Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 13 de septiembre de 2002
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Mundo

A UN AÑO DEL 11-S

Oposición en Canadá y AL

El primer ministro de Canadá, Jean Chrétien, dijo en entrevista que los atentados del 11 de septiembre fueron motivados por la "arrogancia y las políticas engañosas de un rico y poderoso Occidente que no entendió la necesidad de moderarse". Con esto, el gobernante canadiense se convierte en el primer líder occidental que habla de un motivo para los atentados sin referirse al terrorismo internacional o el "eje del mal".

En entrevista con la cadena CBC, de Canadá, Chrétien afirmó: "Uno no puede ejercer el poder hasta el grado de humillar a otros. De eso es de lo que el mundo occidental -no sólo los estadunidenses- debe darse cuenta. Hay consecuencias a largo plazo si uno no se esfuerza en ver la realidad".

Chrétien, izquierdista moderado que ha mantenido una fría relación con el presidente estadunidense, George W. Bush, añadió: "Yo sí creo que Occidente se está volviendo demasiado rico en relación al mundo pobre y somos vistos necesariamente como arrogantes, autosuficientes y ambiciosos que no conocen límites. El 11 de septiembre me permite estar más consciente de esto".

El líder de la oposición derechista de la Alianza Canadiense, Stephen Harper, fustigó a Chrétien acusándolo de "culpar a las víctimas" de los atentados y opinó: "Detrás del 11 de septiembre están las fuerzas del odio y del mal". No obstante, CBC informó que todo el día recibieron llamadas telefónicas del público que expresó respaldo a Chrétien.

El secretario británico del Exterior, Jack Straw, consideró que el discurso de Bush fue no sólo "conmovedor y muy efectivo", sino también "un momento clave para la ONU".

Mientras la cancillería francesa indicó que París tiene un enfoque "convergente" con Washington y Londres sobre la "amenaza iraquí", al tiempo que el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, calificó el discurso de Bush ante Naciones Unidas de "duro y equilibrado".

El canciller brasileño, Celso Lafer, cuyo país inaugura tradicionalmente las asambleas de la ONU, señaló que su país, al igual que el resto de América Latina, considera que ante todo debe agotarse la vía diplomática en el caso específico de Irak, y que no debe optarse por la fuerza sin un mandato expreso de la ONU. Lafer aseguró que "actuar de forma inconsistente con las determinaciones del Consejo de Seguridad socavaría la credibilidad de la ONU, y toda ilusión de estabilidad así lograda sería precaria y de vida corta". REUTERS, DPA Y AFP

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