Castillo, Zamorano (dos), Patiño y Cuauhtémoc
fueron los anotadores
América apaleó 5-1 a un indefenso Veracruz
Carrillo negó haber sido ratificado como técnico
de las Aguilas; "cuando regrese Lapuente me iré"
JORGE SEPULVEDA MARIN
América venció ayer 5-1 al Veracruz, equipo
que nada pudo hacer ante el juego estructurado de su rival, que mantiene
su racha sin reveses en el torneo Apertura.
Los anotadores fueron Hugo Castillo, Iván Zamorano
(dos), Christian Patiño y Cuauhtémoc Blanco, de penal, por
los anfitriones, y el del honor de los escuálidos fue de Martín
Rodríguez.
El
estadio Azteca registró una ocupación menor a la mitad. Se
cumplía el minuto 10 cuando Blanco filtró el balón
a Castillo, quien sólo debió esperar la alocada salida del
portero Antonio Bravo para pasarle el esférico sobre la cabeza y
marcar el 1-0.
Apenas se recuperaban los veracruzanos cuando Christian
Patiño hizo una pantalla que recogió Blanco, quien con serenidad
envió a Zamorano, sin marca; éste sólo apuntó
y anotó el 2-0.
Fuertes estallidos aparecieron ante la complacencia de
la policía que nunca supo de dónde provenían.
Poco antes de finalizar la primera mitad, Duilio Davino
le dio con la rodilla a Rodríguez en pleno estómago y más
tarde Angel Morales logró un disparo de derecha que estrelló
en el poste de Adolfo Ríos.
Para el segundo tiempo salió Manuel Galdames e
ingresó Armando Tavira, quien hizo una jugada de peligro, pero luego
desapareció del terreno del juego por su falta de actividad.
América buscaba el contra taque. Al minuto 66,
Raúl Salinas envió la pelota al centro de área, lo
retomó Blanco, se dio la vuelta para acomodarse, pero prefirió
dársela a Patiño que puso el marcador 3-0.
La siguiente anotación de América fue del
Bam Bam, de derecha, luego Martín Díaz hizo el del
honor por los porteño y cerró Blanco el 5-1, de penal.
Mario Carrillo dijo que su equipo "tuvo la fortuna de
ser contundente" y negó que haya sido ratificado como director técnico.
Insistió en que cuando regrese Manuel Lapuente abandonará
el nido y se irá a su casa, porque así fue como se pactó
desde el principio.
Parco, se negó a recibir halagos por su trabajo
y prefirió mirarse como "un ser humano leal y no el cerebro del
equipo".
El estratega derrotado Hugo Fernández admitió
que su grupo fue inferior, sobre todo por las fallas cometidas y los evidentes
decuidos. Se dijo sereno y seguro de que la directiva del Veracruz lo mantendrá
en el cargo.