¿LA FIESTA EN PAZ?
Leonardo Páez
Presente y futuro inciertos
SE RECOGE LO que se siembra, y también en
materia taurina México hace años dejó de sembrar,
atenido a neoempresarios colonizados que anualmente se conforman con importar
a dos llenaplazas y a algunos más para llenar el expediente de falsos
promotores de un espectáculo que utilizan para negocios extrataurinos,
a ciencia y paciencia del gabinetazo del cambio.
REGRESO
EL ZOTOLUCO de la península ibérica,
luego de actuar en todos los carteles donde fueron anunciados los legendarios
pero inservibles toros de Miura. Boyancones descomunales y ofensivos de
cuerna pero de aburrida lidia, luego de que los sucesores de don Eduardo
se dedicaron a vivir del trágico pasado de hierro matatoreros de
la ganadería, reducida ya a leyenda en los cafés, no a emoción
en los ruedos.
ESO FUE LO que le dieron en España a la
nueva primera figura del toreo mexicano, y esto es lo que dijo el crítico
Cañamero del diario Tribuna de Salamanca, tras la última
actuación de Eulalio frente a enésimos mansos de Miura, el
pasado lunes: "Zotoluco no tiene nada que ver con las grandes figuras
que dio México, aunque se faje con los toros, tenga valor y profesionalidad.
Nadie duda de sus virtudes, pero nada más, mata las corridas con
dignidad... no es hacer leña, sino que las cosas hay que llamarlas
por su nombre".
ENCARRERADO, EULALIO SE encierra el próximo
domingo con seis toros de Fernando de la Mora en la funcional plaza de
Zacatecas (12 mil localidades). Ahí se verá su verdadera
capacidad de convocatoria y si la impuesta modalidad española de
matamiuras le trae algún beneficio entre la afición mexicana,
alelada con Hermosos y Julis como única opción
de espectáculo.
EN CUANTO AL futuro taurino del país, los
aspirantes a novilleros punteros que las empresas por fin se deciden a
apoyar, irremediablemente aflojan a la hora de alzarse con un éxito
memorable que los empiece a colocar en la preferencia del público.
El sexto y último festejo organizado por la Feria Nacional del Novillero
Telmex 2002 en la Plaza México, evidenció las carencias de
los muchachos, no sólo técnicas sino, más grave, anímicas,
sin mayor idea de la entrega.
A LA POSTRE, el gran triunfador de la tarde resultó
el hierro mexiquense de San José, cuyo ganadero, Arturo Jiménez
Mangas, ha sabido combinar con singular acierto, desde 1996, sangres españolas
del Marqués de Saltillo, Coquilla y Santa Coloma con vacas mexicanas
de San Martín.
EL RESULTADO: UN novillo sin exceso de kilos pero
con más pitones, con bravura pero con nobleza, repetitividad y transmisión
para poner a prueba vocaciones. En síntesis, lo que hace décadas
le está urgiendo a la ganadería brava mexicana, aún
sin despertar del sueño guajiro de que aquí se criaba "el
mejor toro del mundo", cuando el descastamiento se volvió denominador
común de los hierros preferidos de los ases, es decir, de asesinos
de una profesión con grandeza y verdugos de una noble tradición,
hace tiempo en manos de la ineptitud cínica y las artimañas
seudotaurinas.