A 34 AÑOS DE TLATELOLCO
''Asesino, genocida'', grito unánime en la conmemoración del 2 de octubre de 1968
Más de 20 mil personas declaran a Echeverría culpable de la matanza
La lucha contra el olvido debe continuar, afirman asistentes a la Plaza de las Tres Culturas
ALMA E. MUÑOZ Y JOSE GALAN
El ex presidente Luis Echeverría Alvarez fue sometido ayer, en la plaza de las Tres Culturas, a juicio popular por la matanza del 2 de octubre de 1968. Más de 20 mil manos en alto rubricaron el grito unánime: ''asesino, genocida, culpable''. A 34 años del hecho persiste la demanda de que el ex mandatario y los militares involucrados sean castigados.
Luego de una de las manifestaciones más concurridas de los recientes años en memoria de los caídos del movimiento estudiantil, ex dirigentes del 68, estudiantes, líderes sindicales e incluso representantes de organizaciones sociales, como Rosario Ibarra de Piedra, coincidieron en que la lucha contra el olvido debe continuar hasta sus últimas consecuencias.
Frente al edificio Chihuahua, bajo el balcón donde se encontraban hace 34 años los oradores principales del mitin, los sobrevivientes emplazaron a las actuales autoridades a actuar con diligencia y evitar que los procesos iniciados por la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado en contra, entre otros, del ex presidente Echeverría, del general -hoy en retiro- Luis Gutiérrez Oropeza, jefe del Estado Mayor Presidencial de Gustavo Díaz Ordaz, y del ex procurador general de la República, Julio Sánchez Vargas, ''se hundan en el burocratismo y la negligencia''.
Es hoy el tiempo de la justicia
En nombre del Consejo Nacional de Huelga (CNH), Félix Hernández Gamundi dejó entrever la posibilidad de que, pese a la instalación de ese órgano de justicia, las indagatorias sobre los sucesos del 68, los asesinatos de junio del 71 y 10 años de guerra sucia ''queden impunes. Ni siquiera estamos seguros de que existan las condiciones para que haya justicia en México''.
Agregó: ''Esta es una lucha contra el autoritarismo y la impunidad. Si no somos capaces de romper la impunidad, no habrá transición a la democracia. No habrá futuro en este país. Nos dicen que los delitos ya prescribieron. Eso es falso. Estamos preparados incluso para irnos a las cortes internacionales''. Es hoy, remató, ''el tiempo de la justicia''.
Y fue Leopoldo Ayala, también ex integrante del CNH, quien antes de dar lectura a su poema Yo acuso invitó a los asistentes a levantar la mano para dejar sentado que Echeverría Alvarez es el responsable directo del ''genocidio''. Miles de manos se levantaron y el grito cimbró la atiborrada plaza de las Tres Culturas: ''šculpable!''
La palabra fue cedida a oradores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes hicieron una defensa de la educación pública, laica y gratuita. Se manifestaron contra la pretensión del actual régimen de privatizar la educación y cerraron con las porras de cada una de esas casas de estudios.
Por su parte, José Antonio Almazán, del directorio del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), llamó a la unidad de todas las fuerzas políticas del país para frenar ''la embestida de la derecha neoliberal'', y advirtió al presidente Vicente Fox: ''La patria no se vende. La privatización de la industria eléctrica no pasará'', llamado al que se sumó, machete en mano, Ignacio del Valle, líder de los ejidatarios de San Salvador Atenco.
La movilización partió poco después de las 16 horas del Casco de Santo Tomás rumbo a la Plaza de las Tres Culturas. Al frente, los dirigentes históricos. Atrás, estudiantes del IPN, la UNAM, normales rurales, la UAM -incluido su sindicato- y la Escuela Nacional de Antropología e Historia formaron el grueso del contingente, secundados por el Comité Eureka, el SME, el municipio autónomo de San Salvador Atenco, Vanguardia Mexicana de Personas Afectadas por el VIH y agrupaciones como el Movimiento Popular Independiente y el Frente Popular Francisco Villa.
Fue una marcha multitudinaria. Mientras la vanguardia llegaba al Eje Central Lázaro Cárdenas, la retaguardia apenas rodeaba el Monumento a la Revolución. Al grito de ''2 de octubre no se olvida, es de lucha combativa'', y con pintas al estilo de ''los muertos no silencian la voz del pueblo'', los manifestantes exigieron al Ejecutivo el cese a la impunidad de los inculpados por la matanza y la apertura total de los archivos del 68.
Como primer acto político se detuvieron frente a la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, en avenida Juárez, donde Jesús Martín del Campo exigió al gobierno de Vicente Fox celeridad en el proceso judicial para que las indagatorias ''no se conviertan en mero trámite burocrático''.
Al paso de la manifestación, los comercios cerraron sus puertas. Estudiantes de la Preparatoria Popular Tacuba destruyeron algunas fachadas y rompieron vidrios de establecimientos de comida rápida, sin que la policía interviniera. No obstante, a lo largo del recorrido detuvieron a algunos jóvenes que portaban petardos, lo mismo que a alumnos de preparatoria quienes para asistir al recorrido secuestraron camiones y ocasionaron daños en propiedad ajena.
La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) reportó por la noche que el número aprehensiones era de 120 ''presuntos estudiantes'', quienes fueron remitidos a diferentes agencias del Ministerio Público.
Entre los daños ocasionados por estos actos de provocación se contabiliza la destrucción de vidrios de un Kentucky Fried Chicken; el restaurante Vips de Insurgentes y Antonio Caso; cristales del edificio de Correos, en Eje Central y Tacuba, así como de la sucursal Bancomer ubicada en José María Marroqui y avenida Juárez. Uno de los agresores, Edilberto Martínez Meza, de 21 años, resultó herido en la pantorilla y fue enviado al hospital Rubén Leñero bajo custodia de la Policía Judicial.
Asimismo, el motopatrullero Víctor Manuel Ríos Montiel, adscrito a la delegación Azcapotzalco, fue herido al recibir el impacto de un petardo cuando circulaba en avenida de Las Culturas, por lo que fue trasladado al hospital Mocel.
Para esta ocasión los alumnos de la Preparatoria 7 de la UNAM construyeron un ataúd con el nombre de Gustavo Díaz Ordaz y dos monigotes con los rostros de Vicente Fox Quesada y el rector de la máxima casa de estudios, Juan Ramón de la Fuente. Algunos antiguos cegeacheros -como Alberto Pacheco- enarbolaban banderines del Frente Popular Revolucionario y portaban las fotos de Marx, Engels, Lenin y Stalin para apoyar su consigna de que sólo con la revolución socialista es posible el cambio.
Varios reporteros viales estuvieron a punto de liarse a golpes con algunos estudiantes, quienes les impedían acercarse a la retaguardia de la marcha. Personal del Gobierno del Distrito Federal optó por desviar el rumbo de los informadores para evitar un enfrentamiento mayor al sostenido en un momento dado entre un comunicador de Televisa y un joven.
El corolario de la movilización de ayer fue la colocación de veladoras al pie del monumento a los caídos el 2 de octubre del 68 en la plaza de las Tres Culturas, acto similar al efectuado por la mañana en la explanada de la rectoría de la UNAM.