Prosiguen actividades de la segunda versión
del encuentro La ciudad, un libro abierto
Oferta de lectura abundante y auspiciosa en la feria
del Zócalo
Variada gama de gusto y precio en la Plaza de la Constitución
y 10 espacios alternos
Conviven allí la narrativa clásica y contemporánea
con textos de superación, entre otros
CESAR GÜEMES
La apuesta de la Secretaría de Cultura del Distrito
Federal para auspiciar la lectura entre los capitalinos sigue en pie hasta
este domingo cuando concluya la segunda Feria del Libro en el Zócalo,
La ciudad, un libro abierto.
Con
amplia oferta no sólo en la sede central, sino en 10 sitios alternos
cercanos a la Plaza de la Constitución, se puede ver de todo, porque
la idea es reunir la más variada gama de gusto y precio. Allí
conviven por igual la narrativa contemporánea y clásica con
libros de superación, comics y colecciones célebres
como la de Valdemar; instructivos de magia, de anatomía y hasta
singulares enciclopedias de animé y robots acompañadas
por discos compactos. Allá, calendarios de 2002, acá un muy
interesante espacio con libros en Braille.
Coexisten desde los títulos de siempre, los inefables,
a los difíciles de encontrar: La pipa de opio, de Teófilo
Gautier; La fundación Findhorn, de Carol Riddell o Zona
de muerte, de Patricia Cornwell. La oferta pasa por catálogos
de pintura de Van Gogh, Goya, Da Vinci, Rembrandt, Dalí y Miguel
Angel. Campean los instructivos ilustrados para bailar tango, salsa, vals,
mambo y rock, que conviven con ediciones económicas y magníficamente
realizadas de Benito Pérez Galdós, Daniel Defoe, Ar-thur
Conan Doyle, Gustavo Adolfo Bécquer, Jack London, Honorato de Balzac.
Alfarería, juguetes, dulces
La oportunidad de venta incluye una de las carpas más
concurridas, la destinada a las artesanías y manualidades: objetos
de cocina en miniatura, dulces tradicionales, piezas de alfarería,
tejidos, juguetes, muebles de madera tallada, vestidos, cuadros, marcos,
instrumentos musicales, cofres y espejos.
Las sorpresas continúan en lo que puede ser la
librería temporal más grande del país: se encuentran
desde títulos singulares como En la compañía de
los ángeles, El libro completo de las pirámides, Verdades
de la vida, Oración y meditación, El aura humana, hasta
volúmenes que han cobrado actualidad: Una mujer llamada María
Félix o Jorge Negrete, aspectos poco conocidos del ídolo
cinematográfico. Al lado, la literatura vuelta historia en obras
perfectamente bien conservadas gracias a Ediciones Botas: tan sólo
del Dr. Atl se encuentran Oro más oro, Gentes profanas en el
convento, El padre eterno, Satanás y Juanito García;
Sonata, de Mauricio Magadaleno, y tres de Mariano Azuela: Sendas
perdidas, El camarada Pantoja y Andrés Pérez, maderista.
Al cierre de la feria, las actividades son muy diversas,
amén de la venta de libros. Hoy, por ejemplo, en la sede central,
Héctor Iván González dictará la conferencia
El romanticismo francés a las 11 horas, y el taller La
fábrica de libros, coordinado por Liliana Lemoine; a las 12
horas, en el Museo de la Caricatura, Josefina Estrada charlará sobre
Ciudad de México, ciudad de personajes, mientras que en el
Museo de la Ciudad se presenta el volumen El tono, de Miguel Sabido,
y en el Museo Nacional de las Culturas se llevará a cabo la mesa
redonda Literatura indígena contemporánea, con la
participación de Natalio Hernández, Irma Pineda Santiago,
Juan Gregorio Regino, Carlos Huamán y Carlos España.
Para mañana se esperan, entre otras actividades,
la presentación del libro Coleccionista de estrellas, de
Fritz Glockner, que se efectuará a las 17 horas en la Plaza de Santo
Domingo, y a las 19 horas, en el mismo sitio, el espectáculo teatral
y dancístico Miradas cruzadas. La clausura de la feria será
en el foro principal, situado en el Zócalo en punto de las 19 horas.
Una oferta de lectura amplia, cuantiosa, abundante y desde
luego auspiciosa.