Casi 200 pacientes yucatecos denuncian ante
la SCJN violación al derecho a la salud
Demandan seropositivos sin atención médica
la intervención de Vicente Fox
En misiva al mandatario, ONG califica de ''virtual pena
de muerte'' la decisión del IMSS de retirar fármacos a enfermos
no derechohabientes Hasta $14 mil mensuales cuesta el tratamiento
JENARO VILLAMIL
El Frente Nacional de Personas que Viven con VIH envió
una carta al presidente Vicente Fox solicitando su intervención
para restituir el tratamiento de mil 119 personas seropositivas, que han
dejado de recibir medicamentos del Instituto Mexicano del Seguro Social
desde el pasado 2 de julio. En tanto, casi 200 afectados de Yucatán
solicitaron un amparo ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación
en protesta por esa medida.
El
frente, encabezado por Hugo Estrada, subraya en su misiva al Presidente
que desde esa fecha el IMSS canceló el servicio médico a
los ex derechohabientes afectados por la epidemia que estaban siendo atendidos
en función del acuerdo 11 mil 924 del Consejo Técnico del
instituto.
El frente advierte al Ejecutivo federal que la decisión
del IMSS constituye la aplicación virtual de una ''pena de muerte''
y subraya que legalmente sólo se puede revertir la medida con la
intervención del Presidente de la República, con la finalidad
de incrementar la prórroga y se continúen dando los medicamentos.
Considera que el IMSS está violando el derecho a la salud de los
más de mil pacientes, ya que administrativamente los medicamentos
estaban presupuestados y adquiridos con anticipación.
De acuerdo con un despacho de CNI en Línea, la
representante de los seropositivos yucatecos, Ligia Vera Gamboa, afirmó
que el objetivo del recurso interpuesto ante la Corte es revisar las normas
internas del IMSS, que contravienen el derecho a la salud.
Ssa, sin capacidad de atención
La suspensión del tratamiento antirretroviral para
cualquier paciente seropositivo provoca el avance de la enfermedad. Estudiosos
como el doctor Juan Sierra Madero, del Instituto Nacional de la Nutrición,
consideran que 10 por ciento de dosis fallidas ''puede ser suficiente para
que el tratamiento deje de funcionar''.
El acuerdo 11 mil 924 del Seguro Social, que data de 1975,
estipula: ''los enfermos de tuberculosis, enfermedades venéreas
y fiebre reumática que están sometidos a tratamiento y durante
el mismo termine la vigencia de sus derechos, se les continúe impartiendo
la atención médica hasta su total curación''. Esta
disposición se extendió a las personas seropositivas que
durante varios años recibieron tratamiento, a pesar de que ya no
eran derechohabientes.
Información proporcionada por Notiese indica que
la Secretaría de Salud ha señalado que, por el momento, la
institución no está en capacidad de recibir a los ex derechohabientes
del IMSS que padecen de VIH-sida, debido a que carece de presupuesto para
adquirir los medicamentos respectivos.
En días pasados, una notificación del Censida,
organismo encabezado por Griselda Hernández, indicó que aquellas
personas que hubieran perdido el Seguro Social tenían hasta 52 semanas
para continuar con el tratamiento, sólo si tenían menos de
un año cotizando en la institución.
La medida es considerada por los miembros del frente criminal
y violatoria del derecho a la salud estipulada en la Constitución.
Al quedar marginado este elevado número de pacientes, la gran mayoría
provenientes de entidades federativas, como Yucatán, donde han protestado
desde hace varias semanas por el desabasto de medicamentos, muchos de ellos
están en riesgo de perder los avances de su tratamiento, ya que
no cuentan con los recursos suficientes para autofinanciar su atención,
que en promedio cuesta entre 10 mil y 14 mil pesos mensuales.
En días pasados, la doctora Carmen Soler, directora
del Programa de Sida del Gobierno del Distrito Federal, subrayó
que en la capital la clínica Condesa está captando entre
cuatro y cinco personas por semana que fueron desincorporadas del Seguro
Social.
En el contexto de un seminario organizado por la Asociación
Mexicana de Infectología y Microbiología Química,
Soler advirtió que existe un mercado negro de antirretrovirales,
en el que algunos pacientes han caído por falta de acceso a las
instituciones de seguridad social y salud pública.
En otras entidades no se cuentan con los recursos ni con
las clínicas especializadas para atender a las personas seropositivas
que han perdido la atención pública.