La lucha antiterrorista, cortina de humo para escándalos financieros como los de Enron
La guerra contra Irak, estrategia electoral de Bush y los republicanos
El presidente dedica todo su tiempo a alertar contra Bagdad y recolectar fondos para su partido
Debido al fracaso de su política interna, el tema externo sirve para distraer a los estadunidenses
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 18 de septiembre. En público, el presidente George W. Bush pa-rece estar dedicando todo su tiempo a alertar sobre los peligros de las armas de destrucción masiva y la necesidad de confrontar a Irak, pero en realidad está invirtiendo el mismo nivel de esfuerzo en las campañas electorales legislativas de sus partidarios republicanos al aproximarse las elecciones de no-viembre próximo.
Y esos dos temas están relacionados. El diario The Washington Post reportó este miércoles que los candidatos republicanos están utilizando la guerra en Irak, en particular, y la llamada "guerra contra el terrorismo", en general, para desviar la atención de asuntos como los escándalos empresariales que estallaron con el caso de Enron y el estado anémico de la economía nacional.
Aunque el Pentágono y buena parte de la Casa Blanca tal vez estén dedicando todo su tiempo a planear una guerra contra Irak, Bush está dedicando dos o tres días a la semana a campañas de recaudación de fondos electorales y a acudir a actos de apoyo de los aspirantes republicanos que esperan ganar los comicios del 5 de noviembre.
Estas elecciones federales determinarán la conformación de toda la Cámara de Representantes (en la que los republicanos cuentan con una escasa mayoría) y un tercio del Senado (ahí los demócratas tienen mayoría por un solo voto), y lo que está en juego para ambos partidos es el control del Congreso federal.
Según analistas políticos y en-cuestas de opinión, lo que determinará en gran medida el resultado será el enfoque del debate na-cional, uno en donde el electorado apoya más a los republicanos en asuntos de seguridad nacional y política exterior, pero favorece a los demócratas en temas de política económica y social.
La rémora de la economía
El problema para los candidatos republicanos en esta coyuntura fue manifestado por una reciente encuesta del periódico económico The Wall Street Journal, que re-gistró que una mayoría de los es-tadunidenses está más preocupada por los escándalos empresariales (varios de los cuales implican a amigos de Bush y otras figuras de su gobierno), la economía, y te-mas como el sistema de salud y de educación, o sea, los que menos favorecen al partido del presidente republicano.
No es sorprendente que los candidatos demócratas han intentado intensamente mantener la atención nacional sobre la estancada economía, los crecientes escándalos del sector empresarial y otros temas denominados "internos" o nacionales, pero este esfuerzo se ha visto minado en las últimas semanas por la incesante marcha hacia la guerra.
Este giro, si se mantiene, favorecerá de manera importante a los republicanos, señaló el New York Times en un reciente análisis.
"Un panorama de semanas de debate en el Congreso sobre si otorgarle autoridad al presidente Bush para sacar a Saddam Hussein del poder implica que los acontecimientos en el exterior, en lugar de los temas domésticos promovidos por los demócratas, podría dominar la discusión política de la nación durante fácilmente la mitad de la campaña electoral general de este otoño", consideró el rotativo.
Los asesores de política nacional del presidente Bush entienden muy bien esta dinámica y por lo tanto no es sorprendente que aunque el mandatario dedica gran parte de su tiempo a las campañas electorales, la inmensa mayoría de sus declaraciones se centren en la situación en Irak.
Hoy Bush comentó que Irak "no va a engañar a nadie" con su promesa de permitir el regreso incondicional de los inspectores de ar-mas, y expresó su gratitud al liderazgo del Congreso por acordar promover y aprobar una resolución en apoyo de la guerra.
"Creo que es una señal importante para el mundo ver que este país está unido en su determinación", afirmó.
De su lado, el secretario de la Defensa, Donald Rumsfeld, incrementó este miércoles la presión política sobre el Congreso, al que demandó aprobar una resolución en apoyo a la guerra contra Irak antes de que el Consejo de Seguridad de la Organización de Na-ciones Unidas adopte uno.
Este tipo de retórica, señaló el Washington Post, beneficiará a los candidatos republicanos en las próximas elecciones.
"Los republicanos hacen de Irak una arma política", apuntó el diario, que detalla cómo una guerra contra Irak se está convirtiendo en "tema principal" en las contiendas electorales en todo el país.
Candidatos republicanos al Se-nado de estados como Dakota del Sur, Minnesota y Georgia, entre otros, están acusando a sus contrincantes demócratas de ser "suaves" ante la amenaza de Irak, lo que pone en peligro la seguridad de este país.
Estas competencias electorales legislativas son particularmente críticas para el Partido Republicano este año y también para el propio presidente Bush, ya que su resultado tendrá un impacto en su propio esfuerzo para ganar su relección en 2004.
Por eso está dedicando la mitad de su tiempo cada semana a las campañas electorales de su partido, y ya ha recaudado más de 115 millones para ellas en lo que va del año, incluyendo más de un millón de dólares en fondos electorales que recaudó el martes an-terior en Tennessee.
Inicialmente los líderes del Partido Demócrata habían resistido los esfuerzos para promover una resolución legislativa sobre la guerra contra Irak, pero al parecer se vieron obligados a señalar este miércoles que estarían dispuestos a apoyar tal resolución en las próximas semanas.
Ahora tendrán que buscar la ma-nera de maniobrar para que éste no sea el tema central del debate nacional entre hoy y el próximo 5 de noviembre.