A UN AÑO DEL 11-S
Algunas voces se harán oír por la paz,
contra la violencia y por la solidaridad
Los estadunidenses, obligados por la televisión
y los anunciantes a recordar el 11 de septiembre
80% exhibirá el lábaro patrio, 77% rezará
y una proporción igual se reunirá con la familia
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Nueva York y Washington, 7 de septiembre. Este
país será obligado a recordar el 11 de septiembre, no por
voluntad propia, sino a la fuerza, por la televisión, por los anunciantes,
por los libros y, claro, los miles de eventos programados para marcar el
primer aniversario de esos hechos trágicos.
En Nueva York, epicentro del aniversario, empiezan a regresar
las banderas estadunidenses para engalanar las calles, las vitrinas de
las tiendas, que insisten en recordar la fecha, decenas de libros que registran
todos los aspectos de ese día aciago.
Mientras, la televisión comienza un ma-ratón
de programas dedicados a los atentados del 11 de septiembre que culminarán
el miércoles próximo con un día entero dedicado a
programación sobre el día que "nadie olvidará" (aunque
quisiera).
Los
estadunidenses, revela una encuesta de Time/CNN, tienen la intención
de marcar el aniversario de alguna manera: 80 por ciento exhibirá
la bandera nacional, otro 77 por ciento rezará, 70 por ciento tiene
la in-tención de reunir a su familia en un mo-mento para conmemorar
los hechos, y 68 por ciento tiene la intención de ver programas
de televisión relacionados con el 11 de septiembre del año
pasado.
No es sorprendente que la misma en-cuesta de opinión
revele que dos tercios de los estadunidenses dicen que "la vida cambió"
después de los atentados suicidas, y que 56 por ciento dice que
la vida no ha regresado a la normalidad un año después (de
he-cho, 54 por ciento cree que el país jamás retornará
a lo normal).
Al mismo tiempo, 79 por ciento de los estadunidenses cree
que es probable otro ataque"terrorista" contra Estados Unidos en los próximos
12 meses.
La atención del público sobre "el 11 de
septiembre" será nutrida intensivamente de hoy en adelante por múltiples
vías. La más poderosa, como siempre, será la televisión.
Es natural que este medio sea el más central para
la fecha, a fin de cuentas todo el mundo fue testigo de los hechos de ese
día a través de sus pantallas, desastre humano que tal vez
fue el más televisado de la historia.
Entre hoy y el miércoles hay por lo me-nos 24 programas
especiales de televisión considerados como "notables", enfocados
sobre el 11 de septiembre en este país, entre decenas más.
Hay de todo: uno del canal de música juvenil MTV, que tratará
sobre el impacto del 11 en la música popular, un documental sobre
el 11 y su efecto sobre la fe religiosa, entrevistas con el presidente,
con sobrevivientes, un reportaje sobre los huérfanos de las muchas
víctimas de las Torres Gemelas, etcétera.
Este sábado se comenzó a transmitir un anuncio
televisivo producido por el gobierno de la ciudad de Nueva York, que se
difunde nacionalmente, que busca expresar la gratitud de los habitantes
de esta ciudad a la nación por su apoyo solidario.
Casi todas las cadenas nacionales de televisión
-las vía ondas y cable- ya están trasmitiendo programas sobre
mil aspectos y perspectivas de los ataques del 11 de septiembre, y dedicarán
toda su programación exclusivamente al aniversario durante el próximo
miércoles.
Mientras tanto, las librerías en Nueva York y Washington
han dedicado sus escaparates a presentar decenas de libros enfocados al
11 de septiembre: libros de fotos, en-trevistas, sobre el caso del avión
que cayó en Pennsylvania supuestamente por acciones heroicas de
sus pasajeros, sobre la seguridad nacional, el atentado y Dios, el Islam,
los conflictos bélicos en la región de Medio Oriente, Osama
Bin Laden y una infinidad de otros aspectos de lo que representa "ese día"
para los estadunidenses.
Libros, fotos y videos
Publishers Weekly, publicación especializada
en la industria editorial, calcula que se están publicando entre
65 y 150 nuevos títulos sobre el aniversario del 11 de septiembre,
además de decenas de libros ya publicados sobre el tema a lo largo
del último año.
Además de libros, se están ofreciendo a
la venta fotos, videos y discos (el más famoso, por ahora, es el
de Bruce Springsteen, Ri-sing) dedicados a este tema. Pronto habrá
pe-lículas que incorporarán nuevos aspectos.
Claro, todos insisten en que este aniversario jamás
debería usarse para fines comerciales. Por cierto, varias empresas
han decidido suspender sus anuncios comerciales el 11 de septiembre, incluyendo
algunas aerolíneas, Coca Cola, General Motors, entre mu-chas más,
para evitar esa percepción.
Otras empresas ofrecerán mensajes en conmemoración
del evento. Pero con todo este enfoque nacional, y con uno de los le-mas
nacionales que nació precisamente en respuesta al 11 de septiembre
-"regresen a la normalidad, váyanse de shopping"- esta fecha
también generará ganancias (al me-nos para la industria de
las banderas y otros símbolos patrios).
Tal vez lo peor de todo este recuerdo masivo del evento
es revivir esa jornada: de nuevo las imágenes del derrumbe de las
torres se repiten todos los días en la televisión, mientras
las vitrinas de las tiendas muestran portadas de libros con esas mismas
imágenes, y las voces de las bocinas de radios y televisores hablan
de lo que se sintió ese día.
Para los niños que están siempre observando
este mundo, estas imágenes no son recuerdos de hace un año,
sino que dan la impresión de que están sucediendo de nuevo;
se está inundando al público con videos de desastre, muerte,
guerra, bombas, gritos, pá-nico, furia, sangre y desolación.
Las voces proyectadas por todos los medios, las de los
políticos, los "expertos", los analistas, sólo hablan de
violencia, de guerra e inseguridad. Pero también hay vo-ces que
se desvían de este coro, no en pocos pero tampoco en demasiados
lugares, que hablan por la paz, contra la violencia, por la solidaridad
humana.
La cantante Ani DiFranco, en un mensaje que sorpresivamente
fue trasmitido en la radio nacional pública, afirmó que "consideramos
que estas verdades son autoevidentes: George W. Bush no es el presidente,
Estados Unidos no es una verdadera democracia y los medios, pues, no me
podrán engañar".
Hay poetas, reverendos y curas, activistas por la paz
y verdaderos héroes en varias esquinas que no aceptan conmemorar
el 11 de septiembre con banderas, himnos bélicos y promesas de más
niños muertos.
Pero en la abrumadora mayoría de los mensajes se
dirá que el 11 de septiembre se ve, se siente y sí se vende,
y que el país está en guerra contra el terrorismo.