Elena Poniatowska
Dolores Olmedo
''He tenido cuanto he querido'' /III
Luis Echeverría ''me ofreció 60 millones por esta casa, a cambio de mi colección, špero imagínese si lo hubiera aceptado, si la casa sola vale el doble!'', expresó la coleccionista y promotora cultural Dolores Olmedo.
''Sería maravilloso que esta casa con su inmenso y hermosísimo parque se convirtiera en un museo. Ya veo a las familias entrar los domingos, como a Chapultepec, y caminar por los prados, echarles pan y tortillas a los patos. ƑQué comerán los pavorreales?'', pero Lola Olmedo, en cambio, piensa en un fideicomiso que manejen sus cuatro hijos.
-Esta casa tiene mucha historia, Elenita. Cuando llegaron los españoles tuvieron un encuentro con los xochimilcas en un ojo de agua, aquí frente a la casa donde vivió Hernán Cortes. En esta casa los españoles encontraron al abuelo del rey xochimilca y a Apotzihuatzin, el último rey xochimilca. Cuando él entregó Xochimilco a los españoles, lo nombraron cacique español y Pedro de Alvarado lo bautizó con el nombre de Luis Zerón Cortés de Alvarado. Cuando llegaron los españoles, este lugar que ahora es mi casa se llamaba Tzonmolco; en 1650 pasó a manos de un español que le puso Coatitlán, que quiere decir ''lugar de serpientes" y muchos años después pasó a ser La Noria, porque en la casa había dos ojos de agua circundados por una fuentecita de la cual brotaba el agua.
''Más tarde se pierde la historia de quiénes fueron los dueños hasta llegar a Emiliano Zapata, que puso su cuartel aquí en La Noria. šFíjese qué bello! Los zapatistas la abandonaron y años después la adquirió un alemán Richter, dueño de La Gran Sedería, quien regaló parte de la casa techándola porque estaba muy destruida. Vivió en tres cuartos con su señora, gente muy bella, por cierto, porque rescató lo que vale la pena para México. Me hice amiga de él y por casualidad vine a dar con la casa y cuando la vi inmediatamente pregunté: ƑQué no venden esta casa? y me dijeron que si. Así que fue como me quedé con la casa, pero tuve que restaurarla completamente y esta labor duró más de dos años. La mayoría de los muros altísimos no tenían techo; este salón en el que estamos sentadas se dividía en ocho cuartitos. Pedí permiso a Antropología para tirar algunas paredes, ya destruidas, así es de que aunque no me hubiera dado permiso Antropología, ya estaban derruidas. Teché estas piezas inmensas y estas vigas que ve usted tienen 25 metros de largo y las compré en una demolición de una casa del siglo XVI en las calles del Carmen.
''En realidad, allí compré toda la madera, todas esas inmensas trabes que usted ve y que se llaman gualdas; teché el comedor de la cocina, conservé las bóvedas originales, la capilla también tiene una bóveda preciosa y en la que pienso instalar el mural de Diego Rivera que acabo de comprar en Nueva York y que pesa una tonelada.''
Subasta en Nueva York
-ƑCómo se llama este mural? ƑCuánto pagó usted por él?
-Se llama Frozen assets (Fondos congelados) y salió a subasta con una base de 25 mil dólares y subió a 31 mil 500 en lo que yo lo adquirí. Claro que me va a salir en mucho más porque tengo que pagar un impuesto municipal estadunidense y el traslado, porque el mural pesa mil 8 kilos y las compañías aéreas cobran dos dólares por kilo, además del seguro por un precio muy alto ante cualquier desperfecto o avería que suceda en el vuelo. Ahora el mural está en perfecto estado y tiene un colorido fuera de todo lo que hizo el maestro Rivera.
Lola Olmedo es directora de dos mu-seos: Anahuacalli y Frida Kahlo; los dirige y los sostiene íntegramente. Asimismo es presidenta del Comité Técnico del Fideicomiso constituido por Diego Rivera y el Banco de México, del cual también fue miembro la desaparecida Ruth Rivera Marín, así como Lupe Rivera Marín, que sólo asistió a las primeras reuniones.
La pasión y el culto de Lola por el ''maestro Rivera", como lo llama, se ha considerado a través de los años y por eso ansiosa, entusiasta, pasional, fue a la subasta de Sotheby's en Parke Bernet para ver los murales ofrecidos: Soldados y trabajadores, Fondos congelados (que Lola adquirió). Taladro neumático, Soldadora eléctrica", valuados entre 40 y 60 mil dólares. Lola Olmedo se la pasó con la mano levantada nerviosamente y todavía así, en un abrir y cerrar de ojos, se le fue un cuadro que pensaba adquirir. Lola pudo darse cuenta que Diego Rivera es en este momento el artista mejor cotizado; en la subasta se vendió más que Tamayo, Orozco, Siqueiros, Cuevas o cualquiera de los artistas conocidos, aunque Francisco Toledo sí alcanzó gran éxito con sus gouaches que sobrepasaron el máximo. Frida Kahlo, Covarrubias, Olga Costa, el doctor Atl, Pablo O'Higgins, Günter Gerzso, Francisco Zúñiga y otros más no llegaron al mínimo, es decir, al precio en el que estaban valuados. No alcanzaron ofertas justas y por eso mismo no fueron vendidos. Raquel Tibol y Antonio Rodríguez declararon falso un Posada por lo que fue retirado. Se ve que a Lola Olmedo le apasionan las subastas porque habla de ellas con entusiasmo y conocimiento.
Colecciones y museos
-Lola, Ƒcómo funciona el fideicomiso que usted maneja? En realidad, no sé bien a bien lo que es un fideicomiso, perdone usted mi ignorancia.
-Mire usted, pienso dejar todas mis colecciones, lo estoy hablando con mis hijos precisamente ahora, pero quiero dejar mis cosas puestas a mi gusto. Será mal gusto pero es mi gusto y son mis cosas. Me ha costado mucho trabajo ganar el dinero para tenerlas. Entonces, Elenita, estoy platicando con mis cuatro hijos, la forma en que puedan quedarse las cosas en el país y que ellos se queden con lo que ellos quieran para que no vayan a decir que todo lo legué al pueblo y no dejé nada a mis hijos. šTampoco! Eso no me parecería justo... Pero la noticia de cómo se va a llevar a cabo, se la guardo a usted, para dársela más adelante.
-Pero, Ƒel fideicomiso?
(Sonríe)
-Mire, lo de Diego Rivera lo dejo al pueblo en una forma de fideicomiso, porque en un fideicomiso no puede meter la mano nadie.
-Entonces, Ƒesta casa-fortaleza quedará en forma de fideicomiso?
-Posiblemente no toda la casa, Elenita, pero cuando menos al maestro Rivera sí lo dejo al pueblo íntegramente. Estoy pensando en qué forma dejo mis Frida Kahlos, mis Angelina Beloff, mi colección prehispánica, mi artesanía popular y otras colecciones que tengo buenísimas, una de caracoles y otra de arte chino. šNo sabe lo que tengo de arte chino, una fortuna! todas las cosas en las que me he pasado la vida gastando. Precisamente por eso estoy ahora platicando con mis hijos.
-ƑPor qué?
-Porque uno no tiene la vida comprada y aunque no sé si podamos ver del otro lado, lo que nos pasa aquí, haré yo un berrinche horrible, al ver que se repartan mal mis colecciones.
-ƑUsted no quiere que estas colecciones se muevan de esta casa?
-No me importa el lugar, pero sí pretendo que se queden juntas, como colección.
-Pero, Ƒqué pasaría si no quedaran en esta casa?
-De no quedarse aquí, se quedarían en un Museo Diego Rivera, que es para quien los he juntado.
(El domingo pasado, me cuenta Lola frente a la colección de figuritas de Jaina, que según los conocedores es la mejor de nuestro país -no la tiene ningún museo- comieron 24 personas: Lola Olmedo, sus cuatro hijos, nueras y nietos, con una prima hermana que Lola siempre invita. En el comedor también hay una estela maya que tampoco posee recinto alguno. En realidad, las piezas precortesianas de Lola Olmedo son únicas y todas de primera. A un ladito de donde enchufo la grabadora se encuentra una figura reproducida millones de veces en los billetes de 50 pesos que emite el Banco de México y le da la espalda a don Benito Juárez.
Asimismo Lola posee una serie de atardeceres, acuarelas del maestro Rivera, que pintó en su casa de Acapulco en la que vivió durante dos años consecutivos antes de morir. Lola puso el mar a su disposición y la casa para pintarlo y ahora piensa convertirla en museo y donar la casa también, ya que en ella Diego pintó varios murales con vista a la calle para que pudieran verlos la gente del pueblo. šQué bueno, entre más donen los ricos, mejor!
Influencia de Diego Rivera
-Diego Rivera ejerció en mi una gran influencia, ni yo misma podría explicarlo aunque he tratado de hacerlo a lo largo de 20 años de su partida. Una vez él ''ido" (Lola no pronuncia jamás la palabra ''muerto"), traté de analizar el poder que tenía sobre mí. Mucha gente ha inquirido: ''Bueno, pues ustedes Ƒeran amantes o usted estaba enamorada de él?" No estoy además dispuesta a contestar intimidades de Diego y mías, Ƒno? Ni siquiera a usted. El otro día, un señor aquí, en una comida en la casa se atrevió a decirme que Diego Rivera era homosexual y asexuado; me dio tanta rabia que le respondí: ''No". ''ƑLo dice usted con certeza?" -me preguntó malicioso-. ''Sí, lo digo con toda certeza , no era ni una ni otra cosa y usted, señor, además es un idiota". šImagínese usted, Elenita, preguntar cosas de esas acerca de un genio como lo fue el maestro!
-Es que a los hombres y las mujeres famosos siempre les suceden incidentes desagradables porque están expuestos a la estupidez o al descaro de los envidiosos. En alguna ocasión Lola, me contó María Félix, que un periodista o corresponsal se sentó frente a ella en su sala; ella le ofreció cognac y de buenas a primeras el entrevistador le preguntó que de qué prostíbulo del norte la habían sacado. María Felix llamó a su mayordomo y sin inmutarse le dijo al señor: ''Mire usted, usted está sentado en mi sala, en uno de mis sillones, bebiendo un cognac que yo misma le serví". Se dirigió entonces al mozo: ''Acompáñeme usted a éste a la puerta y ciérrela bien tras de él". Supongo, Lola, que toda la gente célebre está sujeta a que se le falte al respeto y corra sobre su persona toda suerte de rumores.
''Siempre hice travesuras''
-Me divorcié de Phillips cuando mis hijos eran pequeños, porque me di cuenta que él no se enorgullecía de mi trabajo, sino todo lo contrario, quería que tejiera sentada en la casa y con la pata rota. Yo tocaba el piano y jamás volví a tocarlo, Mamá me mandó tomar clases de piano, tocaba bien, sé leer música todavía, pero ya no toco porque dejé de practicar durante muchos años y entonces me dio flojera volver a empezar; ahora ya no me siento ante el piano. Mi marido Phillips sólo pretendía que yo fuera un motivo decorativo dentro de su casa hasta que me cansé. Le dije: ''Tengo demasiadas cosas qué hacer para perder el tiempo en la casa"
''A través de él, como le digo, y por la revista Mexican Life conocí a gente fascinante, pintores, escritores (por mi madre conocí bien a José Vasconcelos, desde muy niña); teníamos amigos muy importantes, todos los extranjeros famosos, escritores, pintores lo visitaban; ése siempre fue mi mundo. Por su revista y por su modo de ser -Phillips fue escritor- sólo veíamos a gente que tiene algo que dar. Cuando me divorcié, mi hijo Carlos debe haber tenido seis años. Es el más chico de mis hijos y nunca me volví a casar hasta que ellos fueron grandes. Como madre, nunca permití (ni a mi marido se lo permití) que golpeara a uno de mis hijos. No creo que se deba pegar a los niños, mis hijos siempre han sido muy consentidos y nunca han oído un 'no' de su madre en nada, con excepción de su casamiento porque siempre he repelado cuando me avisan que se quieren casar.
''Mi hijo Alfredo fue el primero en casarse con una muchachita irlandesa a la que quiero mucho, pero al principio repelé. A mí hija Irene la bronquié, a mi segundo hijo también. El único matrimonio con el que estuve de acuerdo fue el de mi hijo Carlos con Lupe Margáin, porque hace muchísimos años soy amiga de Hugo Margáin y Lupe es una muchacha muy bonita, educada, culta y me encantó que mi hijo se casara con ella. Mi nieta, la hija de Irene, que ve usted aquí acabándose las cerezas, se llama Dolores como yo y tiene mi mismo genio; hace las mismas maldades y me la traen para que la regañe, pero a mí me da mucha risa. Yo hacía grosería y media, y esta nieta se sube a los árboles, se les esconde a los papás para asustarlos (ríe) y es respondona. Yo hacía eso y más, siempre he sido aventada y hasta la fecha conservo este carácter.
''Con la única persona con la que me portaba decente es con mi mamá porque ella no me soltaba, pero en la casa me escondía o tenía novio cuando era muy chiquita y lo contemplaba yo en la esquina y pensaba que era un hombre muy grande aunque no lo era, pero sí en comparación conmigo porque él era un abogado.''
-ƑQuién era?
-šAh, no le voy a decir los nombres! No se me adelante tanto, Ƒeh?
-ƑY con quién se volvió a casar?
-Con Hugo Olvera, el rejoneador Juan Cañedo, su nombre profesional era Juan Cañedo, el verdadero Hugo Olvera, bueno es, porque no se ha muerto. Aquí está mire, aquí en esta fotografía. Yo me divorcié de él. Era un hombre muy divertido, éramos muy cuates, realmente eso es lo que éramos, cuates pero llegó un momento en que se me acabó la cuatería, lo convencí y nos divorciamos.
-Pero usted, Lola, Ƒqué tenía que hacer con un rejoneador?
-Nada, absolutamente nada, ha dado usted en el clavo, ni yo misma me lo explico.
-ƑSiquiera le gustan a usted los toros?
-Eso sí, me gustan mucho y fui empresaria de toros y perdí hasta la camisa.
-ƑPor culpa de él?
-No, por culpa de él me metí a los toros para que volviera a rejonear porque había estado años fuera de la rejoneada. Hicimos una empresa en la que participó mi hijo Carlos, quien se entusiasmó mucho con El Cordobés al que conoció en un viaje a España. Es una maravilla, El Cordobés y yo lo traje a México y las únicas corridas que toreó las toreó con mi empresa. Mi hijo aprendió muchísimo de negocios en esa empresa.
-Pero usted, Lola, Ƒse volvió empresaria de toros por amor a Hugo Olvera?
-No exactamente, porque a mí siempre me ha llamado mucho la atención una nueva aventura financiera y ésta era una nueva aventura.
-ƑY Diego Rivera la dejó a usted casarse?
-Diego era muy celoso de sus amigas y entonces sabiendo eso y para evitar una bronca con él mejor no lo volví a ver durante una temporada larga.
Figura de las finanzas nacionales
-Oiga Elenita, quiero decirle algo acerca de mi nieta Dolores.
(Lola me lo dice en forma retadora, en este momento parece pantera, en realidad es una leona que se dispone a defender a sus cachorros, toda blanca y negra, como reina de baraja, su pelo negro suelto sobre los hombros, camina hacia mí y reclama):
-Usted escribió que mi nieta caminaba descalza por sentirse la pobre niña millonaria. Mire, mi nieta es parecidísima a mí en carácter, anda descalza como yo anduve y ando y como mi madre lo hacía también y no por sentirse la pobre niña millonaria, porque a ninguno de mis hijos le importa el dinero como no me importa a mí.
-ƑPero como no le va a importar, Lola, si se ha dedicado a hacer dinero? Los ricos repiten siempre que no les importa el dinero. Esa es una salida fácil.
-Pues no lo es, a los Olmedo no nos importa el dinero. Lo tenemos y sabemos disfrutarlo pero no vivimos para él. A mi nieta Dolores, me gustaría que la viera usted trabajando en la ofrenda del Anahuacalli, ayudándome a limpiar las piezas, yendo a conferencias y a conciertos conmigo, no porque sea mi nieta sino por consciente, por educada.
Lola Olmedo saca una libreta en la que apunta todo: citas, recordatorios, fragmentos de diario, teléfonos, cuentas, lo que sea y me dice de nuevo, retadora:
''Usted también dice que soy metalizada. No lo soy. Me gusta el dinero, pero porque repito, lo trabajo. Me gusta para rodearme de cosas bellas y porque depende de mi mucha gente, no sólo mis trabajadores sino mucha gente más.
-ƑCuánta gente depende de usted?
-Pues, Elenita no me gustaría hablar de eso, sentirme Cantinflas y presumir de lo que hago, pero depende de mí un asilo de niñas a quienes mi mamá les daba clases y dinero y no teniéndole y desde chica vi que ella lo mantuvo.
''Así es que desde ahora he tomado la obra entre manos y les dije que los iba a sostener íntegramente. También dependen de mí cien familias. En esta casa trabajan 22 personas y entre el Museo Frida Kahlo y el Anahuacalli 30 personas.''