En foro organizado por La Jornada y Casa
Lamm reflexionan sobre el avance de la derecha
Urge una izquierda renovada, coinciden politólogos
GEORGINA SALDIERNA
Frente al avance de la derecha en el mundo, catedráticos
y politólogos coincidieron, con matices, en la necesidad de reflexionar
sobre la construcción de una izquierda renovada, luego de reconocer
que su fracaso es uno de los factores que ha permitido el crecimiento de
aquella corriente ideológica.
Víctor Flores Olea puntualizó que hay una
avalancha de denuncias, descalificaciones y adjetivaciones sobre la situación
actual, pero hay poca elaboración teórica sobre la construcción
de una izquierda posible y esa, dijo, es la gran tarea política,
intelectual y cultural que se enfrenta no sólo en México,
sino en el mundo.Al participar en la mesa El avance electoral de la
derecha a escala internacional, que organizaron Casa Lamm y La Jornada,
el catedrático reconoció que el trabajo de elaboración
de una nueva izquierda no es fácil, mientras el articulista Adolfo
Sánchez apuntó que un tema de reflexión es qué
significa en la actualidad ser de izquierda o de derecha.
El
investigador universitario Octavio Rodríguez Araujo advirtió,
en alusión a sus divisiones internas y su tradición antropófaga,
que si la izquierda no aprende a ser humilde y modesta no va a avanzar.
Presentó un pormenorizado recuento del avance de
la derecha. Su expresión extrema ha crecido en Austria con el Partido
de la Libertad, de Joerg Haider; en Francia, con el Frente Nacional, de
Jean Marie Le Pen; en Suiza, con Christoph Blocher, del Partido Popular;
en Italia, con la Liga del Norte, dirigida por Humberto Bossi, quien forma
parte del gobierno de coalición de Berlusconi; en Gran Bretaña,
con el Partido Nacional Británico; en Dinamarca, con el Partido
Popular, dirigido por Pia Kjaersgaard; en Holanda, con el partido de Pin
Fortuyn; en Bélgica, con el partido Vlaams Blok, dirigido por Filip
Dewinter, y en Noruega, con el Partido del Progreso.
Señaló que la ultraderecha se caracteriza
por su arraigo en el lumpenproletariado, pequeños empresarios, desempleados
y demás víctimas de la gran concentración de capitales
que han favorecido los gobiernos europeos, tanto socialdemócratas
como conservadores, en los últimos años. Sus demandas han
sido principalmente contra la inmigración y la integración
de sus países a la Unión Europea. Son por lo mismo nacionalistas,
defensores de la población blanca y de religiones cristianas. Atribuyen
la criminalidad a inmigrantes no blancos. Hay casos extremos, como el partido
de Haider, que defiende abiertamente el nazismo.
Refirió que el éxito de la extrema derecha
puede atribuirse al fracaso de los gobiernos de orientación de izquierda,
particularmente en la conducción de la economía, y la incapacidad
para abatir el desempleo e impulsar la productividad y la recuperación
salarial.
El papel de la crisis capitalista
Por su parte, Sergio Rodríguez Lazcano enfatizó
el papel de la crisis capitalista en el avance de la derecha, resultado
de una larga fase de declinación de la economía y de su incapacidad
para poder lograr un círculo duradero de ascenso económico.
Así, refirió que el desempleo, el congelamiento
de salarios y el traslado de capitales a Vietnam o China está impactando
en todo el mundo. Refirió que en los 10 años precedentes
entraron al mercado laboral 300 millones de chinos, que ganan menos de
un dólar por hora y que a países como el suyo se están
moviendo las maquiladoras.
Señaló que el movimiento socialista vive
la peor crisis, no sólo en aspectos prácticos, sino de credibilidad.
La derecha avanza porque la izquierda retrocede, este es un axioma.
El analista político explicó que en la izquierda
hay quienes se aferran a viejas herramientas y quienes no hacen más
que repetir los planteamientos de principios del siglo XX. Para que no
les digan contestatarios, promueven propuestas a los dueños del
dinero, para que no exploten con tanta violencia; pretenden humanizar lo
inhumano, por eso votan para que los indígenas no sean reconocidos
como pueblos ni accedan a la autodeterminación, a cambio de más
dinero para repartir.
Agregó que el crecimiento de las derechas -la bonita
y la fascista- nos confronta con la la opresión y la marginación,
que no se va a resolver con propuestas utópicas pidiéndoles
a los señores del dinero que se modulen; la propuesta emancipadora
y libertaria es más viable, a condición de que no actuemos
como los altos oficiales de los ejércitos, que siempre analizan
la próxima guerra en función de la pasada: es preferible
abrirse a la incertidumbre de lo desconocido y lo inexplorado.
Adolfo Sánchez precisó que la izquierda
no puede quedarse cruzada de brazos; tiene que recuperar la crítica
del capitalismo como el eje de sus planteamientos.