viernes 2 de agosto de
2002 |
Editorial La ineficiencia de la banca mexicana |
En los últimos tres años y medio,
la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de
los Servicios Financieros ha devuelto a nivel nacional
más de 12 mil millones de pesos a unas 535 mil personas
que sufrieron abusos o equivocaciones de instituciones
crediticias, de seguros o afores. En el caso del estado
de Puebla, unos 17 mil ciudadanos han logrado que por las
mismas circunstancias les reembolsaran 238 millones de
pesos. Esta situación se debe en gran medida al grave deterioro que hay en los servicios que ofrecen los bancos, en donde es notoria la reducción de personal, las fallas en los sistemas de cómputo y en las máquinas de los cajeros automáticos, por citar sólo algunas de muchas deficiencias. Tales problemas ponen en evidencia el fracaso de la privatización de la banca en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y, después, la apertura de capital extranjero a estas instituciones, así como el rescate financiero que les concedió el gobierno de Ernesto Zedillo, mismo que continúa con la actual administración de Vicente Fox. Los bancos quedaron en manos de empresarios sin escrúpulos, ineficientes y que en muchos casos han resultado ser auténticos delincuentes, que pese haber cometido gigantescos desfalcos, gozan de impunidad por su relación con grupos de poder político. La ineficiencia y la corrupción en los bancos no es un asunto que competa únicamente a los inversionistas de estas instituciones o los usuarios afectados, sino debe indignar a todos los mexicanos, ya que con el erario se está pagando el rescate de estos centros financieros. Es necesario exigir a nuestros legisladores sanciones severas contra los malos banqueros. |