Triunfó El Gleason en el Palacio del Arte, en Morelia
Exitos de Aldo Orozco y Joselito Adame en los festejos patrios
LUMBRERA CHICO
El descanso obligatorio de las fiestas patrias y problemas en la edición del martes pasado -primera fecha de La Jornada en su nuevo domicilio de avenida Cuahtémoc 1236- nos obligaron a cerrar muy temprano las secciones de adelanto de este diario, entre las cuales aparece esta página de toros. Por ello fue imposible dar cuenta de los dos festejos que se verificaron el domingo 15 y lunes 16 de septiembre en la Monumental Plaza México, que cerraron la Feria Nacional del Novillero Telmex.
El 15 por la tarde reapareció Aldo Orozco, uno de los prospectos más sólidos en la cuadrilla de Pepe San Martín, y ante dos novillos de la ganadería de San José -General, de 460, e Independiente de 445-, el tapatío refrendó su entrega, valor y clase, cortando la oreja de su segundo enemigo. Atanasio Velázquez dejó una muy buena impresión, toreando espléndidamente con la muleta y dejando al público ansioso de volverlo a ver.
Al día siguiente, ante una muy escasa asistencia, reaparecieron los niños toreros Juanito Chávez, Hilda Tenorio y Joselito Adame, de los cuales, por su indecisión manifiesta, el primero se autodescartó y bien hará en dedicarse a otra cosa. La niña Tenorio, en cambio, estuvo muy torera, valiente, creativa, pero no pudo concretar. Quien por su parte ratificó la impresión de que ha nacido para ser una primerísima figura de los ruedos fue Joselito Adame, el más pequeño del cartel, que estuvo enorme, ésa es la palabra, con el capote, con las banderillas, con la muleta y con el estoque, y volvió a cortar dos orejas y a salir en hombros. Anteayer, sábado, en la plaza de Zacatecas, Hilda y Joselito deleitaron al público norteño, cortando una oreja cada cual y reiterando que, si hay suerte, la vida les permitirá llegar muy lejos.
El sábado 14, por su parte, el grupo Refibra, que capitanea Jorge de Jesús El Gleason y que está dispuesto a dar la batalla contra la dictadura del doctor R., montó un festejo en El Palacio del Arte, en Morelia, que logró hacer una muy buena entrada y complació al público, gracias a una cojonuda faena del polémico matador, que salió a hombros después de cortar tres orejas y un rabo.