Robar droga a sus jefes les habría costado la vida
Atrae la PGR caso de los ejecutados en Michoacán; se presume nexo del narco
Morelia, Mich., 21 de agosto. La Procuraduría General de la República (PGR) atrajo a su ámbito de investigación el caso de los nueve asesinados en el rancho Mendoza, del municipio de Aquila, al encontrar elementos relacionados con delitos contra la salud.
Las investigaciones realizadas por la Procuraduría General de Justicia del estado indican que los ultimados sí estaban relacionados con el narcotráfico, ya que durante el cateo del domicilio de Ezequiel Martínez Francisco, uno de los asesinados, se encontraron radiolocalizadores de alta frecuencia, un teléfono satelital activado y cuatro lanchas con capacidad de una tonelada, una de ellas quemada, lo que hace suponer que pretendieron ocultar evidencias.
Inicialmente se pensó que ocho de los empleados de José Mendoza Soto estaban fuera del negocio de la droga, incluso se decía que Martínez Francisco se dedicaba a la siembra de maíz, trigo y sorgo, cuando era el responsable de resguardar el equipo para recuperar la cocaína arrojada por embarcaciones o aviones procedentes de Colombia.
Las investigaciones realizadas hasta el momento señalan que los nueve ultimados trabajaban para el cártel de Sinaloa.
En el cateo encabezado por el coordinador de la Policía Ministerial del estado, Homero Martínez Ilizaliturri, se revisó el rancho El Zapote, ubicado entre las playas de San Juan de Alima y Faro de Bucerías, municipio de Aquila. La propiedad cuenta con cuatro habitaciones y barda perimetral. En uno de los cuartos se encontraron botellas de cerveza y 50 gramos de cocaína.
Se sospecha que esa propiedad cerca de la playa era la base o centro de espera de los cargamentos. Este sitio se ubica en la zona costera norte de Michoacán, a 30 minutos de Tecomán, Colima.
Continúa la hipótesis de que los nueve asesinados recibieron una tonelada de cocaína y que sustrajeron 35 kilogramos de la droga perteneciente a sus jefes, lo que les costó la vida. La mitad de otra lancha fue encontrada en la playa, lo que condujo a la presunción de que la hundieron a propósito partiéndola en dos, pero sólo la mitad llegó a la orilla.
Al continuar el operativo, en el lugar conocido como La Barranca se descubrieron tres bidones, cada uno con 40 litros de turbosina, presumiblemente para abastecer helicópteros en los que llegaban los narcotraficantes.
Las investigaciones llevaron a la conclusión de que los integrantes de la banda Los Sinaloenses volaban de Guadalajara en helicóptero y descendían en la barranca El Aguacate, de ese mismo municipio de Aquila.
Mientras que los presuntos narcotraficantes contaban con teléfono satelital, la presidencia municipal de Aquila ni siquiera tiene teléfono, ya que las llamadas se reciben en una caseta.