Puebla se ha convertido en el
tránsito obligado de ilegales centroamericanos,
sudamericanos e incluso orientales que intentan llegar a
la frontera norte del país, cuyo destino final es la
Unión Americana, lo que ha hecho que el Instituto
Nacional de Migración (INM), las autoridades estatales y
las municipales incrementen la vigilancia a fin de frenar
el flujo migratorio de indocumentados.
Sin embargo, algunos de los municipios colindantes con la
capital poblana, como San Martín Texmelucan, Atlixco,
Huejotzingo, Nealtican o Izúcar de Matamoros, al igual
que Ciudad Serdán, entre otros, han visto en los
ilegales una manera de hacer negocio al instalar casas de
descanso, que son puntos de partida para que los
indocumentados y mexicanos lleguen al país vecino del
norte; lugares en donde en ocasiones también los
centroamericanos y sudamericanos obtienen papeles
oficiales, como actas de nacimiento, constancias de
residencia y cartas de vecindad a cambio de una cantidad
considerable de dinero -200 dólares al menos-, a fin de
que su paso por México lo realicen sin percances y
eviten ser deportados a sus países de origen, de acuerdo
con información del Instituto Nacional de Migración. Los
"polleros" de Nealtican
Nealtican es sólo uno de los municipios en donde las
autoridades han aprendido a convivir a diario con los
llamados "polleros", donde éstos pueden
trabajar sin que nada ni nadie los moleste; en parte,
porque hacen oídos sordos, en parte, porque no existen
denuncias concretas contra los traficantes de personas, y
todo se queda en el plano de los rumores, pese a que
existan nombres y direcciones concretas de los que se
dedican al tráfico de personas.
De acuerdo con una investigación realizada, "el
señor Ventura, los hermanos Grande y Cirilo Ramos son
los tres que se dedican a pasar personas al otro
lado", citaron fuentes, cuyos nombres son omitidos
"para protegerlos de represalias". Ellos cada
15 días se llevan a centroamericanos a los Estados
Unidos, pero también a los del pueblo y la región,
dicen.
Pedro Luna Luna, alcalde de Nealtican, informó que de
los 13 mil 800 habitantes que tiene el municipio, unos 5
mil se han ido a los Estados Unidos en la última
década, lo que ha permitido reactivar la economía del
municipio, que depende en 50 por ciento de las remesas
que llegan de los que habitan en la Unión Americana. Sin
embargo, también ha tenido desventajas, como el abandono
del campo, la desintegración familiar, el incremento de
casos de VIH en hombres y mujeres, y la deserción
escolar de 70 por ciento de la secundaria a la
preparatoria de los jóvenes que estudian en ese lugar.
Luna Luna, al ser entrevistado en sus oficinas, precisó
que el grupo de los 5 mil que habitan la Unión Americana
está integrado por hombres y mujeres de entre 17 y 35
años de edad. "Los jóvenes sueñan con terminar la
secundaria para irse de Nealtican; eso se ve reflejado en
el número de cartas de identidad que solicitan para
evitar ser confundidos con centroamericanos; entregamos
de cuatro a cinco diarias".
El edil, pese a que al inicio de la entrevista negó
tener conocimiento de que hubiera "polleros" en
su municipio, más tarde aceptó que algunos de los
traficantes de personas que viven en Nealtican y en
Atlixco han intentado sobornarlo para que expida
documentación oficial a los ilegales para evitar que los
detengan en territorio mexicano, propuesta que -dijo- ha
rechazado.
El tráfico de personas
seguirá si no hay denuncias
De acuerdo con el INM, pese a que existan nombres y
direcciones, al no haber una denuncia concreta, la
Procuraduría General de la República está
imposibilitada para proceder contra los traficantes de
personas, debido a que la ley establece que debe existir
denuncia de por medio y ser ratificada para iniciar
acción penal.
Según esta dependencia, "cuando las autoridades
migratorias detienen a un grupo de ilegales, ellos evitan
denunciar al "pollero", ante la promesa de que
una vez que regresen a su país podrán intentar por los
menos otras dos veces llegar a Estados Unidos, lo que
evita que los traficantes de personas sean
denunciados".
Agregó que con la finalidad de disminuir el flujo
migratorio de ilegales por el país, autoridades de
diversos niveles presentaron ante el Congreso de la
Unión la iniciativa de ley para incrementar las penas a
los involucrados con el tráfico de personas, bajo la
propuesta de que la pena, que ahora es de seis años de
cárcel, se incremente a por los menos 30 años, debido a
que muchos de los "polleros", además de cobrar
cantidades excesivas por el paso de los ilegales, en
muchas ocasiones los dejan abandonados, lo que ha
provocado la muerte y desaparición de muchas personas.
La muerte va de la
mano con los migrantes
Pedro Luna informó que en los últimos cinco años al
menos cinco personas de Nealtican han perdido la vida,
algunas al intentar cruzar la frontera norte para llegar
a Estados Unidos y otras por diversas circunstancias,
además de que algunas han desaparecido. "En este
último mes nos llegaron tres; a uno lo atropellaron,
otro murió de enfermedad y el último se asfixió, se
metió a nadar y se ahogó", comentó el munícipe.
Indicó que los cuerpos tardan en llegar hasta 30 días
por el papeleo que los familiares del occiso deben
realizar ante diversas autoridades, mientras que el
traslado del cuerpo tiene un costo de unos 150 mil pesos.
Sobre las personas desaparecidas, indicó que una mujer
de 19 años de edad que vivía en Nealtican no se había
comunicado con sus familiares desde hace un mes, cuando
inició su viaje a los Estados Unidos, pero apareció la
semana pasada. No así, otra mujer de San Juan
Tianguismanalco, la cual el pasado 7 de junio salió y
nadie ha tenido noticias suyas.
El INM ha subrayado que los latinoamericanos que
pretenden llegar a los Estados Unidos "deben estar
concientes de que cada vez arriesgan más su vida, pues
las autoridades migratorias de la Unión Americana han
duplicado la seguridad para evitar la entrada de ilegales
a su país, dejando como única alternativa el paso por
el desierto."
Para evitar que los ilegales mueran en la zona desértica
deshidratados o por otras circunstancias, la Patrulla
Fronteriza colocará ocho tomas en el desierto de Yuma,
con lo que sumarán 14 grandes reflectores ubicados en
los desiertos de Arizona y Sonora.
Cada torre tiene un costo de 2 mil dólares y mide 9
metros de altura, lo que permite que se alcance a ver a
una distancia de 16 kilómetros. En la parte alta tienen
una placa metálica que brillará con el sol, y en la
parte inferior un botón rojo. Por tanto, los migrantes
que estén perdidos podrán guiarse por las torres, y en
caso de ser necesario oprimir el botón rojo para que
sean rescatados en menos de una hora, acciones que se
emprenderá con la finalidad de disminuir el índice de
muertes en la zona desértica entre México y los Estados
Unidos.
|