta de los poderosos.
Se ha borrado no sólo del lenguaje sino de los contenidos de
las luchas toda idea que pueda ser vista como radical y que pueda ser
rechazada (patriarcado, imperialismo, militarismo, nacionalismo, etc),
ideas y palabras que en nuestra historia abrieron posibilidades de inteligir
el mundo real y comprender lo que lo sustenta en su miseria.
Así a nombre de la sociedad, o de las mujeres,
se les ha dado la espalda, dejándolas a merced de la ideología
hegemónica, huérfanas de ideas y de conocimientos para
avanzar en otra imaginación de sociedad, en especial a aquellos
enormes deseos de cambio de amplios sectores. Toda proyección
de futuro parece reducirse a tener algunos limitados derechos dentro
del sistema, a tener "paridad" dentro de la miseria moral
y política. La política misma se ha transformado en acciones
puntuales y desligadas, incapáz ya de hacer que las mujeres (y
los hombres) se lean en una realidad global e interactuante. El verdadero
poder de cambio, alguna vez puesto en las mujeres organizadas para romper
los límites de la cultura, se ha reemplazado por un puñado
de expertas temáticas alejadas de las bases y con la mira puesta
en los señores del poder y en sus instituciones. Después
lloramos por la derechización y la despolitización y con
ello por el retroceso de los pequeños y no tan pequeños
avances logrados
Un ejemplo: muchas activistas feministas pelean contra
el embate de las derechas en contra de los avances del género
femenino, pero ¿cuántas de sus líderes y sus voces
públicas han hecho ver con profundidad la relación que
esto tiene con la instalación (antes y después del 11
de septiembre) de la idea religiosa de que el mundo se debate en la
maniquea dicotomía de bien y mal? ¿De que nos habla que
el aborto haya terminado siendo un asunto de abaratamiento de los gastos
de los estados y ya no más un asunto básico de la libertad
de las mujeres? ¿Qué idea de libertad es la que instalamos,
la que puede dar el mini mercado de un micro crédito? ¿cuántas
intelectuales feministas siguen vendiendo la idea de que estamos a las
puertas de verdaderas democracias de género sólo porque
ya aceptan la "perspectiva de género" hasta el mismo
puñado de belicistas halcones que se arrogan el poder total (y
por supuesto, sus obedientes empleadillos nacionales) mientras llevan
al planeta a un estado policiaco, fascistamente bélico, lleno
de guerras "preventivas" y a sus pocas y débiles instancias
multilaterales a la bancarrota ética y política?
La falta de una lectura global, la falta de verdaderas
relaciones entre los problemas cotidianos, la negación a ver
el caracter de las instancias de poder a las que se ha preferenciado,
el caracter de las instituciones para la acumulación del dinero
en cada vez menos y por lo tanto la extensión de la miseria en
cada vez más, los intereses reales a los que sirven las instancias
que algunas pusieron "en la mira", ha causado tanto fracaso
en las estrategias del Movimiento Feminista, que se empieza a sentir
el malestar en muchas corrientes del mismo; un poco más explícitamente
desde el 11 de septiembre del 2001 que no sólo tiró las
torres gemelas sino también la falsa ilusión de que todo
andaba bien y que las estrategias de "empoderamiento" iban
viento en popa. Hasta hemos oido decir a algunas de las líderes
que fueron las más raviosas defensoras, escritoras, teorizadoras
e impulsoras de que todo poderoso se apropie del concepto de género,
que este ya no sirve.
Sin embargo en este malestar, aún hay muy poca
o nada autocrítica y poca claridad sobre si los cambios serán
para hacer más eficiente su política centrada en el dialogo
con el poder, su estrategia del caballo de Troya (que ahora seguramente
tendría que dirigirse directo al Pentágono), o para repensar
el tipo de poder que la sociedad necesita. Lo tremendo para las mujeres
es que estos fracasos, estos estancamientos, no fueron inevitables,
las diversas estrategias, el dilema feminista de por donde reinventar
el mundo, fueron los motivos políticos y las posiciones que causaron
las que ellas mismas llamaron "peleas" en los encuentros del
Salvador y de Chile. Cuando todavía en el El Salvador se quizo
discutir el valor que tenía entrarle al Banco Mundial, eso no
se quizo leer politicamente y se leyó y se difundió como
el deseo personalizado de deslegitimación de la lider que entraría
a esa institución.
Hoy, la situación internacional es de extrema
gravedad. He oido decir que esto es un "feminismo pesimista",
me parece -por el contrario- que negarlo es pararse en un feminismo
ciego y sordo. Pensar (así sea a través del silencio y
la inacción) que el escalamiento del terrorismo internacional
de Estado a traves de sus guerras imperiales, de su imposición
policiaca, de sus aumentos presupuestales para la destrucción,
etc. no son elementos fundamentales en cualquier proyección de
la realidad inmediata y mediata, es como haber creido que el fascismo
no llegaría a cada pueblito alemán y que mientras Hitler
se "empoderaba" más y más, se podía seguir
centrándo la lucha por otra realidad en el diálogo con
su alcalde y en función de algún parcial derecho, en alguna
pequeña alcaldía bávara, solo porque ésta
estaba a muchos kilómetros de Berlín y en esa región
había muchas necesidades inmediatas. Lo urgente puede hacer olvidar
lo necesario.
En los próximos días iniciará una
nueva guerra, aún más peligrosa y "globalizadora"
que las anteriores y con más potencialidad de escalar hasta el
extremo las actuales. ¿Será que en nuestros países
esos sectores que se dicen críticos reaccionarán sólo
hasta que el agua llegue a nuestra casa, será que sólo
entonces harán las relaciones que tanto le urgen a nuestros pueblos
y en espacial a las mujeres, será que sólo entonces el
feminismo, al menos el (los) que se sigue(n) reivindicando como crítico(s),
se acordará que el NO EN NUESTRO NOMBRE es parte de nuestra historia
y necesidad de nuestro futuro? ¿Será entonces que se acordará
que la guerra es parte vertebral de la lógica patriarcal? ¿Será
entonces que se acordará que el concepto de patriarcado fué
y sigue siendo tan importante para entender la realidad y no sólo
de las mujeres? Mientras tanto ¿seguiremos silenciosas dedicadas
sólo a incorporarle perspectiva de género al próximo
programita gubernamental o dedicando enormes esfuerzos para lograr un
miserable y vulnerable 30 por ciento hasta en el Opus Dei; creyendo
que el Banco Mundial puede combatir la pobreza si tiene "perspectiva
de género" o que lograr que se ponga la palabra mujer en
las declaraciones de la sumisa y casi desmantelada Organización
de las Naciones Unidas permitirán los grandes cambios que nuestros
países necesitan? ¿será entonces que nos volvamos
a preguntar qué es la radicalidad feminista y donde quedaron
las bases, las mujeres, la sociedad organizada, esa que necesita otra
realidad y que no va a las conferencias internacionales porque apenas
le alcanza para comer (si es que le alcanza), esa que no trabaja en
una ONG pero que necesita a otras para entender y leer la vida con más
claridad y esperanza, para "empoderarse" no en los gobiernos
ni en la cámara de diputados sino en su ser mujer, esa que intuye
las verdades pero que no sabe como expresarlas o proyectarlas y que
quiere saber más y más, esa a quien su corazón
le dice que ser mujer no es un dato indeferente pero que no encuentra
donde explicarse esto, un real MOVIMIENTO pues, las únicas y
verdaderas "masas críticas" para producir cambios?
Un fantasma recorre a varios de los feminismos, el fantasma
del malestar y de lo estancado. La pregunta que queda es ¿que
harán con ese fantasma? Un fantasma recorre el mundo, el fantasma
de la guerra global. La pregunta que queda es ¿podrá el
pensamiento y la acción crítica abrir caminos para que
esta se vaya al abismo de lo que quizo y no pudo?