Suárez Medina fue declarado muerto a
las 18:23 en Huntsville
Cancela Fox viaje a Texas en repudio a la ejecución
JUAN MANUEL VENEGAS
En señal de "repudio inequívoco" a la ejecución
en Texas del mexicano Javier Suárez Medina, el presidente Vicente
Fox canceló la gira que tenía programada a esa entidad estadunidense
entre el 26 y el 28 de agosto, que incluía una entrevista con el
mandatario George W. Bush. "En estas lamentables circunstancias resultaría
inapropiado" llevar a cabo esa visita, explicó el vocero presidencial,
Rodolfo Elizondo.
En el intento por salvar la vida del connacional, el mandatario
hizo gestiones personales ante el presidente George W. Bush y el gobernador
texano, Rick Perry, advirtiéndoles que en el arresto y proceso contra
Suárez Medina las autoridades de Texas violaron el artículo
36 de la Convención de Viena sobre relaciones consulares. Sin embargo,
no obtuvo respuesta favorable.
Desde las dos de la tarde -cuando faltaban cuatro horas
para la ejecución- Fox había señalado a los reporteros,
durante una gira por Nuevo León, la posibilidad de cancelar su viaje
en caso de que las peticiones de clemencia fracasaran.
Ya por la noche, cumplida la ejecución, mediante
un texto que leyó Rodolfo Elizondo, el jefe del Ejecutivo fijó
su posición: "El Presidente ha tomado la decisión de cancelar
la gira de trabajo que se proponía realizar por cuatro ciudades
de Texas como señal de repudio inequívoco a la ejecución
de Suárez.
"El gobierno de México instó a las autoridades
texanas a posponer la fecha de la ejecución y a conmutar la sentencia
con el propósito de abrir espacio para la presentación de
pruebas y argumentos que pudieran evitar la ejecución. La comunidad
internacional apoyó de manera decidida las gestiones del gobierno
mexicano. Todas estas solicitudes fueron rechazadas por las autoridades
de Texas.
"El gobierno agradece a diversas personas e instituciones
texanas que contribuyeron al programa de la visita presidencial. Este reconocimiento
se dirige de manera muy especial a las comunidades mexicanas que residen
en Dallas, Houston y San Antonio. El Presidente lamenta no poder reunirse
con ellos, pero resultaría inapropiado en estas lamentables circunstancias
llevar a cabo esta visita", expuso.
Más adelante, señala: "El Presidente está
convencido de que su posición de repudio a la pena de muerte es
la postura correcta. El gobierno seguirá defendiendo los derechos
de todo connacional en el exterior, independientemente de los cargos imputados.
"México confía en que la cancelación
de esta importante visita contribuya a fortalecer el respeto de todos los
Estados a las normas del derecho internacional, así como las convenciones
que regulen la convivencia entre las naciones", leyó Elizondo.
El vocero de Los Pinos distribuyó también
un documento en el que destaca el apoyo de la Unión Europea y de
los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Eslovenia,
Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Polonia, Suiza, Uruguay y
Venezuela, cuyos embajadores en Washington se dirigieron al gobernador
Perry para solicitar la conmutación de la pena. Pero todo fracasó.
ELENA VEGA ESPECIAL PARA LA JORNADA
Huntsville, Texas, 14 de agosto. El mexicano Javier
Suárez Medina murió ejecutado a las 18:23 horas en la prisión
de este condado mediante inyección letal.
Frente a sus hermanos y su padre, Suárez se convirtió
en el cuarto mexicano víctima de la cámara de la muerte en
esta población, al norte de Houston.
Las últimas palabras del mexicano fueron de arrepentimiento
para la familia de su víctima, de cariño para su familia
y de agradecimiento para México.
Amarrado a una camilla dentro de la cámara, en
el centro de la enorme prisión conocida como Unidad Ellis, Suárez
levantó su cabeza y sonrió.
"Antes que nada quiero disculparme con la familia Cadena,
por el dolor y el sufrimiento que les he causado. Por favor, perdónenme,
espero que con esta ejecución encuentren la paz que buscan. Entréguense
a Cristo y encontrarán la paz en él", dijo.
Suárez
explicó que a menudo pensaba en su víctima y dijo que estaba
seguro que lo encontraría en el cielo para pedirle perdón
de manera personal. La hermana de Suárez, su hermano y su padre
lloraban y eran consolados por un sacerdote franciscano que atiende a las
familias de los ejecutados en este lugar.
Suárez los miró y les dijo que los amaba.
"A mi familia le doy las gracias y los amo por estar conmigo y por apoyarme,
este es sólo un paso a casa, la parte más difícil
fueron todos los años en el pabellón de la muerte", indicó.
Agradeció al pueblo y al gobierno de su país por el apoyo
y exclamó: "¡Viva México!"
Suárez cerró los ojos a las 18:14 hora local
y se le empezó a administrar la dosis de químicos letales.
El, por su parte, empezó a cantar un popular himno religioso llamado
Amazing grace (Gracia increíble).
El canto fue interrumpido por su propia tos. Lo hizo dos
veces y finalmente guardó silencio. Su boca permaneció entreabierta
y su rostro y labios empezaron a cambiar de color. Minutos después
un médico lo revisó y lo declaró muerto a las 18:23.
La culpa
En 1988 Suárez fue condenado a muerte por el asesinato
del agente antinarcóticos Lawrence Ca-dena, de 43 años. Le
disparó luego de tratar de venderle una bolsa con cocaína.
El policía trabajaba encubierto en una investigación antinarcóticos.
Suárez y sus abogados afirman que esa fue la primera vez que el
mexicano vendía sustancias ilegales.
Lawrence Cadena Jr., visiblemente molesto, dijo
a los medios de comunicación que agradecía a las autoridades
del estado por lograr justicia en el crimen.
El hombre, también testigo de la ejecución,
entregó una carta al consulado de México en la que reclama
al presidente Vicente Fox por sus esfuerzos de salvar la vida de Suárez
Medina. Unos minutos antes de la ejecución, la Corte Suprema rechazó
la solicitud del gobierno mexicano, que alegó irregularidades en
el juicio.
"En el caso de Javier Suárez Medina hay violaciones
al debido proceso legal, porque en primer lugar no se le permitió
comunicarse con el consulado mexicano", dijo a reporteros el cónsul
general de México en Houston, Eduardo Ibarrola.
El diplomático, quien se reunió con Suárez
unas horas antes de la ejecución, indicó que éste
mantenía una actitud serena y reiteró su arrepentimiento
por el asesinato que pagó con su vida.