"Evidente desprecio a los indios"
Sacerdote jesuita comprometido con las causas indígenas desde hace 39 años, Ricardo Robles, titular de la parroquia Sisoguichi, perteneciente a la diócesis de la Tarahumara, manifiesta que la determinación de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación sobre la ley indígena refleja el menosprecio y racismo que desde el Estado mexicano se promueve hacia los indios.
"Puede haber gente con buena voluntad, con intención de hacer algo, pero el sistema no permite que una persona con esa disposición actúe. Ahora viene la etapa de las declaraciones, que mitiguen el rigor de las decisiones del Estado".
Vía telefónica desde Chihuahua, el religioso señala que una vez más se evidenció el desprecio hacia los pueblos indios. "Es un paso más de la colonización, un paso discriminatorio; es apoderarse lo que es de otro y destruir lo cultural. La actitud fue racista y coincido con aquel que mencionó que fue el tiro de gracia para los indígenas".
Con la determinación de los ministros, agrega, se confirma que "la derecha está queriendo, una vez más, invadir a los indígenas, discriminarlos y hacerlos a un lado".
Después de la validación de la ley indígena, el camino para las etnias, agregó, es vivir la autonomía en los hechos, "como ha ocurrido durante siglos. Puede haber una ley muy hermosa, pero sin la autonomía no sirve de nada".
Los indígenas librarán una batalla con el Estado para evitar su división y la pulverización de sus actividades, mientras que las autoridades "continuarán con la selectividad de los programas sociales, con los cuales tratarán de mitigar los hechos".
En el fondo, enfatiza, los pueblos indígenas "van a resultar sin duda fastidiados, desgastados y disminuidos, pero no creo que estas tácticas gubernamentales realmente logren vencerlos, desaparecerlos e incorporarlos a una llamada cultura nacional".
Robles lamenta que en México se "agotaran todos los caminos para dar cabida a los pueblos indígenas. Ahora quedan sólo dos caminos: uno, apelar ante los tribunales internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y complicar políticamente al gobierno, y dos, esperar la capacidad de reacción del Estado para evitar la violencia, el recurso natural de la opresión, la discriminación y el rechazo, lo cual, sin duda, se dará en cuanto empiecen a tocar sus tierras".
ALMA E. MUÑOZ