CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
La forma es fondo
ESTA VEZ, más que nunca, las diferencias entre Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador se ampliaron.
NO QUIERO decir con ello que se trata de una visión católica contra una opuesta, se llame como se llame, sino de las formas y el fondo con el que uno y otro se comportaron ante la presencia del Jefe del Estado Vaticano, Juan Pablo II, durante su visita a esta capital.
REPITO, NO se trata de religiones, es más que eso. Vicente Fox, lo vimos todos -muchos sólo por obligación profesional-, hizo que a la llegada del jefe del Estado Vaticano se tocara el Himno Nacional Mexicano, lo que más allá de cualquier especulación dio al acto un carácter oficial que no tenía, porque esta visita fue única y exclusivamente religiosa, es decir, el anfitrión fue Norberto Rivera, la Iglesia mexicana, no el Estado y menos aún Vicente Fox.
ENTONCES, LA presencia humillada de Fox frente a Juan Pablo II se marcó, desde luego, como una transgresión a la Constitución.
PERO DEJEME darle más argumentos. La Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional explica en su ar-tículo 42 que "El Himno Nacional sólo se ejecutará, total o parcialmente, en actos solemnes de carácter oficial, cívico, cultural, escolar o deportivo, y para rendir honores tanto a la bandera nacional como al Presidente de la República".
QUEDA CLARO entonces que el Himno Nacional se ejecutó para rendir honores al Presidente de la República y se tocó porque era un acto oficial. De esa forma, fuera de las especulaciones, el recibimiento al jefe del Estado Vaticano se dio en forma y fondo y frente a ese jefe de Estado Fox postró al Presidente de México.
DEL OTRO lado, Andrés Manuel López Obrador, actuó con respeto a las leyes de nuestro país y esto ya ha sido comentado en diferentes espacios. Su presencia y discreción republicana contrastaron con la devoción vaticana que exhibió Fox y que, encuestas aparte, fue calificada en muchos ámbitos de la vida cotidiana de este país como una ofensa.
LOPEZ OBRADOR cumplió con su trabajo y con su investidura. Cumplió con recibir a un Jefe de Estado que no estuvo en el país en visita oficial y cumplió al dar a los ciudadanos que profesan la religión católica todas las facilidades para expresar su fe con el más alto grado de seguridad.
Y ALLI se ahondaron las diferencias. La sobriedad frente a la desproporcionada manifestación de la creencia. El Estado como fe suprema en contra de lo religioso sobre el interés del país.
SERIA DIFICIL, tal vez aventurado, decir que las encuestas que muy pronto estarán a la vista de todos reprobarán una u otra actitud, pero la conducta de uno y otro dibujan cuáles son los intereses fundamentales de estos dos hombres.
SI ERA esto lo que se proponía como cambio, si es esto lo que se anunció como la "transición", habrá muchos que deberán estar arrepentidos, una vez más, y cuidado, el PRI acecha.
DE UNA cosa puede estar seguro Fox: si después de su sexenio no consigue trabajo en una trasnacional, puede ofrecerse como vocero papal.
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