Hasta en los espacios
gay se da la lesbofobia. En esos lugares "se tiene preferencia
por la clientela masculina". Una lesbiana no puede pedir una mesa
junto a la pista si no va a consumir botellas: "un gay sí
puede estar solo en una mesa tomando una cerveza, en tanto que si una
lesbiana no pide una botella, se le cambia a otra mesa" dicen en
charla con Triple Jornada Carina, Isaura, Dj-Iqui, Anahí, Chuy
y Vicky, mujeres de entre 24 y 31 años, organizadas en el autonombrado
Comando Lésbico Pernicioso.
Los meseros y demás personal, detallan, "no están
sensibilizados para atender a lesbianas". Incluso de parte de los
taxistas que se encuentran afuera de los centros de diversión,
reciben hostigamiento, les hacen comentarios como: "¿por
qué no les gustan los hombres? ¿alguna vez has tenido
novio? o a lo mejor eres lesbiana porque no te han sabido tratar".
Cansadas de acudir a bares lésbico-gay donde son tratadas "como
bichos raros", organizaron una especie de "complicidad"
para que todas las lesbianas que quieran divertirse un rato y convivir
entre ellas dejaran de ser mal tratadas como, dicen, suele suceder en
el bar El Enigma, "un antro supuestamente para mujeres donde te
sientes como afectada, como una minoría por el trato que te dan.
En el fondo se siente ese puro espíritu de lucro con nuestra
necesidad de espacio".
"Queríamos ir a tomar una chela, oír buena música,
bailar y no había dónde, la única manera de pasarla
bien era organizando fiestas en nuestras casas, pero no cabíamos,
se enojaban los vecinos..."
Por todo ello se organizaron y el último viernes de cada mes
arman un reventón en el Espacio Urbano, un lugar que se encuentra
en la calle de Donceles 80, segundo piso, también compartido
por rockeros y punks, por personas, "marginadas" según
palabras del Comando Lésbico, "gente que sabe lo que es
la discriminación".
Ahí se realizan actividades como tocadas de rock, noches de música
jamaiquina, contraculturales y el último viernes de cada mes,
de manera puntual, "como la menstruación" aparecen
las Comando Lésbico Pernicioso con su celebración en la
que se incluyen "actos creativos".
"Nuestro concepto de fiesta tiene que ver con producción,
con cuestiones lúdicas y culturales, no nos gusta la idea de
que sea como un corral con música", explica animada Carina.
Para ellas tener un espacio de diversión inteligente y "que
no lucre con nuestras necesidades" es algo importante.
Entre semana son historiadoras, escritoras, una de ellas astrónoma,
pero en esta actividad organizativa, agregan, "la paga es el gusto
de saber que las mujeres se la pasaron bien, no importa invertir tiempo,
tener que comprar compactos musicales, porque todo es parte del juego
y del gozo". Por ello invitan a todas las que quieran jugar, bailar
y divertirse sin discriminación, a llegarle cada último
viernes de mes.