La recesión estaba comenzando cuando asumí el cargo, dijo
en programa de radio
George W. Bush responsabiliza a Bill Clinton de la
crisis financiera en Estados Unidos
Se declaró satisfecho por el aumento de la productividad en el segundo
trimestre
NOTIMEX, AFP Y PL
Washington, 10 de agosto. Aunque sin mencionarlo
por su nombre, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, culpó
hoy a su antecesor William Clinton por legarle la crisis financiera que
no logra remediar. "La recesión estaba comenzando cuando asumí
el cargo", indicó el mandatario en su mensaje sabatino a la nación,
difundido desde Crawford, Texas, a donde se retiró por un mes.
En
Crawford, Bush se declaró este sábado satisfecho del aumento
de la productividad durante el segundo trimestre en Estados Unidos, y estimó
que era una señal del retorno del crecimiento económico.
"Estoy contento con el anuncio de la productividad de
los trabajadores estadunidenses. Pienso que es la señal de un crecimiento
y un fortalecimiento de nuestra economía", afirmó el presidente
de Estados Unidos durante un breve encuentro con la prensa cerca de Crawford,
donde pasa las vacaciones en el rancho de su propiedad.
Esta no es la primera vez que Bush responsabiliza a la
administración del demócrata por los problemas financieros
que aquejan al país, pero sí la única, hasta el momento,
en que ha tocado más de cerca a Clinton.
Afectada más profundamente debido al impacto de
los atentados terroristas del pasado septiembre, los cuales afectaron gravemente
a las industrias del turismo y transportación aérea, la economía
estadunidense entró en un periodo de estancamiento en marzo de 2001.
Unos nueve meses después, la debacle de la firma
energética Enron, que se vino abajo debido a malas prácticas
contables, ennegreció aún más los pronósticos
económicos.
Bush reconoció que los escándalos corporativos,
que hasta el momento han alcanzado a más de siete grandes compañías,
representan un desafío para Estados Unidos, donde las bolsas de
valores no logran salir de los índices en rojo.
Sin embargo, el presidente insistió en transmitirle
un mensaje de esperanza a la ciudadanía, la cual, según un
reciente sondeo, no cree capacitado al jefe de la Casa Blanca para solucionar
los problemas.
Un creciente número de estadunidenses desconfía
del mandatario para enfrentar las denuncias contra el sector privado, sobre
todo porque él mismo y el vicepresidente, Richard Cheney, cayeron
bajo el escrutinio público, al revelarse que ambos incurrieron,
como ejecutivos, en las mismas faltas que ahora quieren erradicar.
A finales de julio pasado Bush promulgó una ley
que establece castigos de cárcel hasta de 10 años para los
empresarios acusados de fraude.