SEGUNDO INFORME
Asegura que no se ven las acciones que debían
traer prosperidad a los hogares
El cambio prometido se desmorona, afirma el PRI
Señala que el Ejecutivo responde con blindajes
imaginarios a la crisis que vive el campo
ENRIQUE MENDEZ
El PRI demandó ayer al presidente Vicente Fox dejar
de fincar su legitimidad en los errores de los opositores, así como
"dejar las justificaciones, de una vez por todas, y acreditar que no sólo
tiene el gobierno, sino que sabe qué hacer con él".
Al
fijar la posición del tricolor, previa al segundo Informe
presidencial, el senador César Camacho Quiroz afirmó que
aun cuando esta administración se empecina en "sostener un cúmulo
de promesas incumplidas", el "optimismo desbordante se acabó; el
cambio se desmorona".
Pidió al Poder Ejecutivo recordar que la legitimidad
del gobierno no reside sólo en los votos, sino en los resultados,
y señaló que "al concurrir a las urnas México no se
pronunció por saltos al vacío ni aventuras políticas.
La esperanza se pierde, si no se acompaña de medidas congruentes
y logros concretos".
En un fuerte discurso -cuyo contenido fue, según
el dirigente Roberto Madrazo, consultado entre los grupos legislativos
y el Comité Ejecutivo Nacional- advirtió que los legisladores
priístas no votarán en favor de las iniciativas de Fox que,
así "estén bien acicaladas", lesionen los intereses de los
ciudadanos.
Esta última frase, que le añadió
al texto original, le valió una ovación de sus compañeros
de partido, y luego señaló que si bien el tricolor reconoce
que la reforma de la industria eléctrica es indispensable, ello
no implica que el Estado pierda la rectoría de ese sector estratégico
para el país.
"Apuntalemos a la empresa pública mexicana para
garantizar abasto suficiente, tarifas justas y no olvidar el sentido social
de este servicio", dijo.
En respuesta a las críticas que desde el gobierno
federal se han hecho a los partidos y al Poder Legislativo, Camacho Quiroz
sostuvo que nadie debe desentenderse de su responsabilidad con la nación,
y menos aún "buscando disculpar sus propios errores y omisiones,
o exhibiendo sólo los yerros del otro, sin reconocerle aciertos
e iniciativas".
Señaló que en el caso de la administración
foxista su único discurso elocuente debe ser el que refrende en
los hechos cotidianos y en la palabra veraz. "Pero, por desgracia para
todos, el panorama no es halagador", agregó.
Entonces desgranó los desaciertos de este gobierno
y señaló que "irresponsablemente ha subejercido los recursos
asignados al sector salud y a la seguridad social". Añadió
que el campo mexicano vive la crisis más severa de su historia,
y sólo se le responde con "blindajes imaginarios y actitudes desconectadas
de la realidad".
Los "grandes proyectos" gubernamentales, resaltó,
"se derrumban por la impericia política y la insensibilidad social",
mientras que en lo económico "las cosas no están mejor",
pues además en ese ámbito "la incapacidad gubernamental"
para reaccionar ante movimientos adversos y la falta de apoyo a las pequeñas
empresas son evidentes. "No se ven -recalcó- las acciones que debían
traer prosperidad a hogares y empresas".
Criticó la "caprichosa y errática" política
exterior, y advirtió que el país no tiene tiempo ni está
dispuesto a tolerar que los funcionarios "completen su instrucción"
a costa de los mexicanos, y concluyó: "aún no es tarde, vamos
a recuperar el tiempo y a demostrar que el remiendo no es coartada".