Negocia aún el PRD para que Erick Villanueva conteste el Informe, dice Martí Batres
Se agudiza la pugna entre PAN y PRI por la presidencia de la Cámara de Diputados
Los tres partidos buscan llegar a un acuerdo antes de la sesión preparatoria del periodo de sesiones
CIRO PEREZ SILVA Y ROBERTO GARDUÑO
Sin consenso y por vez primera en la historia de la Cámara de Diputados, el PRI y el PAN medirán fuerzas en el pleno camaral al disputarse la presidencia de la mesa directiva en la sesión de instalación del primer periodo del tercer año de la 58 Legislatura. Por la noche se vislumbraba una negociación entre PRI y PRD para que este último apoye a Beatriz Paredes a cambio de dar respuesta al mensaje de Vicente Fox.
Así se da forma a la pretensión priísta de mantener el control de la Cámara, frente a la postura de los panistas que reclaman para sí la titularidad durante un año del órgano de dirección camaral y por consiguiente la réplica al Ejecutivo federal. En concordancia con el acuerdo de Morelia, se perfila la conformación de un grupo opositor al PAN en la Cámara de Diputados.
Sin embargo, en la aritmética política planteada por la falta de acuerdos entre PAN y PRI, la relección de la mesa directiva se vislumbra como la mejor opción para mantener una Cámara de Diputados fortalecida en un año electoral, en el que se debatirán las principales iniciativas de reforma enviadas por Vicente Fox.
El nuevo mandato de los diputados panistas, asumido en sesión plenaria ayer por la tarde, dejó a su coordinador, Felipe Calderón Hinojosa, con un margen muy reducido para negociar, en virtud de que está obligado a pelear tanto la presidencia de la mesa directiva como el que alguien de su bancada reciba la oportunidad de ser quien conteste el informe del mandatario.
Al galimatías legislativo se añadió la candidatura panista de Ricardo García Cervantes, quien presidió la Cámara al inicio de la legislatura, y al término de este encargo fue marginado de las principales funciones de su bancada. Ahora se le coloca como parte de la oferta blanquiazul, apelando al reconocimiento que recibió de todas los grupos parlamentarios por la conducción de los trabajos legislativos. Sin embargo, entre los panistas ese movimiento se interpretó como un intento por desgastar a García Cervantes, y el argumento en los pasillos era: "si ganas, ganamos; si pierdes, pierdes tú".
Por la noche, al escenario de la disputa en San Lázaro se sumó el hecho de que los priístas mantuvieron su propuesta de conservar la mesa directiva, ya sea con el voto de las dos terceras partes de los diputados o por lo dispuesto en el artículo 17 de la Ley Orgánica del Congreso, que señala que de no reunirse el número de votos mencionado la mesa directiva sigue vigente al menos hasta el 5 de septiembre.
Los diputados del PRI manifestaron su apoyo a Beatriz Paredes para que responda por tercera ocasión un Informe presidencial, y a su coordinador, Rafael Rodríguez Barrera, con el propósito de que negocie el mejor acuerdo para su partido, lo que deja al PAN solo, en la disyuntiva de mantener la postura firme del todo o nada, o de plano ceder a la presión del PRI.
De esa forma, el PRI y el PAN voltearon en el proceso de negociación hacia el PRD, a quien habían acusado de cabildear en los medios, no con los interlocutores naturales. Por la noche, el coordinador de la fracción perredista, Martí Batres, reiteró la postura de exigir la mesa directiva durante un año, para que Erick Villanueva Mukul dé respuesta al Informe presidencial, actitud que coincidió con la apertura del PRI para incorporarlos a la negociación.
La explicación panista
Por la noche, los panistas cambiaron nuevamente su postura y emitieron un comunicado en el que manifestaron su deseo de buscar acuerdos institucionales, para "lograr una mesa directiva equilibrada, incluyente y de capacidad para dirigir los destinos y la gobernabilidad al interior de este órgano legislativo, en momentos en que la coyuntura política, económica y social del país requiere el más alto compromiso y responsabilidad de sus integrantes".
El comunicado refiere que Felipe Calderón planteó ante su grupo parlamentario dejar de ser considerado en la integración de la mesa directiva, con el propósito de "facilitar el logro de acuerdos y evitar toda sospecha de que la integración de la misma obedezca a motivaciones personales, como se ha mencionado en algunos medios".
Para el PAN, la disputa por la dirección del órgano de gobierno de la Cámara "no obedece a deshacerse de un personaje político", en referencia a Beatriz Paredes, sino "a mantener el control del debate en la discusión de las principales iniciativas del Ejecutivo en un año electoral", además de que, sin la mesa directiva, el PAN se quedaría al margen de las instancias de dirección de la Cámara y, en el caso del Senado, sólo con la Junta de Coordinación Política, porque en San Lázaro esta última posición le corresponde por ley al PRD.
Los priístas, a su vez, plantean la conformación informal de un bloque con el resto de los partidos opositores al PAN. La intención del PRI es evitar que vuelvan a darse acuerdos entre el PAN y estos partidos, como sucedió en la alianza PAN-PRD para la aprobación de la miscelánea fiscal.
En este contexto, Beatriz Paredes habría planteado en la sesión plenaria de su bancada que la gobernabilidad de la Cámara de Diputados dependería de establecer acuerdos informales con el resto de los partidos distintos del PAN. Por tanto, la aún presidenta de la mesa directiva propuso acercarse al PRD con la oferta de que responda al Informe de Vicente Fox, a cambio de sumar su apoyo para que el PRI continúe al frente de la mesa.
Martí Batres anunció que su fracción parlamentaria continuará negociando "hasta el último minuto", para que Erick Villanueva sea el encargado de responder al mensaje del Ejecutivo federal.
Al cierre de esta edición, se esperaba que los coordinadores parlamentarios de PRI, PAN y PRD se reunieran para intentar un acuerdo antes de la sesión preparatoria del primer periodo ordinario de sesiones del tercer año legislativo de este viernes.
