Suspendida, participación de la fuerza
aérea; miembros del gabinete desairaron el acto
Desangelado desfile militar en el Zócalo
capitalino
ROSA ELVIRA VARGAS Y PATRICIA MUÑOZ
Con una ceremonia encabezada por Vicente Fox, en la que
sólo se escuchó el sentir de una estudiante de secundaria,
porque el gobierno federal una vez más no consideró suficiente
la conmemoración de la gesta de Independencia para la oratoria oficial,
la fecha más importante del calendario cívico mexicano tuvo
primero el desaire de un buen número de integrantes del gabinete
y, más tarde, un desfile sin aviones.
De ese modo y definido por varios asistentes como totalmente
"desangelado", el acto ante la columna de la Independencia vivió
el trámite de desahogar sin dilación la entrega de premios
para los alumnos y planteles ganadores de los concursos de interpretación
del Himno Nacional y de expresión literaria sobre los símbolos
patrios. Se escuchó a la estudiante de secundaria Gloria Karina
Blando Ramírez, de Pachuca; luego se pasó a la firma por
el titular del Ejecutivo del libro de honor al pie del Angel, con un tres
veces escrito "Viva México'', y de ahí el traslado a Palacio
Nacional.
Con
todo, la pieza de Gloria Karina fue sentida: "Aquí estamos, somos
la juventud rebelde, el trabajo comprometido y el corazón ardiente
de la patria; somos México'', dijo parafraseando quizá sin
saberlo un conocido texto del subcomandante Marcos, y esa misma
idea la extendió hacia los padres de familia que trabajan y luchan
por educación, alimento y techo digno para sus hijos; a los ancianos
que están dispuestos a construir el país y a los niños
y los hombres de la patria.
Observando desde el sillerío -que tampoco alcanzó
a llenarse, por lo que, presurosos, elementos del Estado Mayor Presidencial
conminaron sin éxito a los reporteros a ocupar los lugares vacíos,
aunque "no eran para prensa"- era palmaria la inasistencia de funcionarios
del gabinete y la necesidad que hubo, también ahí, de ocupar
las sillas vacías en el presídium con, por ejemplo, el secretario
particular del Presidente, Alfonso Durazo, y con el coordinador de Imagen
de Los Pinos, Francisco Ortiz.
¿Los ausentes? Francisco Gil, de Hacienda; Javier
Usabiaga, de Agricultura; Luis Ernesto Derbez, de Economía; Jorge
G. Castañeda, de Relaciones Exteriores; Pedro Cerisola, de Comunicaciones
y Transportes; María Teresa Herrera Tello, de Reforma Agraria; Luis
Ernesto Martens, de Energía, y el procurador general Rafael Macedo
de la Concha.
Se preguntó a funcionarios de prensa si los citados
funcionarios habían recibido otras comisiones que justificaran su
falta, como haber llevado la representación presidencial, por ejemplo,
a otros lares dentro o fuera del país, y la respuesta fue que al
parecer no había tal, pues también la presencia en la llamada
noche del Grito resultó muy menguada.
Siempre sonriente
Como fuese, es de suponer que al presidente Fox no le
preocupó este hecho, pues lucía sonriente y dispuesto. Tanto,
que tal vez porque se quedó con ganas de escucharlos de nuevo, cuando
se dirigió a los alumnos que habían entonado, como ganadores,
el Himno Nacional, les preguntó: "¿Van a cantar?" Y a coro,
aquéllos respondieron: "ya cantamos".
Sin detener entonces su largo paso, el mandatario se dirigió
al autobús que lo trasladaría a Palacio Nacional, seguido
por los representantes de los poderes Judicial, Genaro David Góngora,
y Legislativo, Enrique Jackson, por el Senado, y Beatriz Paredes por la
Cámara de Diputados.
Ellos mismos, más el jefe del gobierno capitalino,
Andrés Manuel López Obrador, y Marta Sahagún de Fox,
lo acompañarían más tarde en el balcón central
de Palacio Nacional.
En la plancha del Zócalo y sin elemento alguno
que alterara la tradición, Fox pasó revista a las tropas
que momentos más tarde participarían en la tradicional parada
militar. Con todo, a diferencia del año pasado, cuando se reanudó,
luego de seis años, la presencia de las naves de la Fuerza Aérea
Mexicana, esta vez brillaron por su ausencia y muchos se quedaron con ganas
de admirar su veloz surcar el cielo capitalino.
Tampoco para esto hubo explicación oficial, y al
finalizar el parte rendido por el comandante de la primera región
militar, el general Rigoberto Rivera Hernández, dio cuenta de que
frente al balcón central de palacio desfilaron, por parte del Ejército,
47 banderas y estandartes; 25 generales, 135 jefes, 860 oficiales, 5 mil
434 cadetes y alumnos, 12 mil 337 elementos de tropa y del Servicio Militar
Nacional (SMN), 225 damas voluntarias del SMN, 80 cuerudos, 240 zacapoaxtlas
y xochiapulcos, 56 canes, 198 caballos, 284 vehículos blindados,
534 vehículos no blindados y 6 lanchas.
Por parte de la Armada de México, el contingente
se integró por 15 banderas, tres almirantes, 934 cadetes y alumnos,
mil 831 elementos de clases y marinería, 38 vehículos y 12
lanchas. También estuvo la Asociación de Charros, con 22
mil 597 elementos.
"Los agrupamientos -y todo el día oficial dedicado
a la Independencia- podría decirse que pasaron sin novedad."