Luego de 25 años de rezago, en 1998 se modificaron los contenidos de educación sexual en los libros de texto gratuitos de las escuelas primarias. En una entrevista con la maestra Elisa Bonilla, ese mismo año, la entonces, como ahora, directora de Materiales y Métodos Educativos de la SEP, explicaba a Letra S las principales innovaciones introducidas: la educación sexual se adelanta un año, quinto de primaria en lugar del sexto, se pasa de una visión anatómica de la sexualidad humana a una más integral que contempla los aspectos afectivos, sociales y éticos. Se habla de aparato sexual en lugar de aparato reproductor, se introducen las nociones de equidad de género y el respeto a sí mismos y a los demás, entre otros aspectos. Cuatro años después, le pedimos a la maestra Bonilla una evaluación de esos cambios, no sin antes dar una explicación de por qué se consideró "urgente" introducirlos.

"En los cinco lustros transcurridos desde la inclusión, por primera vez, de la educación sexual en las aulas, han tenido lugar en México profundas transformaciones sociales, culturales y en el campo de la salud", explica la maestra Bonilla, y enumera algunas de ellas: "la erosión de las pautas y valores tradicionales de la familia y la sociedad en materia de sexualidad"; mayor información sexual en los medios de comunicación de manera "explícita, predominantemente distorsionada y agresiva"; "un descenso, en la tendencia estadística, de las edades en que los jóvenes tienen su primera relación sexual"; "el creciente número de embarazos adolescentes y no deseados"; y los mayores riesgos de salud asociados a la sexualidad, como el sida. En cierto sentido, añade, "esto obligó a la emergencia de una acción educativa en relación con la sexualidad". Porque, de otro modo, advierte la funcionaria de la SEP, si la escuela y la familia no asumen su papel educador con seriedad, "la niñez y la juventud quedan a merced de la información que obtienen azarosamente de la televisión y publicaciones de bajo costo, de la pornografía expuesta sin control, de las versiones que se transmiten entre sí jóvenes y niños y de las que les comunican otros adultos, que con frecuencia no tienen la información adecuada y a veces tampoco una actitud sana".
 
 

Capacitar a docentes y progenitores

Al año siguiente de la modificación de los libros de Ciencias Naturales de quinto grado, que suscitó polémicas, aunque menores a las esperadas, se cambió el de sexto grado. Las interrogantes y expectativas giraban en torno a si se incluirían temas más polémicos como los métodos anticonceptivos, el condón, el sida y la masturbación, que no habían sido incluidos en el de quinto grado. De esos temas, sólo el sida y el condón se tocaron, los demás se dejaron para los grados posteriores. En cuanto al sida el libro de sexto grado dice: "El SIDA se contagia (sic) al tener relaciones sexuales con una persona infectada por el VIH, razón por la cual las personas adultas que están en edad de tener relaciones sexuales (sic) deben ser responsables en el ejercicio de su sexualidad". Y para prevenirlo se recomienda: la fidelidad, la monogamia, la abstinencia (no mencionadas con esas palabras) y el uso del condón.

En cuanto al nivel secundaria, se sustituyeron las asignaturas de Civismo y Orientación Educativa por la de Formación Cívica y Ética. En dicha asignatura que se imparte en los tres grados de secundaria se revisan temas relacionados con la sexualidad humana, "a fin de favorecer a la toma de decisiones responsables".

En la materia de Biología, también se abordan otros temas de sexualidad como los aspectos fisiológicos y anatómicos de los aparatos sexuales, la relación sexual, los métodos anticonceptivos y las enfermedades de transmisión sexual. "Debemos aspirar a que los niños, las niñas y los jóvenes lleguen a ver la sexualidad con la actitud natural con la cual se desarrollan los demás campos del saber y de la vida", sostiene la maestra Bonilla.

La enseñanza de la salud sexual se refuerza con libros y cursos de capacitación dirigidos al profesorado. Y este es uno de los rubros donde se ha tenido mayor avance, según la funcionaria de la Sep. De esta manera, se han elaborado los Libros para el Maestro, que incluyen apartados sobre sexualidad, diseñados para favorecer el uso adecuado de los libros de texto gratuito. A maestras y maestros se les imparten los cursos nacionales de actualización "La enseñanza de las Ciencias Naturales en la escuela primaria" y "La enseñanza de la Biología en la escuela secundaria", donde se dedica una unidad al estudio de la sexualidad humana. "El desarrollo de actitudes y valores en la educación sexual constituye un proceso lento, gradual y complejo", explica la funcionaria de Educación, por lo que, prosigue, se pide al profesorado adapte las lecciones del libro al contexto específico de la comunidad en que labora, trate los temas con naturalidad y seguridad, evite exteriorizar e imponer sus juicios personales, propicie el respeto y la seriedad, sin establecer separaciones por sexo a la hora de realizar las actividades y de abordar los temas.

Las madres y los padres de familia también se incluyen en la capacitación. Hay que recordar que uno de los argumentos conservadores en contra de los nuevos contenidos sobre sexualidad en los libros de texto, fue precisamente que la Sep no podía "usurpar" el lugar de los padres de familia en la educación sexual de sus hijos. Quizá por ello también se ha producido una serie de libros dirigidos a ese sector. Los más recientes son las controvertidas Guías para padres de familia ("Aprender a vivir juntos", "Aprender a conocer y hacer" y "Aprender a ser"), elaboradas por las fundaciones Televisa y Vamos México (encabezada por Marta Sahagún), y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (dirigido por Elba Esther Gordillo, secretaria general del PRI).

De acuerdo con la maestra Bonilla, las madres y los padres de familia han mostrado buena disposición para acudir a los talleres sobre educación sexual diseñados para ese sector y que se brindan durante todo el ciclo escolar. Ello se debe, explica, "a que en estos mismos sectores existe un vacío de información que necesita ser colmado. Incluso muchas de las madres de familia han admitido no sentirse suficientemente preparadas para hablar de estos temas con sus hijos, por lo que han agradecido la intervención del gobierno".
 
 

Prematuro hacer una evaluación

A la pregunta sobre la existencia de algún estudio donde se evalúe el grado de apropiación de los conocimientos adquiridos por niñas y niños, Elisa Bonilla responde que el logro educativo de este tipo de contenidos en más del orden "actitudinal y valoral", por lo que no se puede evaluar de manera "tradicional", es decir, "mediante instrumentos y criterios de evaluación escritos, sino mediante la puesta en práctica y la actuación congruente, en situaciones extraescolares y cotidianas, de este tipo de saberes". Asimismo, añade, deberá tenerse presente que la educación sexual no involucra únicamente el estudio en clase de las lecciones que aparecen en el libro de texto, sino que es un proceso permanente resultado de múltiples interacciones. Sin embargo, enfatiza, "los libros de texto pueden ser un elemento de apoyo para las familias, que favorezcan la comunicación, porque generalmente la regla que predomina en la relación de las madres y los padres respecto a la información sexual es el silencio".

Para la maestra Bonilla, aún es prematuro saber el grado de apropiación y transferencia de la información sexual por parte del alumnado, ya que la primera generación de la escuela primaria que estudió estos contenidos bajo un enfoque integral, apenas egresó de la primaria y se encuentra en la escuela secundaria. Sin embargo, añade, por medio de las cartas que se reciben de parte de alumnos y alumnas, se tienen algunas evidencias del impacto logrado.

Para concluir, la especialista de la Sep, reconoce que a pesar de que se han dado pasos muy importantes, "es mucho lo que falta por consolidar".