Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 14 de agosto de 2002
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Política

BAJO LA LUPA

Alfredo Jaliffe-Rahme

Los cárteles financieros y la "venta en corto"

Invento diabólico de Wall Street para ganar siempre

Veneración al becerro de "papel chatarra"

MIENTRAS LA probable recaída de la economía de Estados Unidos (la "recesión de doble hundimiento") es susceptible de arrastrar al planeta a una recesión global y el presidente Bush muestra su disfuncionalidad en todo su resplandor, al convocar a un fantasmagórico foro económico en Waco, Texas (rico en simbolismos por haber sido el sitio del aniquilamiento de la secta de los "davidianos", de David Koreish), para intentar remediar el marasmo de su país, los especuladores de los cárteles financieros globales cosechan su "agosto" en la bolsa neoyorquina a través de las "ventas en corto" (short-selling): otro invento diabólico de Wall Street diseñado para ganar tanto a la baja como al alza de los índices bursátiles.

DE ACUERDO CON el cotidiano suizo Neue Zurcher Zeitung (7-08-02), se ha detectado que la actividad de las transacciones en "derivados" (ver Bajo la Lupa 7-08-02), ligados a los índices bursátiles, ha alcanzado niveles récord: los contratos Eurex, relacionados con apuestas sobre el devenir de los índices Dow Jones y Euro-Stoxx-50, se han incrementado 366 por ciento en forma espectacular. Debe quedar claro que para estos apostadores da igual si sube o baja la bolsa, el secreto consiste en conocer su tendencia. Y no se necesita ser genio (solamente se requiere tener el banco idóneo que procure los capitales de "papel-chatarra" para apostar) para percatarse de que, debido a la anemia económica global, los índices bursátiles de los principales centros financieros tenderán a decrecer considerablemente. Y la metodología para apostar a la baja (šsí, a la baja!) de los indicadores y obtener ganancias colosales es un ingenioso invento: la "venta en corto".

dolar_papa MUY BIEN ADVERTIA Rudolf Halferding en su imprescindible libro El capital financiero, en la década de 1930, que el capitalismo basado en los banqueros era incorregible, porque destruía los mercados al sustentar sus ganancias en la mera especulación financiera, concluyendo que las vivencias de 1929 podían repetirse. Falta sicoanalizar detenidamente la conducta aberrante de los banqueros, quienes han gozado de la patente de corso de los gobernantes, quienes, por alguna inconfesa razón, sucumben a su nigromancia. El Jugador consuetudinario de Dostoievsky no está alejado del megaespeculador contemporáneo; los siquiatras equiparan su desviación conductual a una sicoadicción casi intratable. A finales del siglo XIX, el presidente Teddy Roosevelt se aterrorizó por el poderío desmedido de los banqueros, quienes desplazaron a los terratenientes, más confiables y predecibles (y honestos). Los poderosos banqueros de Wall Street le devolvían el desdén al tildar al mandatario de "campestre" incapaz de entender la "modernidad financiera".

NO EXISTE TAL "modernidad financiera" detrás de la que pretenden cobijarse los megaespeculadores de los cárteles económicos globales de todos los tiempos, y quienes padecen "el síndrome de la veneración al becerro de oro", que se ha degradado a "la veneración al becerro de papel chatarra". No hay gran imaginación en los argumentos de los neobanqueros, quienes se caracterizan por manifestar un muy bajo nivel cultural. Muy pocos son los de alcurnia, que los hay, que se atreven a enfrentar a la opinión pública con sus lúcidos escritos, como Felix Rohatyn, el ex director del banco Lazard Freres y que luego fuera embajador de Estados Unidos en Francia. Rohatyn ha reclamado un nuevo bretton woods: un nuevo sistema financiero mundial más viable y acorde con las condiciones imperantes, a lo que se han rehusado los cárteles económicos globales infectados por la sicopatología de la especulación, sean cuales fueren sus consecuencias devastadoras y depredadoras a escala universal.

TALES CARTELES financieros, cuya colusión fue exhibida flagrantemente por el "síndrome Enron", como paradigma de la cleptomafiocracia que reina en Wall Street y en la City -conformados por el circuito de empresas contables/ banca de inversiones/ corredurías/ consultorías/ calificadoras/analistas/medios de comunicación especializados-, persisten en desmantelar la riqueza ajena. A su arsenal devastador han agregado el método letal de la "venta en corto".

EL LIBRO QUE escribiera hace 28 años Richard Ney, La mafia de Wall Street ("excluido" del "mercado"), es revelador: el mercado de acciones bursátiles de Wall Street es el principal casino de apuestas ilegales en el mundo. A Ney, un economista de la Universidad de Columbia y artista de cine de Hollywood, sus develaciones le valieron el ostracismo de los cárteles financieros. A las únicas dos personalidades que nunca se atrevió a entrevistar Johnny Carson, comentarista nocturno de NBC (hoy retirado), por omisión vengativa o por nefaria comisión, fueron Ralph Nader y Richard Ney. Boicoteado por Hollywood, un eje primordial de la carreta de Wall Street, Ney se dedicó a la consultoría financiera con bastante éxito, al vaticinar el crack bursátil de 1962. En una entrevista fustigó que el crack de 1987 (one more) había sido orquestado por el "cártel de los bancos de inversiones". Llama más la atención que el libro de marras, pese a haber sido el "mejor vendido" durante 11 semanas en Nueva York, no haya sido revisado por The New York Times. El circuito Hollywood-Las Vegas-Wall Street aplicó la ley del hielo a Ney, como intentó infructuosamente repetirlo con Ralph Nader. ƑSerá resucitada algún día su invaluable obra sobre Wall Street, con el fin de iluminar y fumigar el alcantarillado lúgubre donde operan mayormente los cárteles financieros a través de sus "cuentas invisibles" (off-balance sheet) radicadas en los paraísos fiscales?

EL LUDICO CONCEPTO depredador que dibuja la Mafia de Wall Street no ha variado, solamente se ha transmutado su entorno tecnológico que, debido a la velocidad de un teclazo de computadora, se ha vuelto más ominoso. Como muy bien sentencia mi amiga, la capaz conductora Mayté Noriega, en el marco de la "economía de preguerra", un simple teclazo de computadora puede hacer desaparecer a un país en forma instantánea. ƑEs creíble? Absolutamente, siempre y cuando se entiendan las dimensiones y los alcances de la short-selling, así como el mercado ominoso de los "derivados" y sus "opciones".

POCO SE HA hablado de la "guerra financiera global", que no se atreve a pronunciar su nombre, que lanzó la elite de Wall Street bajo la cobertura de la globalización financiera para capturar las joyas estratégicas de la periferia devastada. Entre la panoplia de su esotérica "mano invisible", los cárteles financieros globales, concentrados en Wall Street y la City, se encuentran las "opciones": la matriz operativa del mercado de los "derivados", y su técnica favorita de mercadeo es la "venta en corto".

POR MEDIO DE LA "venta en corto" se vende una acción sin poseerla: antes de comprarla. Aquí es al revés de las transacciones usuales, se trata de una compra-venta "en reversa", es decir, primero se vende la acción que no se dispone y luego se compra. Así las cosas, se pone una orden para vender un título al precio actual del mercado a sabiendas de que se va a desplomar. El diferencial es pura ganancia. Con mayor precisión: se vende la acción que no se tiene al precio actual del mercado, y se pide "prestada" al agente bursátil y/o a la correduría en forma temporal. Cuando baja se le paga al agente prestador el precio en el mercado de la acción y se queda el ganador con el margen diferencial. Pero no hay que romperse tanto la cabeza: cualquier simple mercader bursátil entiende lo que es la "venta en corto", y si un especulador prevé la baja de la bolsa, pues le ordena la "venta en corto" del título prestado a los precios actuales, y cuando se desplome el mercado accionario pues a recaudar dividendos en serio. As easy as that! Todo, gracias a la sabia comprensión de la correduría y/o del agente bursátil que gana sus jugosas comisiones tanto a la baja como al alza -y mientras más venda y tenga numerosa clientela, pues que mejor. Es evidente que si la acción sube, en lugar de bajar, se pierde en la misma proporción. Pero como normalmente todos están avisados de antemano de las tendencias de la "oferta y la demanda" (sic) del "mercado" (sic), gracias a la "información privilegiada" (inside information), suelen ser muy raros los desatinos, al menos que sucedan situaciones extraordinarias.

EN JAPON, la reguladora Agencia de Servicios Financieros ha introducido medidas restricitivas adicionales para la "venta en corto" con el propósito de levantar el índice bursátil Nikkei, que ha sufrido los embates de los megaespeculadores globales, cuyo máximo exponente es George Soros.

DESDE TOKIO, David Ibison resalta que "las reglas sobre los márgenes de venta en corto de los inversionistas institucionales y las corredurías, en un mercado a la baja, prevendrán el préstamo de los títulos para vender a precios elevados y luego recomprarlos a precios bajos usando dinero prestado" (Financial Times 6-08-02).

LAS CORREDURIAS estadunidenses más conocidas que se han consagrado de lleno y relleno a la "venta en corto" son: Salomon Smith Barney (filial del muy cuestionado Citigroup), Lehman Brothers, Merril Lynch) a punto de ser "linchada" por la opinión pública), Goldman Sachs (que se despachó con cuchara grande con los Tesobonos gracias a la presunta colusión de Zedillo, de acuerdo con su predecesor) y Prudential Bache.

SE HA CACAREADO incansablemente sobre la pérdida de riqueza que han sufrido los índices bursátiles de Estados Unidos, los cuales han visto evaporarse cerca de 7 billones de dólares, pero si aplica el sagrado cuan inmutable axioma de la "vieja contabilidad", cuando alguien pierde siempre existe alguien que gana. Ahora resulta más sencillo entender quiénes se están llevando las "pérdidas" cuando se desploman las bolsas, las cuales son ampliamente resarcidas en ganancias por medio de la "venta en corto" de los cárteles financieros de Wall Street y la City.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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