Realizarán movilizaciones y podrían
llegar a la huelga, sostiene el sindicato
SME y legisladores priístas y perredistas analizan
estrategia contra el proyecto de Fox
Los trabajadores aceptan la modernización de
LFC, pero se oponen a la privatización
FABIOLA MARTINEZ Y RENATO DAVALOS
El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) trabaja en
coordinación con legisladores de los partidos Revolucionario Institucional
(PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) para definir estrategias
contra la iniciativa del presidente Vicente Fox que tiene como propósito
abrir la industria eléctrica al capital privado mediante reformas
a los artículos 27 y 28 de la Constitución.
El SME aprobó en asamblea aceptar los planes y
proyectos para la modernización de Luz y Fuerza del Centro (LFC),
al tiempo que refrendó su oposición a cualquier intento de
privatización del sector. Los afiliados al sindicato están
dispuestos a salir a la calle y "hacer todo lo que sea necesario" para
defender el carácter público de esta industria.
Desde febrero de 1999, cuando el entonces presidente
Ernesto Zedillo envió una iniciativa de reforma constitucional en
la materia, el SME constituyó con unas cien organizaciones un frente
nacional en repudio a ese proyecto.
A tres años y medio de la creación del frente,
el Comité Central del SME designó una comisión de
especialistas -en aspectos económicos, técnicos y de productividad-
de LFC para que establecieran un enlace entre el gremio y los legisladores
de oposición.
El SME reiteró que los 45 mil afiliados defenderán
"a como dé lugar, (y) si es necesario con la huelga", el carácter
público de toda la industria, así como ante cualquier iniciativa
de reforma, como la que está a punto de enviar el Vicente Fox al
Senado, que incluiría cambios a la Carta Magna.
El "sindicato redefinirá estrategias de lucha,
en coordinación con los legisladores de PRI y PRD para no aceptar,
bajo ningún argumento, la reforma a la Constitución", señaló
Ramón Pacheco, vocero del SME.
Dijo que desde marzo de 2001 los trabajadores de LFC están
dispuestos a participar en la modernización de la empresa, en especial
para obtener la autonomía financiera "real", necesaria para disminuir
el constante déficit financiero con el que opera desde 1994. Sin
embargo, agregó, las últimas administraciones de LFC han
retrasado este proyecto, "seguramente en espera de que el gobierno federal
defina la forma en que, a su juicio, debe aplicarse la restructuración".
Dejó en claro que la modernización no prevé
más participación de la iniciativa privada y mucho menos
abrir la puerta al capital extranjero para generación, transmisión,
distribución y comercialización de la energía. LFC
atiende a 25 millones de habitantes del Distrito Federal y estados circunvecinos.
Solicitará el PT realizar auditoría a
la CFE
El Partido del Trabajo (PT) anticipó que solicitará
la realización de una auditoría a la Comisión Federal
de Electricidad (CFE) para que se hagan públicas las numerosas fuentes
de corrupción que han minado la actividad de la paraestatal. El
diputado José Narro Céspedes comentó que también
denunciarán a aquellos legisladores que reciban sobornos del gobierno
federal para aprobar la reforma en materia eléctrica que enviará
el Ejecutivo.
En conferencia de prensa, Narro y otros miembros de la
directiva del PT en esta capital manifestaron que el gobierno utilizará
todos los mecanismos a su alcance para que se apruebe la iniciativa del
presidente Vicente Fox en los términos en que sea remitida.
Dijo que la pretensión foxista en materia eléctrica
responde directamente a los compromisos que hizo en el extranjero durante
su campaña electoral. Aseguró que a pesar de la falta de
inversión durante una década y a la corrupción que
prevalece en la CFE, la paraestatal aporta cinco veces más al erario,
en términos porcentuales, que cualquier empresa privada.
Los petistas empezaron ayer en la ciudad de México
una jornada contra la privatización del sector energético,
que incluye movilizaciones, pero no promoverán el incumplimiento
en el pago de servicios, aclaró Narro.
Arturo López, por su parte, dijo que la privatización
eléctrica tiene el mismo sentido que el proceso en el sector educativo.
Se pretende imbuir valores ajenos a los mexicanos y acentuar los preceptos
conservadores, religiosos e intolerantes en beneficio de un pequeño
sector.
La creación del Instituto Nacional para la Evaluación
de la Educación, agregó, trata de legitimar el abatimiento
de principios tradicionales que han dado sustento al desarrollo del país
durante años, en complicidad con el priísmo y la alianza
turbia que ambas fuerzas han establecido.