Andrés de Luna reúne medio centenar de historias en El secreto de las cosas
La ultraderecha escandaliza más que el sexo
Textos eróticos sobre Mozart, el homicida de Versace y Marlon Brando, entre otros
CESAR GÜEMES
Lector obsesivo, prosista que no se desvela nunca y escribe reposadamente por las tardes, Andrés de Luna fue el primer escritor mexicano incluido en la célebre colección de literatura erótica La sonrisa vertical por su libro El bosque de la serpiente.
Catedrático en la Universidad Autónoma Metropolitana, De Luna ha dedicado buena parte de su esfuerzo a escribir sobre artes plásticas y cine (Arnold Belkin, Los convidados del alba: textos sobre arte y artistas, La batalla y su sombra: el cine de la Revolución Mexicana) y desde luego a uno de sus temas recurrentes, la sexualidad (Erótica: la otra orilla del deseo y Cuentos eróticos de navidad).
Esta vez da a conocer en forma narrativa medio centenar de historias en su momento íntimas de personajes que van de Mozart a Cunanan (victimario de Versace), del general Saturnino Cedillo al Dr. Atl y de Victor Hugo a Marlon Brando, reunidas en El secreto de las cosas (Tusquets).
El trabajo de escritor dentro del erotismo es casi un ejercicio en solitario: ''Cuando participé en La sonrisa vertical me pareció un tanto extraño ver que la colección y desde luego el libro con el que participé aparecía siempre en los rincones, en la parte baja de los libreros, como si estuvieran escondidos. Había una enorme incomprensión en cuanto a lo que era la literatura erótica que no se consideraba siquiera literatura. Me vi un tanto solitario, es cierto, como cualquiera otro que escribe con cierto tinte erótico".
Ya no hay susto por la sexualidad
-ƑQué es esto, doble moral?
-Falta de tradición. En México se han abierto los medios, aun la televisión más rutinaria y bizarra del mundo permite cotidianamente muchas escenas antes impensables. Ya no hay susto por la sexualidad sino cierta asepsia en términos literarios y enorme falta de tradición. En México carecemos todavía del gusto por la literatura que aborda estos temas.
-ƑEste ejercicio en solitario te ha llevado a pensar en el escándalo?
-No, en este libro los relatos son incluso muy contenidos. Lo último que me interesa es violentar el ambiente, pero lo primero que deseo es recuperar el espacio íntimo visto desde las letras. Los hechos que narro en El secreto de las cosas están vistos con toda naturalidad; no importa que Mozart coprofílico aparezca de cuerpo entero, ni que Cleopatra se vea como la felatriz que llegó a ser. Veo que el sexo no puede mover ya al escándalo, porque lo que escandaliza son muchas de las actuales visiones políticas, la falta de democracia, el surgimiento de la ultraderecha. El cuerpo debe recuperar, si no la naturalidad que ya hace muchos siglos perdió, al menos el carácter íntimo que es válido defender.
-Hay problemas técnicos a los que te enfrentaste, como el hecho de ver el asesinato de Versace desde la perspectiva de su victimario, Cunanan.
-Quizá no resulta tan complicado pensar, a partir de las descripciones que ofrecieron los medios, lo que atravesaba por la mente de Cunanan, filipino que vivía en una barcaza, abandonado y que sin embargo mantenía contacto con Versace. Eso me hace considerar una personalidad muy resentida, que podía disfrutar desde el gesto más íntimo de sus amantes mercenarios hasta la posibilidad de robarse una porción de la fama del diseñador de moda mediante un acto brutal. Ese texto fluyó sin demasiados problemas.
-Aunque sea brutal, el asesinato se ve como acto lógico en el apartado que le dedicas.
-Tiene una lógica interna el hecho, como espero que la tengan todos los que planteo: casi todas las sexualidades tienen una identidad y con ésta su propia lógica.
De Luna no tomó para su libro todos los ejemplos posibles, sino que decantó las anécdotas y las vivencias: ''Si algo hace sobrevivir al mundo es que siempre tenemos una historia que escuchar o una que contar. Así me encontré a lo largo del tiempo varias que eran muy interesantes. El filtro hizo que no consiguieran redondearse o que lo lograran".
-Es lo que ocurre con el Dr. Atl, su historia es redonda.
-Es un tipo magnífico. Recordemos que se enoja porque no lo invitan a un campo nudista que se organiza los viernes en el Convento de la Merced. Era un hombre ya grande, baldado, pero con una fuerza volcánica que decide encaminar a sus amores verdaderamente tórridos con Nahui Olin.
Cuidado con las demandas
-ƑA qué atribuyes que el porcentaje de mexicanos no sea alto en este libro?
-En gran parte por el cuidado que es preciso tener con las demandas. Me cuidé un poco, preferí que las historias de ciertas personas guardaran reposo para esperar otros tiempos. Pero la sexualidad mexicana abunda en anécdotas, como las que vivió Jorge Negrete, y como él muchos.
-ƑCuál es el problema con Negrete?
-No se puede contar su historia. Es complicada y ha pasado a ser vox populi, pero aun así todavía despierta conflictos. Cuando se hizo hace no mucho una biografía sobre él, me enteré de que fue necesario quitar las alusiones a su sexualidad. A cambio, incluyo la historia de Saturnino Cedillo, el general agrarista que tenía un harén en la calle Francisco Sosa.
-No te reservaste, sin embargo, la relación de Marlon Brando con Sal Mineo.
-Finalmente, no creo que sus herederos ni él mismo me demanden. Además él fue en su momento abiertamente bisexual y, según los datos que tenemos, con una capacidad erótica enorme. No descubrí personalmente esos datos. Brando se manejó siempre como un varón de gran porte y por eso tiene relevancia esta escena con Mineo, en unos baños abandonados de un estudio de filmación.
La mirada altera el hecho
-Tienes la ventaja de que si bien partes de hechos reales, en cuanto tomas a un ser del mundo concreto se convierte en personaje.
-Así ocurre y a lo mejor de mi parte es en ocasiones un poco abusivo, pero cuando alguien trabaja sobre estos temas la recreación se hace a partir de la lógica aunque no dejan de ser personajes ficcionados, construidos a partir de una visión y con un propósito literario.
Las diferencias entre colocar una cámara de video frente a un grupo de seres reales para observar su comportamiento cotidiano y escribir un libro que de alguna suerte funciona como ventana es clara para De Luna: ''Quien está frente a una cámara se comportará de forma distinta a como lo haría sin testigo alguno. La mirada altera el hecho. Cuando se colocan a personajes relativamente famosos delante de una cámara todos sabemos que no se van a desempeñar como en casa porque hay censura y autocensura. Lo que trato de hacer es verlos sin el menor asomo de censura, en ese pequeño espacio de intimidad que de pronto aparece a mitad de un relato biográfico, en una carta, en un diálogo. No me interesa el 'ventaneo' de nadie; quiero ubicar al personaje tal como era en los términos del realismo que uno puede construir como escritor".
-El secreto de las cosas bien puede resultar catártico, además de literario.
-Es posible. Con toda intención quiero señalar que la sexualidad es una pluralidad, que el cuerpo está abierto al mundo. La sexualidad no es una cuadrícula en la cual las personas circulan de forma convencional; al contrario, siempre eligen, elegimos, un camino determinado.