Autor de De la función social de las gitanas
Benito Taibo maldice la poesía ''concebida como un lujo''
CESAR GÜEMES
Benito Taibo escribe. Hace lo mismo trabajo para televisión que cómic o publicidad. Y escribe todo el largo día. A esas horas de producción ha de robarles espacio para lo suyo, la poesía. De la función social de las gitanas es su más reciente libro, que en compañía del actor Jesús Ochoa y el también escritor Fritz Glockner, presentará Taibo hoy, a las 16 horas, en la carpa alterna de la feria del libro que se desarrolla en el Zócalo.
-ƑCómo haces para combinar cómic, publicidad, programas de televisión y escribir poesía
-Soy como el Doctor Jeckyll y mister Hyde. Lo bueno que es mister Hyde quien escribe poesía y no el doctor. Escribo tanto que no tengo espacio para escribir lo que me gusta. Es difícil tener que robarle tiempo al tiempo para hacer lo que uno siente y quiere, pues lo único que sé hacer es escribir y lo hago hasta el límite de mis fuerzas.
-De forma tal, aunque no lo busques así, que el otro trabajo, el remunerado, sí ocupa el espacio de la expresión artística.
-Al 90 por ciento. Creo que le ocurre lo mismo a todo mundo, pues nadie que trabaje en el oficio de la literatura, o los suboficios, según algunos críticos, vive de ello. Tiene que impartir clases, asesorías, hojalatear, pintar huevos de pascua, o lo que se ofrezca. Pocos países ofrecen la posibilidad de vivir de la literatura.
-Es muy claro que el autor de este libro es el mismo de aquél que publicaste hace 10 años, Recetas para el desastre.
-Es un libro que tardé muchos años en tener listo. Hay poemas de diversas épocas. Lo que me dice, después de haberlo leído por vez primera, es que sigo siendo el mismo. Pienso lo mismo, no sólo en la poesía, social, políticamente, en todo lo relacionado con el entorno humano. Sigo creyendo en las cosas que creía, lo cual me da cierta fortaleza e independencia.
-Tu oficio de poeta está muy vinculado a lo cotidiano, a la información diaria, no son poemas de torre de marfil.
-Como Gabriel Celaya, quien decía ''maldigo la poesía concebida como un lujo", también la maldigo. Esa es lo que llamo una poesía onanista, que empieza a desaparecer para dar paso a una poesía más concreta, que habla de tú a tú con el lector, pues éste debe darse cuenta que alguien escribió ese poema.
-Esta percepción te la pudo haber dado la publicidad.
-Tengo claro que el medio es el mensaje. La publicidad tiene fines comerciales; pero me resisto a hacer otro tipo de publicidad que tenga que ver con el ser humano, vender una forma de vida. Tengo un letrero en mi mesa, de los que solían tener por atrás los armadillas de los toros en los años 40, que dice: "me rentaste, no me compraste, déjame donde me encontraste". Uno renta su oficio para cosas que no nieguen la propia moral. Por ejemplo, jamás haría una campaña para el PRI.