El Pentágono ya comenzó la elección de objetivos
La resolución que pretende Bush en el Congreso no se limita a Irak
AFP Y PL
Washington, 22 de septiembre. El gobierno de Estados Unidos planea una guerra relámpago en Irak, concentrada en el presidente Saddam Hussein y su entorno, publicó hoy la prensa, mientras varios congresistas manifestaron su apoyo a una campaña militar, con o sin respaldo de la Organización de Naciones Unidas.
En este contexto, el senador Carl Levin advirtió que el proyecto de resolución que el presidente George W. Bush sometió el pasado jueves al Congreso, en el que pide más poderes para atacar Irak, es "demasiado amplio. No hay límites para los poderes presidenciales".
El proyecto de resolución que busca derrocar a Saddam Hussein aun sin el respaldo de la ONU, "ni siquiera se limita a Irak", señaló el líder demócrata de la Comisión de las Fuerzas Armadas en el Senado, quien consideró que la resolución no debe ser aprobada en su forma actual.
Sin embargo, de acuerdo con el periódico The Washington Times, varios legisladores apoyarán el uso de la fuerza contra el país árabe, presionados por los comicios de noviembre, en los cuales el tema Irak será el que decidirá quién gana. "Este es el peor tipo de política aplicable a un año electoral", estimó al respecto el demócrata Robert Byrd.
Entre quienes manifiestan su apoyo a un ataque a Irak están el senador republicano por Arizona, John Kyl, quien considera que "no podemos someter nuestra seguridad a las decisiones del Consejo de Seguridad o de la ONU bajo el argumento de que se trata de una fuerza moral objetiva".
Entonces, agregó, "el Congreso va a autorizar lo que Estados Unidos necesite para hacer lo que tiene que hacer".
El también republicano senador por Alabama, Richard Shelby, manifestó su confianza en que la propuesta de Bush será apoyada en el Congreso "por mayoría abrumadora", e incluso "habrá muchos demócratas que la apoyarán", predijo.
Precisamente el senador demócrata Joe Biden, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, consideró que "deberíamos reservarnos el derecho a actuar más allá de lo que haga la ONU".
Pero antes de que se dispare una sola bala, es crucial que el público estadunidense sea totalmente consciente de las consecuencias de una acción militar -tanto a nivel humano como financiero- y de las metas de una acción militar, advirtieron otros legisladores demócratas citados por Afp.
"Creo que vamos (a ir a la guerra)", dijo el senador republicano John McCain a la cadena de televisión NBC. El presidente iraquí Saddam Hussein es un "claro y patente peligro para Estados Unidos", sostuvo.
En tanto, el Washington Post reveló planes del Pentágono para una ofensiva militar "extremadamente intensa" contra Bagdad, a quien Washington acusa de desarrollar armas nucleares, químicas y biológicas.
El Pentágono ya ha comenzado a elegir objetivos para los misiles y aviones de guerra estadunidenses, a determinar el tamaño y forma de un eventual despliegue de tropas terrestres y un posible calendario para una invasión, informó el diario.
A diferencia de la guerra del Golfo de 1990-91, encabezada por el padre del actual presidente estadunidense, esta ofensiva está diseñada como un ataque contra un gobierno, no contra un país.
"Nos interesa llegar rápido, decapitar al régimen y abrir el país, demostrando que estamos allí para liberar, no para ocupar", explicó un estratega militar.
Una fuerza invasora pequeña, de movimiento rápido, basada en tropas de Operaciones Especiales en lugar del despliegue de batallones convencionales, será la que probablemente lleve a cabo la ofensiva, que podría incluir un ataque simultáneo por tierra y aire, informó el Post.
El general del ejército Tommy Franks, jefe del Estado Mayor Conjunto, a cargo de la campaña en Afganistán, será el responsable de la ofensiva estadunidense, que utilizaría a unos 100 mil hombres en tierra.
Además de continuar con sus preparativos militares, que según el New York Times comenzarían con una campaña de bombardeos para aislar a Bagdad, Estados Unidos busca en el Consejo de Seguridad una nueva resolución contra Irak que autorice el uso de la fuerza, aun cuando ese país aceptó el regreso sin condiciones de los inspectores de armas.
Para ser aprobada, una resolución debe recibir el apoyo de al menos nueve de los 15 miembros del Consejo de Seguridad. Pero cualquiera de los cinco miembros permanentes del órgano ejecutivo de la ONU tiene poder de veto, y hasta ahora el más firme aliado de Washington es Gran Bretaña, mientras China, Francia y Rusia llamaron a dar una oportunidad con el regreso de los inspectores.
Irak ya advirtió la víspera que rechazará cualquier resolución que le imponga nuevas condiciones para su desarme, lo que según analistas podría servir de pretexto a Estados Unidos para lanzar su ataque.
"Washington redoblará esfuerzos para obtener una resolución del Consejo de Seguridad que resulte inaceptable para Irak".
Para presionar al Consejo, Estados Unidos haría circular el texto después de que el gobierno británico publique el 24 de septiembre un expediente sobre armas prohibidas en el que se acusa a Irak de poseerlas, y unos días antes de la reunión en Viena entre el jefe de los inspectores Hans Blix y responsables iraquíes, subraya otro diplomático.
Por otro lado, este domingo se llevó a cabo en Washington una vigilia en favor de la paz en la que participaron representantes de distintas etnias que residen en territorio estadunidense.