REPORTAJE
CIEN AÑOS DE LA CONDESA
Estampas de un espacio que busca conservar su tradición
Conjunto de diversidad y aspiraciones cosmopolitas
Nació en los años de expansión del
Centro de la ciudad de México, con calles anchas, abundantes espacios
públicos y extensas áreas verdes. Al igual que sus hermanas
San Rafael, Roma y Polanco, la Condesa se enfrenta al cambio de uso de
suelo, con oficinas y comercios, y las aspiraciones de urbe moderna aúna
la preservación de su aire tradicional, con banquetas tipo cantera
ADRIANA CORTES KOLOFFON ESPECIAL PARA LA JORNADA
Aunque las grietas en el asfalto delatan su edad, está
más joven que nunca. Sólo duerme unas cuantas horas; luego
vuelve a su ritmo cotidiano. Es la Condesa, conjunto urbano de que ahora
cumple 100 años de fundación.
La colonia debe su nombre a María Magdalena Dávalos
de Bracamonte y Orozco, propietaria de la hacienda de Santa Catarina del
Arenal, que ocupaba los terrenos del ahora conjunto, que entonces, por
ahí del siglo XVIII, se conocía como la Condesa.
A
100 años de su fundación, conserva su aire bohemio. Ahora
ahí se toma vino igual que martinís y tequila. Ya no se viaja
en tranvía, como en sus inicios, ahora sus por sus calles se desplazan
automóviles último modelo, como en las grandes capitales
del mundo. Cualquiera podría pensar en el Soho neoyorquino. Lo más
insólito puede suceder: los encuentros fortuitos, un disfraz de
diablo sobre la banqueta, un espejo enclavado entre las piedras ensortijadas
de la arquitectura californiana colonial, el hallazgo de un libro empolvado
entre los estantes de una librería de viejo.
Igual que la Zona Rosa, la Condesa persiste en el intento
por ser internacional. Sus cafés, bistros y restaurantes al aire
libre imitan al Barrio latino de París. Uno de esos lugares es el
Sep's, que abrió sus puertas después de la Segunda Guerra
Mundial; su especialidad es la cocina alsaciana, explica su dueño,
Jorge F. Jiménez.
Desde su esquina, este restaurante ha visto surgir en
la avenida Michoacán, corazón de la Condesa, otros locales
en los cuales se mezclan sabores de la cocinas mediterránea, árabe,
francesa, italiana, tailandesa, china, argentina, japonesa... ¿What
do you want? ¿Du vin? ¿Kaffe oder wein?... Todo mundo cabe
en el pentágono que encierra este conjunto ubicado entre Circuito
Interior, Veracruz, Tamaulipas y Michoacán.
la mitad de los parques España y México
son harina de otro costal: se encuentran en la vecina, la Hipódromo
Condesa.
Zona de diversidades
Si se concibe la frontera como un laboratorio en el que
conviven vanguardias artísticas, fusión de sabores, riqueza
de sonidos, en suma, varias culturas, se puede decir que la Condesa, por
su característica diversidad, es una zona fronteriza.
Sus calles son escaparate de una variadísima gama
de tonos de piel, que van del negro africano al blanco nórdico,
de múltiples lenguas -inglés, alemán, yiddish, español,
francés y náhuatl-, reflejo de las diversas razas que allí
conviven; prueba, también, de las migraciones que hacia la década
de los cuarenta se instalaron en esta colonia.
Desde el Centro de la ciudad se desplazaron tanto judíos
procedentes de Rusia y la Europa de la posguerra como españoles
republicanos que se manifestaban en contra del régimen de Franco.
las sinagogas y las iglesias comenzaron a mirarse de frente. Más
tarde se abrieron los centros hindúes, donde mujeres y hombres vestidos
de blanco entonan cantos de alabanza a Dios. Y los santeros de raíces
afrocubanas. Cerca de un eje vial se lee: ''Lectura de cocos y caracol.
Santero Mayor''.
Se viste de rosa
Para celebrar sus 100 años, a la Condesa se le
ha sometido a una intensa cirugía plástica; con el paso de
los años, las arrugas se han transformado en grietas. Los árboles,
tenaces sobrevivientes de los embates de la contaminación, insisten
en romper con sus enormes raíces las banquetas. Por esta razón,
ahora se intenta restructurarlas.
El subdelegado de la Cuauhtémoc, Gerardo Zapata
Calzada, recorre calles y avenidas de esa colonia, y atiende las peticiones
de los vecinos, quienes además de exponer el gravísimo problema
de la basura en las calles, le preguntan si es gratuito el cambio de las
banquetas. El les responde: "nosotros ponemos la mano de obra y los vecinos
el material". Los habitantes de la Condesa que así lo deseen pueden
sustituir sus banquetas grises por otras color rosa, similar a la cantera.
Para ello pueden acudir al Centenario de la Condesa, asociación
civil que preside Miguel Ontiveros y que tiene el propósito de defender
el bienestar del conjunto y de sus vecinos.
''Hay muchas oficinas en este barrio y mucha gente viene
a comer a los restaurantes; es un ambiente muy agradable, pero no queremos
que suceda lo mismo que en la Zona Rosa, que empezó a llenarse de
cabarets'', dice Ontiveros, que organiza en colaboración con la
delegación Cuauhtémoc diversas actividades artísticas
que se iniciarán el 21 de septiembre para celebrar los 100 años
de la colonia.
Un día en la Condesa del siglo XXI
Letreros. Alguien pasea a su perro, de pronto se
detiene y lee: "por favor recoja las heces de su mascota". Cinco bolsas
de basura al pie de la leyenda: ''prohibido tirar basura en la calle. Multa
de 374 pesos o 12 horas de arresto''. En la librería El Hallazgo:
''descuentos de 20 a 50 por ciento''. Una manta sobre un edificio habla
por la mayoría de quienes habitan la colonia: "Los habitantes de
este edificio se oponen terminantemente a que exista en este local cualquier
tipo de cafetería, restaurante o bar". Abundan los "se vende". Y
en un poste de luz: ''artes tribales. Body piercing studio. No appointment
is necessary".
Imágenes. la arquitectura sobria de formas
geométricas y líneas rectas se opone a los marcos laberínticos
de piedra de cantera de estilo colonial californiano. Un grupo saborea
un helado en la nevería Roxy, una de las de mayor tradición.
En las calles se venden claveles, gladiolas, nardos, casablanca, margaritas,
rosas, girasoles...
Sonidos. Por la ventana se cuelan notas de un piano
que revive lo mismo a Agustín lara que a George Gershwin. Un grupo
de jazz atrae a los peatones. la voz de Frank Sinatra se mezcla con música
electrónica, ruido de motocicletas y ladridos de perros.
Voces. Con frecuencia se escuchan frases de este
tipo, que muestran la preocupación de los vecinos en el cuidado
de su barrio: ''No hay lugar para estacionarse''... ''¿Por qué
no recogen las heces de los perros?... ''Una cosa es podar los árboles
y otra acabar con ellos''... ''Ahora pasa el camión de la basura
tres veces al día''... Otras frases que se escuchan en las calles:
''Si este chavo desaparece de tu vida, no hay bronca...'' ''Entonces me
echó su rollo...'' ''Ya tengo mi credencial del Insen...'' ''Ahora
hay un proyecto para revolucionar las azoteas y convertirlas en jardines,
en roof garden...''
¿Qué diría hoy doña María
Magdalena Dávalos de Bracamonte y Orozco si viviera y viera cómo
luce hoy su colonia, la Condesa?