Luis Javier Garrido
La cuestión
La cuestión que se ha planteado en México tras la quinta visita de Juan Pablo II no es de carácter religioso, sino político: hasta cuándo el presidente Fox seguirá violando impunemente, y con prepotencia cada vez mayor, la Constitución mexicana
1. El desprecio de Fox hacia el marco legal no sólo se ha expresado al buscar despojar a los campesinos más humildes de sus tierras, sino en las relaciones Estado-Iglesia, pues con gestos de prepotencia irracional hizo ostentación de doblegarse en público ante la autoridad papal, evidenciando la sumisión del Estado mexicano al Vaticano, en busca de la ayuda papal para sus políticas (y para su divorcio), confundiendo deliberadamente lo público y lo privado, y no contento asistió a actos de culto público, transgrediendo la ley, y ha multiplicado actitudes y declaraciones que transgreden abiertamente la ley y tendrán consecuencias políticas.
2. A la pregunta de La Jornada y otros medios sobre si aún hay separación entre Estado e Iglesia, debe agregarse: Ƒpuede un Presidente, que protestó cumplir la Constitución, violarla por y para todo impunemente?
3. La estrategia del capital trasnacional para subordinar a los pueblos campesinos de América Latina al proyecto de globalización y convertirlos en trabajadores de empresas multinacionales, las que junto con las tierras están apoderándose de los recursos básicos de las comunidades, y que ha recibido pleno apoyo de Karol Wojtyla desde los años 80 colaborando con los organismos financieros internacionales y con los gobiernos nacionales para impulsar políticas que sometan a los pueblos indios con el pretexto de que el Vaticano está en lucha "contra el comunismo" y la "Teología de la Liberación", pretende tener un nuevo impulso en México con el reciente viaje papal, que parece destinado al fracaso, y la actitud de Fox no es el único elemento para considerarlo.
4. La nueva visita del Papa en un viaje político, como todos los suyos, para canonizar al supuesto indígena Juan Diego, de cuya existencia no hay pruebas, y para beatificar a dos indígenas oaxaqueños, victimados por delatar ante autoridades virreinales a aquéllos de sus hermanos que mantenán su cultura y religión, y que son tres casos que representan la sumisión de los campesinos indígenas humildes al poder político e ideológico dominante, parece destinada al fracaso, pues los procesos religiosos culminan, dos décadas después, en un momento en el que las comunidades indígenas del continente están tomando plena conciencia de sus derechos.
5. La decisión de impulsar la presencia del clero conservador en las comunidades indígenas, atendidas en las pasadas décadas por la Iglesia comprometida, fue uno de los acuerdos de Salinas de Gortari con la Santa Sede al inicio de los años 90, tras modificar el marco constitucional en lo relativo a relaciones Estado-Iglesia, y tuvo una de sus expresiones en la decisión papal de santificar a campesinos indígenas, que empieza a culminar en 2002 con los actos de Guatemala y de México. La decisión anacrónica y oportunista del gobierno de Fox de montarse en la estrategia del clero católico ante las dificultades que enfrenta para someter a los campesinos y lograr la entrega del territorio nacional a las multinacionales, no parece que pueda ayudarle, como muestran casos de resistencia civil, desde Montes Azules hasta Atenco, donde los campesinos, con la ley en la mano, se oponen a las políticas de expoliación del foxismo, que para prevalecer no tiene más recurso que transgredir la ley.
6. La burocracia foxista ha perdido los estribos porque el ejemplo de Atenco parece que cunde y así, para defenderse de un gobierno que actúa cada vez más en la ilegalidad, muchos pueblos recurren a la resistencia civil, como han hecho desde hace años las comunidades zapatistas de Chiapas. Lo mismo en Alberto Dexhi, donde el Supremo Consejo Nañú retuvo a dos empleados de Hacienda, que en Celestún, donde 700 pescadores de pulpo retuvieron a oficiales de la Marina para lograr la libertad de sus compañeros, o que en Guerrero, donde 300 ejidatarios retomaron las tierras de Punta Diamante, en éstos y otros casos los campesinos le están diciendo al gobierno que no se van a dejar.
7. La misión que los centros de poder financiero le han asignado a Fox -profundizar los programas neoliberales que en su momento les impusieron a Salinas y a Zedillo- está encontrando escollos que no esperaba. El Plan Puebla-Panamá, que es el conjunto de medidas tras las que se enmascara la ofensiva neoliberal en México y América Central para despojar a los campesinos indígenas de sus tierras y con ellas de su cultura, de su forma de vida y de su identidad para entregarlos al mercado del trabajo, está siendo derrotada, no sólo en Atenco, y ésa es la realidad que el foxismo se niega a aceptar, por eso recurre al respaldo de la cúpula de la Iglesia.
8. El último acto de oportunismo de Fox consistió en aprovechar la tardanza del avión papal en despegar para pronunciar unas palabras desafiantes en un acto improvisado, olvidando de nuevo el marco constitucional que establece la separación Estado-Iglesia, para señalar ante la mirada aterrada de su secretario de prensa, Rodolfo Elizondo, que en sus políticas hacia los indígenas se guiaría por los señalamientos papales y que en el futuro tendrá, según él, un nuevo motivo de inspiración "en Juan Diego".
9. La jerarquía eclesiástica mexicana sale profundamente desprestigiada de la visita papal porque evidenció durante los actos litúrgicos su vinculación con la oligarquía que colmó la Basílica de Guadalupe. Las aspiraciones papales, ya de por sí lejanas del arzobispo Norberto Rivera, tuvieron un revés definitivo, ya que no podrá explicar cómo incluyó en la fila de los privilegiados que recibieron la comunión de la mano papal a presuntos delincuentes, como el gobernador mexiquense Arturo Montiel, señalado por represor y por su responsabilidad en el homicidio del campesino de Atenco.
10. La única forma de construir un México democrático y en la legalidad es respetando las leyes, y ante la incapacidad del Legislativo y el Judicial para someter a Fox a la Constitución no se deja a los mexicanos más recurso que la resistencia civil.