Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 30 de agosto de 2002
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Cultura
Refrenda que se trata de la ciudad de Tollan, considerada de ''manera errónea'' Tula

Teotihuacán impuso su cosmovisión en Mesoamérica: Enrique Florescano

Sentó sus reales en los reinos mayas de Tikal, Copán y Kaminaljuyú, entre otros

El historiador articuló hallazgos arqueológicos, investigaciones y conocimientos recientes

ANGEL VARGAS

El historiador Enrique Florescano hizo publico un descubrimiento que obligará a rescribir la historia del México antiguo: sostiene que Teotihuacán es la cuna de los reinos y la civilización en Mesoamérica; en otras palabras, la legendaria Tollan. Un adelanto de esta tesis se publicó en estas páginas el 21 de agosto.

De esa forma considera a Teotihuacán ''la civilización más importante de América", porque su cultura, lengua y pensamiento fueron determinantes para la formación histórica de los pueblos de Mesoamérica desde el periodo clásico, que es el de mayor esplendor para la región, hasta prácticamente la llegada de los conquistadores españoles, explica en entrevista.

Con ese planteamiento, que asume como premisa una revaloración de la llamada ciudad de los dioses y la figura de la serpiente emplumada, el especialista derrumba una tesis que imperó durante poco más de medio siglo entre las principales corrientes de estudio sobre Mesoamérica, que situaba ese mítico lugar en la ciudad de Tula, en el actual estado de Hidalgo.

Ejemplo de poder conquistador

Florescano llegó a esa conclusión luego de articular hallazgos ar-queológicos, investigaciones históricas y conocimientos recientes que demuestran la injerencia militar, política, cultural y religiosa teotihuacana en diversos pueblos mesoamericanos, como los del área maya, desde tiempos muy tempranos del periodo clásico.

A ello suma el descubrimiento de hace unos años de que en la época clásica zapotecos y mayas reconocían a esa metrópoli bajo el nombre de Tollan, el lugar de los tules (símbolo de multitud), la ciudad de los hombres sabios (Ah Puh).

''En contraste con los estudios anteriores a 1970, que definían a Teotihuacán como una teocracia concentrada en los cultos religiosos y el comercio de objetos suntuarios, investigaciones recientes revelan la potencia militar del Estado teotihuacano y su naturaleza conquistadora, vocación que lo convirtió en la máquina de guerra más efectiva de Mesoamérica", apunta.

''Ejemplo del poder conquistador de Teotihuacán es la presencia de las armas y la parafernalia militar teotihuacana en Tikal, Copán y Kaminaljuyú, y otros reinos mayas que declararon que sus gobernantes procedían de la metrópoli del México central. El desciframiento de los jeroglíficos mayas y los nuevos estudios epigráficos permiten afirmar, sin lugar a dudas, que en el año 378 dC el poderoso reino de Tikal fue invadido por un general teotihuacano, quien depuso a su gobernante e instauró una dinastía de origen teotihuacano."

Otro ejemplo proporcionado por el historiador es el empleo del símbolo de Quetzalcóatl o serpiente emplumada, de origen teotihuacano, para representar el poder y el linaje del gobernante en reinos posteriores.

''Este símbolo adquirió tal prestigio -señala- que desde esos años hasta la caída de Tenochtitlán fue el emblema real más difundido y carismático de Mesoamérica, como lo confirmó su exaltada manifestación en Xochicalco, Cacaxtla, Tula, Chichén Itzá, Cholula, Uxmal, Coixtlahuaca, Tilantongo, Mayapán, Tenochitlán y otras capitales."

El náhuatl, lengua franca

La identificación de Teotihuacán como la antigua Tollan cobra significación más profunda por el descubrimiento de que la lengua de los pobladores de esta metrópoli era una variante del náhuatl. Es decir, como las otras culturas de la época clásica, Teotihuacán tenía un sistema de escritura bien desarrollado, similar al de los aztecas, según el especialista.

''Esto es de una importancia tremenda, porque quiere decir que el náhuatl fue la lengua que integró cultural, política, religiosa y socialmente al mundo mesoamericano desde por lo menos el siglo uno de nuestra era hasta hoy. Ahora podemos explicar por qué cuando llegan los españoles y se encuentran con Tenochtitlán es tan fácil o tan rápido aceptar el náhuatl como lengua franca de toda Mesoamérica, pues lo había sido durante varios siglos atrás. Con este descubrimiento la cultura nahua alcanza una profundidad y una densidad histórica inusitadas."

La visión propuesta por Enrique Florescano ofrece también una nueva explicación sobre el origen de Tula y Chichén Itzá, cuyo desarrollo histórico y semejanzas culturales atribuye a que ambas fueron modeladas bajo el legado teotihuacano, y no a que la primera se impuso militarmente a la segunda, como argumentan los arqueólogos.

El historiador se dice consciente de la agitación y las controversias que provocará su hallazgo (que será publicado en fecha próxima tanto en libros como en forma de suplementos en La Jornada).

Reitera que Teotihuacán es la celebrada Tollan, es decir, la matriz de la que surgió la peculiar cosmovisión mesoamericana sobre la creación del mundo, el origen de los dioses y el principio de los reinos, así como la metrópoli política, religiosa y cultural más influyente entre los años 100 y 650 dC.

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