El himno es patrimonio de todos, creyentes o no: Paredes
En el país no gusta que se asocie al clero con una ceremonia oficial, afirma Jackson
ROSA ELVIRA VARGAS Y PATRICIA MUÑOZ
La inusitada ceremonia realizada al mediodía del sábado 15 en la Catedral Metropolitana, a instancias del cardenal Norberto Rivera Carrera, en la que se entonó el Himno Nacional, se hicieron honores a la bandera y hasta se emuló el Grito de Independencia, fue justificada por la presidenta de la Cámara de Diputados, Beatriz Paredes Rangel: "el himno es un patrimonio de todos los mexicanos, creyentes o no".
En cambio a su compañero de partido, el presidente del Senado de la República, Enrique Jackson, le pareció "delicado" que se lleven a cabo ese tipo de actos, y llamó a estar pendientes y firmes para que no sea vulnerable ni se trastoque la definición histórica del Estado mexicano laico.
Este tipo de situaciones confunden y se tienen que ver con mucho detenimiento, porque aunque el himno es un patrimonio de todos y fue un cura el que inició la Independencia, en nuestro país "no gusta que se asocie a la Iglesia -ninguna iglesia- con una ceremonia oficial", sobre todo una tan importante como la celebración del aniversario de la Independencia del país, puntualizó el legislador.
No gusta, añadió, esta asociación entre la Iglesia y los asuntos nacionales, y es un tema de mayor relevancia, porque la defensa del Estado laico es un asunto que genera hacia dentro muchas tensiones.
Por su parte, Paredes Rangel explicó que no hay ningún documento que prohíba entonar el himno en algún sitio. Además, dijo, "es un símbolo generalizado", patrimonio de todos los mexicanos y no de un sector en específico.
"El Estado mexicano es laico y esta convicción no sólo es de quienes participan en organizaciones políticas; tiene que ver con la trayectoria nacional, con la historia, y es una convicción de la mayoría de los mexicanos", puntualizó.
Sobre el mismo tema opinó ayer el secretario de Educación Pública, Reyes Tamez, quien escuetamente expuso que ese hecho "definitivamente no afecta ni pone en peligro al Estado laico, pues se mantiene la separación entre el Estado y la Iglesia".