Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 8 de septiembre de 2002
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Política
En foro organizado por La Jornada y Casa Lamm reflexionan sobre el avance de la derecha

Urge una izquierda renovada, coinciden politólogos

GEORGINA SALDIERNA

Frente al avance de la derecha en el mundo, catedráticos y politólogos coincidieron, con matices, en la necesidad de reflexionar sobre la construcción de una izquierda renovada, luego de reconocer que su fracaso es uno de los factores que ha permitido el crecimiento de aquella corriente ideológica.

Víctor Flores Olea puntualizó que hay una avalancha de denuncias, descalificaciones y adjetivaciones sobre la situación actual, pero hay poca elaboración teórica sobre la construcción de una izquierda posible y esa, dijo, es la gran tarea política, intelectual y cultural que se enfrenta no sólo en México, sino en el mundo.Al participar en la mesa El avance electoral de la derecha a escala internacional, que organizaron Casa Lamm y La Jornada, el catedrático reconoció que el trabajo de elaboración de una nueva izquierda no es fácil, mientras el articulista Adolfo Sánchez apuntó que un tema de reflexión es qué significa en la actualidad ser de izquierda o de derecha.

El investigador universitario Octavio Rodríguez Araujo advirtió, en alusión a sus divisiones internas y su tradición antropófaga, que si la izquierda no aprende a ser humilde y modesta no va a avanzar.

Presentó un pormenorizado recuento del avance de la derecha. Su expresión extrema ha crecido en Austria con el Partido de la Libertad, de Joerg Haider; en Francia, con el Frente Nacional, de Jean Marie Le Pen; en Suiza, con Christoph Blocher, del Partido Popular; en Italia, con la Liga del Norte, dirigida por Humberto Bossi, quien forma parte del gobierno de coalición de Berlusconi; en Gran Bretaña, con el Partido Nacional Británico; en Dinamarca, con el Partido Popular, dirigido por Pia Kjaersgaard; en Holanda, con el partido de Pin Fortuyn; en Bélgica, con el partido Vlaams Blok, dirigido por Filip Dewinter, y en Noruega, con el Partido del Progreso.

Señaló que la ultraderecha se caracteriza por su arraigo en el lumpenproletariado, pequeños empresarios, desempleados y demás víctimas de la gran concentración de capitales que han favorecido los gobiernos europeos, tanto socialdemócratas como conservadores, en los últimos años. Sus demandas han sido principalmente contra la inmigración y la integración de sus países a la Unión Europea. Son por lo mismo nacionalistas, defensores de la población blanca y de religiones cristianas. Atribuyen la criminalidad a inmigrantes no blancos. Hay casos extremos, como el partido de Haider, que defiende abiertamente el nazismo.

Refirió que el éxito de la extrema derecha puede atribuirse al fracaso de los gobiernos de orientación de izquierda, particularmente en la conducción de la economía, y la incapacidad para abatir el desempleo e impulsar la productividad y la recuperación salarial.

El papel de la crisis capitalista

Por su parte, Sergio Rodríguez Lazcano enfatizó el papel de la crisis capitalista en el avance de la derecha, resultado de una larga fase de declinación de la economía y de su incapacidad para poder lograr un círculo duradero de ascenso económico.

Así, refirió que el desempleo, el congelamiento de salarios y el traslado de capitales a Vietnam o China está impactando en todo el mundo. Refirió que en los 10 años precedentes entraron al mercado laboral 300 millones de chinos, que ganan menos de un dólar por hora y que a países como el suyo se están moviendo las maquiladoras.

Señaló que el movimiento socialista vive la peor crisis, no sólo en aspectos prácticos, sino de credibilidad. La derecha avanza porque la izquierda retrocede, este es un axioma.

El analista político explicó que en la izquierda hay quienes se aferran a viejas herramientas y quienes no hacen más que repetir los planteamientos de principios del siglo XX. Para que no les digan contestatarios, promueven propuestas a los dueños del dinero, para que no exploten con tanta violencia; pretenden humanizar lo inhumano, por eso votan para que los indígenas no sean reconocidos como pueblos ni accedan a la autodeterminación, a cambio de más dinero para repartir.

Agregó que el crecimiento de las derechas -la bonita y la fascista- nos confronta con la la opresión y la marginación, que no se va a resolver con propuestas utópicas pidiéndoles a los señores del dinero que se modulen; la propuesta emancipadora y libertaria es más viable, a condición de que no actuemos como los altos oficiales de los ejércitos, que siempre analizan la próxima guerra en función de la pasada: es preferible abrirse a la incertidumbre de lo desconocido y lo inexplorado.

Adolfo Sánchez precisó que la izquierda no puede quedarse cruzada de brazos; tiene que recuperar la crítica del capitalismo como el eje de sus planteamientos.

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