Con un fallo favorable de la Corte se superaría el deterioro, señala Samuel Ruiz
La tensión creciente marca el sexto año de suspensión del diálogo entre el gobierno y el EZLN
El cierre de la vía política profundizó la resistencia zapatista, estima Gonzalo Ituarte
ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL
San Cristobal de las Casas, Chis., 1Ɔ de septiembre. En medio de una creciente tensión y conflictos que tan sólo en el mes reciente han dejado cuatro zapatistas muertos y decenas de lesionados, este lunes se cumplen seis años de la suspensión del diálogo entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
El obispo emérito Samuel Ruiz García, el sacerdote Gonzalo Ituarte y el secretario de Pueblos Indios del estado, Porfirio Encino, coincidieron en que si las negociaciones entre las partes se hubieran reanudado, la tensión en las comunidades de la llamada zona de conflicto habrían disminuido, evitando así el derramamiento de sangre.
Según Ruiz García, quien fue presidente de la disuelta Comisión Nacional de Intermediación (Conai), la situación de "deterioro" que prevalece en este momento en las comunidades de la región podría superarse con un fallo favorable de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sobre las controversias constitucionales contra las reformas indígenas que aprobó el Congreso de la Unión en abril de 2001.
"En este momento no se dan condiciones (para el diálogo), la situación está deteriorada y las expectativas son que pueden restituirse a su verdadero sendero los cauces de la ley (indígena) que había sido propuesta y que esto pueda traer una distensión", declaró en breve entrevista en San Cristóbal de las Casas.
Recordó que miembros de la sociedad civil que se reunieron en esta ciudad del 5 al 7 de julio pasado, "tomaron una actitud de corresponsabilidad histórica y esto hay que anotarlo".
-ƑEsto ha tenido algún efecto positivo?
-Sí, claro, porque la gente se ha comprometido a no decir que las cosas las tienen que hacer otros, sino que las tiene que hacer cada quien.
Por separado, Encino Hernández afirmó que la tensión en varios municipios de la selva Lacandona se debe en gran medida a que las bases de apoyo de la guerrilla zapatista, por medio de los municipios autónomos, han "endurecido su posición, como parte de su estrategia de resistencia" en protesta por la aprobación de las reformas indígenas que no satisfacen sus expectativas.
Agregó que los conflictos agrarios e ideológicos entre organizaciones sociales y las bases del EZLN en Ocosingo y Altamirano, principalmente, también tienen que ver con el "reacomodo de fuerzas y el control territorial" en la zona.
Para el sacerdote Gonzalo Ituarte, quien se desempeñó como secretario técnico de la Conai, el "impresionante deterioro y las tensiones", se deben a la falta de diálogo entre el gobierno federal y el EZLN.
"El cierre de la vía política durante este tiempo por parte del Estado mexicano ha hecho que esto se congestione y tense el ambiente, que se profundice la resistencia zapatista, impidiendo la solución de otros problemas", abundó el ahora párroco de Ocosingo.
A seis años de la suspensión del diálogo, un actor más, que no nuevo, ha sobresalido en los hechos de sangre de las semanas recientes: La priísta Organización para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos (OPDIC), del diputado local Pedro Chulín Jiménez, y a la cual los municipios autónomos señalan como "paramilitar". A raíz de las denuncias esta agrupación está siendo investigada por la Procuraduría General de la República.
El desmantelamiento de las organizaciones paramilitares es una de las cinco condiciones que hace seis años puso el EZLN para regresar a la mesa del diálogo, pero Encino Hernández, quien antes de ser secretario de Pueblos Indios fue dirigente de organizaciones pro zapatistas de Ocosingo y Altamirano, señaló que la actuación en la materia corresponde a la Federación.
"Muchas organizaciones civiles piden castigo a los paramilitares; sabemos que hay denuncias pero no hay comprobación de dónde se desarrollan, no hay investigación exhaustiva, se dice en lo general que existen, pero no hemos detectado dónde están; que los gobiernos anteriores los formaron y apoyaron; que ante la falta de apoyo del actual gobierno estatal solitos se están desarticulando y que hay una descomposición entre ellos. Insisto: no hay pruebas de dónde entrenan y tienen sus cuarteles, y ninguna organización ha dicho aquí están operando, aunque hay denuncias de que existen."