A UN AÑO DEL 11-S
Washington pretende controlar "el mapa petrolero
del mundo", acusa Hussein
Irak permitirá el regreso de los inspectores,
pero repelería un ataque con "palos y cuchillos"
El discurso de Bush, lleno de "exageraciones y mentiras",
sostiene el gobierno iraquí
AFP Y REUTERS
Bagdad, 12 de septiembre. En las primeras reacciones
a la intervención del presidente George W. Bush ante la Asamblea
General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Irak sostuvo
que el discurso del mandatario estadunidense estuvo lleno de "exageraciones
y mentiras", y aseguró que la región "se incendiaría"
si Irak es atacado, aunque señaló también que está
listo para permitir el ingreso de los inspectores del organismo internacional.
Previamente, Saddam Hussein había advertido que
estaba preparado para repeler una invasión incluso con "cuchillos
y palos", al tiempo que acusaba a Washington de querer "controlar el mapa
petrolero del mundo.
"Estas
exageraciones y flagrantes mentiras, de las que los miembros del Consejo
de Seguridad se dan cuenta, no deberían venir del presidente del
Estado más poderoso del mundo", declaró Saad Kassem Hammudi,
miembro del partido oficialista Baas.
"Parece que Bush está obsesionado con Irak, que
se transformó en una pesadilla para él. El discurso de hoy
no tiene nada nuevo y repite viejas acusaciones", agregó el ex ministro
de Información.
Bush lanzó este jueves un ultimátum a Irak
en su discurso ante la Asamblea General de la ONU, y exigió al organismo
internacional que actúe para garantizar el "desarme" de Bagdad,
porque de lo contrario actuará de manera unilateral.
Poco antes de la reacción del Baas, la televisión
pública iraquí afirmó que un ataque estadunidense
contra Irak podría "incendiar" toda la región, y "si eso
ocurriera, el fuego lo destruiría todo a su paso y nadie podría
apagarlo".
"El comportamiento estúpido de Bush y sus objetivos
para lanzar una guerra bajo pretexto de luchar contra el terrorismo, demuestran
que es un irresponsable", dijo el comentarista de televisión, quien
destacó que el mandatario estadunidense "no pudo presentar las pruebas
que había prometido al mundo".
Por otro lado, destacó que Bush "se lamenta de
la suerte de nuestro pueblo, al tiempo que ignora expresamente las matanzas
perpetradas por Sharon contra el pueblo palestino y los sufrimientos de
nuestro pueblo por culpa del embargo" impuesto por la ONU.
En Nueva York el embajador iraquí ante la ONU,
Mohammed Aldouri, afirmó que "la posición de Estados Unidos
es atacar y, si lo hace, nos defenderemos".
Discutir sólo con el Consejo de Seguridad
Agregó que su país está "preparado"
para permitir el ingreso de los inspectores de armas de la ONU y resolverá
la disputa en relación al cumplimiento de las resoluciones con el
Consejo de Seguridad, y no con Estados Unidos.
Adelantó que la respuesta oficial se dará
a conocer en los próximos días, cuando le toque el turno
a la delegación iraquí de hablar en el 57 periodo de sesiones
de la ONU.
Horas antes de que Bush pronunciara su discurso, el ministro
iraquí de Relaciones Exteriores, Naji Sabri, declaró que
su país todavía espera evitar una ofensiva, "pero si somos
atacados, nos defenderemos utilizando todo lo que tengamos a disposición,
incluso palos, cuchillos de cocina y piedras".
A su vez, el titular de Petróleo, Amer Mohammad
Rachid, señaló que "Estados Unidos tiene el objetivo estratégico
de extender su hegemonía sobre las riquezas mundiales, y por sus
fuerzas militares y económicas, se cree capaz de controlar el mapa
petrolero del mundo".
Por la mañana, el viceprimer ministro iraquí,
Tarek Aziz, afirmó que el pueblo "está listo para enfrentar
toda agresión y lograr una victoria", al recibir a un comité
jordano de respaldo a Irak.
Precisamente en Jordania el ministro de Información,
Mohammad Adwan, exhortó a Irak a autorizar el regreso de los expertos
de armas de la ONU para evitar un ataque, mientras en Arabia Saudita el
príncipe heredero Abdala escribió en una carta a Bush que
el reino "es firme en su posición respecto del terrorismo y está
decidido a luchar solo o en colaboración con la alianza internacional
para librar una guerra sin piedad contra los terroristas".
En cambio, el presidente de Pakistán, Pervez Musharraf,
previno a Bush de la necesidad de obtener apoyo de la comunidad internacional,
y en particular del mundo musulmán, antes de emprender un ataque.
"Pakistán enfrenta problemas en su propia región",
dijo al diario The New York Times. "Tenemos demasiado en nuestras
manos (...) no nos gustaría vernos involucrados en más que
esto", añadió el mandatario, quien destacó que "en
el mundo islámico, especialmente en Medio Oriente, la gente ve el
papel estadunidense cargado hacia Israel".
También afirmó que un ataque contra Bagdad
socavaría los esfuerzos para fortalecer al gobierno de Hamid Karzai
en Afganistán, puesto que dejar la operación en ese país
a la mitad "sería extremadamente peligroso".