Los trabajadores convocan a una nueva marcha contra el hambre mañana
Argentina pide prórroga a acreedores
Roban placas de monumentos históricos, tapas de coladeras, cables
y lápidas en cementerios
Insta al FMI a otorgar asistencia; en Brasil, los problemas políticos
rebasan a los económicos
AFP
Buenos Aires, 10 de agosto. El mandatario argentino,
Eduardo Duhalde, pidió hoy dos años de gracia para el pago
de las deudas e insistió en la urgencia de un acuerdo de asistencia
financiera con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En su programa radial, Duhalde consideró necesario
un plazo mínimo para empezar a cancelar los débitos con los
acreedores como mecanismo para reanimar la economía.
El
dignatario abogó además por una reducción sustancial
de las cuentas con las instituciones crediticias para procurar una pronta
salida de la crisis, marcada por la cesación en el pago de la deuda
externa desde diciembre último.
La urgencia de un pacto con el FMI está dada por
la necesidad de contar con los préstamos requeridos para la reactivación
de le economía, aunque la entrega de éstos dependa de las
condiciones establecidas por la entidad monetaria.
La opositora Central de Trabajadores Argentinos (CTE)
convocó a una nueva marcha contra el hambre el lunes, según
informó este sábado en un comunicado.
La "marcha contra el hambre, por trabajo y en defensa
de la educación y la salud pública" recorrerá la periferia
de Buenos Aires del 12 al 15 de agosto, para protestar por la "violencia
social que implica el plan de ajuste oficial", precisó la CTA.
La ola de robos e inseguridad que sacude a Argentina no
respeta ni los monumentos públicos de Buenos Aires, donde ya es
evidente el vacío dejado por las placas de bronce que fueron arrancadas
para ser vendidas a fundiciones, destacó este sábado la prensa
local.
"Todo lo que sea de metal se reduce al provecho monetario
que se le pueda sacar", resumió el diario Clarín.
El hurto de las placas conteniendo datos sobre cada monumento se suma al
de cables de cobre de las líneas telefónicas, las tapas de
aluminio de los semáforos, las rejas de hierro de los desagües
en avenidas porteñas, los bronces de las lápidas de los cementerios
e incluso las manijas de las puertas de las viviendas.
Según fundiciones consultadas por Clarín,
el kilo de bronce puro se paga a 1.10 dólar en el mercado formal,
pero en el de chatarra se cotiza a 28 centavos de la moneda estadunidense.
En otro orden, aunque pocos son los que ponen en duda
la importancia del préstamo de 30 mil millones de dólares
del FMI a Brasil, la incertidumbre electoral y la dependencia de capitales
extranjeros sigue constituyendo un lastre para los mercados financieros
brasileños.
Analistas y editoriales analizan este sábado la
lógica de un mercado que parece ajeno al mayor salvavidas concedido
por el FMI a un país en apuros y que sigue más pendiente
de la suerte del candidato oficialista a las elecciones de octubre, José
Serra, empatado en el tercer lugar de los sondeos con el ex gobernador
de Río de Janeiro, el socialista Anthony Barotinho.
El gobierno estadunidense defendió sus intervenciones
financieras de esta semana a favor de Brasil y Uruguay, mientras rechazó
que exista un viraje en la política hacia los países del
continente en crisis. "No, no hay un cambio porque la prioridad del presidente
(George W. Bush) desde su primer día en el gobierno ha sido esta
región", dijo el viernes el subsecretario de Estado para Asuntos
Económicos, Alan Larson. De este modo, la administración
Bush buscó clarificar su posición frente a la crisis en Argentina,
que promueve un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para
allegarse fondos frescos para hacer frente a sus obligaciones.