REPORTAJE /DESARROLLO
SUSTENTABLE
El tiburón, en riesgo por la norma que regula
su captura
Recomiendan especialistas que se aplique el principio
de precaución
Luego de que se suspendió la entrada en vigor de
la norma 029, que ordena la pesca de los escualos, se ha abierto un debate
sobre los riesgos de la sobrexplotación de los recursos marinos
y la importancia de realizar estudios que permitan su conservación
ANGELICA ENCISO L.
Ante la falta de información sobre el número
de poblaciones de las distintas variedades de tiburón se debe establecer
el principio de precaución, respetar la ley ambiental y proteger
en el mar no sólo a las especies en riesgo de extinción,
sino también a las comerciales, que en su mayoría están
sobrexplotadas, sostienen ambientalistas y expertos de la Secretaría
de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Después de que se suspendió la entrada en
vigor de la norma 029 sobre pesca responsable de tiburón y especies
afines, que se publicó en el Diario Oficial el pasado 12
de julio, los especialistas se aprestan a hacer valer los principios de
conservación en la discusión que se volvió a abrir
sobre esta regulación, al aplazarse para noviembre su puesta en
marcha. Señalan que la norma favorece la sobrexplotación
de un recurso escaso -el tiburón- y la depredación de especies
marinas como ballenas, tortugas, marsopas y hasta mantarrayas.
Además
demandan el cumplimiento de los acuerdos nacionales e internacionales que
México ha suscrito, ya que tan sólo en este año declaró
toda la zona costera como refugio de las ballenas y en la Cumbre de Desarrollo
Sostenible de Johannesburgoavaló el acuerdo sobre pesca responsable
para reducir la sobreexplotación hacia 2015. En contraste, se expide
una reglamentación que va a impedir no sólo la reproducción
de esas especies, sino que incluso amenaza su existencia.
Los principales cuestionamientos que se hacen a la norma
son que permite el uso de redes agalleras hasta de 12 kilómetros
de extensión en toda la zona económica exclusiva y no tiene
límite la captura de fauna de acompañamiento. "Las redes
agalleras, también conocidas como pared de la muerte, se
dejan a la deriva por varios días y ahí quedan atrapadas
tortugas, delfines y ballenas. Son devastadoras", explica Silvia Manzanilla,
asesora de la Semarnat.
Indica que aun cuando es necesario regular la pesquería
en México, existe un gran vacío de información científica
sobre las poblaciones de las diferentes variedades de tiburón, y
alrededor de 40 por ciento de la captura es de ejemplares juveniles que
no se han reproducido, lo cual resta las posibilidades de crecimiento de
la población.
Además, con la norma 029 se favorece el uso de
artes de pesca -las redes agalleras y los palangres- que están prohibidas
en varios puertos de Estados Unidos y en la Unión Europea, con un
agravante: la posibilidad de que se utilicen en las costas, ya que se permite
la captura de las cero a las 50 millas -reservada a la pesca deportiva,
según la Ley de Pesca- "donde se reproducen gran cantidad de especies
en riesgo", advierte la especialista.
Aunque la norma establece vedas en las áreas circundantes
a las zonas de anidación o las lagunas costeras, no toma en cuenta
las grandes rutas migratorias que siguen las tortugas o las ballenas para
su reproducción. "Tan sólo en el golfo de California hay
poblaciones de ballenas azules que se reproducen ahí. Además
están las ballenas de aleta y jorobadas, cachalotes y la vaquita
marina", agrega Manzanilla.
Sin embargo, indica, tiene algunos aspectos positivos,
como que ahora será obligatorio comercializar todo el tiburón
y no sólo las aletas, y que está prevista la prohibición
de usar redes en las lagunas costeras.
Antonio Díaz de León, investigador de El
Colegio de México y ex presidente del Instituto Nacional de Pesca,
señala que la norma viola la Ley General de Equilibrio Ecológico
y además no resuelve los problemas de sobrexplotación y económicos,
además de que no establece límite a la captura de la fauna
de acompañamiento y no se definen restricciones tecnológicas.
"La Carta Nacional Pesquera dice que en el tiburón
no puede crecer el esfuerzo pesquero, por lo que la norma tendrá
que considerar la reducción de la mortalidad de la especie", puntualiza.
Sostiene que el tiburón ya podría ser una especie en riesgo
y tendría que estar clasificado en la norma 059, relativa a las
especies bajo protección especial. Destaca que esta especie es de
gran vulnerabilidad y que hay campañas internacionales de protección,
mientras en México se favorece su explotación.
Por su parte, Juan Carlos Barrera, responsable del Programa
del Golfo de California del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por
sus siglas en inglés), indica también que las artes de pesca
que considera esa norma son "excesivas" y se prevé que operen donde
no están permitidas, como es el caso de la reserva de la biosfera
del alto golfo de California, a pesar de que la ley prohíbe esas
actividades en áreas naturales protegidas.
"Existe
información de que la población de tiburón está
disminuida, ha bajado en los últimos cuatro años. La norma
iba a permitir un incremento del esfuerzo pesquero pasa sacar lo poco que
queda. Cuando lo que se esperaba era que hubiese una moratoria o suspensión
de la pesca de tiburones por dos o tres años", agrega. Recuerda
que hay aspectos de un primer proyecto de 2000 que ya no incluye esta nueva
versión, "se dio un salto para atrás".
Manzanilla menciona que hay al menos dos variedades de
tiburón que deben estar consideradas en la norma 059 y así
prohibir su captura. Se trata del tiburón ballena y del tiburón
peregrino. La norma 029 prohíbe también la captura del tiburón
blanco, del pez sierra y de mantarrayas gigantes.
El WWF propone que se establezca un programa de pesca
experimental con un número limitado de embarcaciones de pequeña
y mediana altura, con observadores a bordo para probar las especificaciones
de aplicación propuestas en la norma por un periodo de dos o tres
años; establecer máximos de captura incidental para el tiburón
y especies afines; prohibir la pesca en embarcaciones de mediana altura
y la utilización de todo tipo de palangres en la franja de 50 millas
náuticas y en todo el golfo de California.
La Semarnat propone que se aplique el principio de precaución,
porque no hay información suficiente sobre las poblaciones de tiburón,
y que se regionalice el mar para normar la actividad pesquera.