VISITA PAPAL

Su proceder lleva un mensaje antes del año electoral

El Presidente utilizó la visita del Papa con fines políticos: académicos

JOSE GALAN Y ALMA E. MUÑOZ

Más allá de las violaciones flagrantes a la Constitución, el comportamiento "populachero" del presidente Vicente Fox ante Juan Pablo II lleva un mensaje político ante el inicio del año electoral 2003, a pesar de que el propio mandatario había sostenido que la visita del Papa no debía utilizarse como instrumento político, afirmó Guillermo Villaseñor, catedrático de ciencias políticas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Manuel Canto Chac, especialista en temas religiosos, insistió en que el estado de derecho en México se puso en riesgo ante la actitud confesional de Fox, y lamentó que este comportamiento rompa con la equidad que el gobierno debe brindar a todas las iglesias. Precisó que no está prohibida la manifestación de creencias, pero "sí constituye una violación que los funcionarios se hagan presentes como tales en actos religiosos públicos".

Villaseñor expresó su preocupación porque a los mexicanos "ya no nos llama la atención" que el presidente Fox "asuma con absoluta ligereza" el mandato de la Constitución, "a la que toma a chacota, como ahora en que hay una evidente ruptura de la laicidad del Estado mexicano por intereses políticos partidistas".

Respecto del mensaje papal, el catedrático subrayó "la claridad" con que el jefe del Estado vaticano buscó llamar la atención para que los derechos indígenas "tengan una atención privilegiada. El Papa concedió una importancia a la cuestión indígena que los actuales gobernantes no han otorgado, y la prueba más clara es la disputa sobre la reforma en materia de derechos y cultura indígenas", agregó.

Por su parte, Canto Chac subrayó que no obstante que el Ejecutivo afirma que respeta el marco legal, "lo violenta a cada rato, dejando a la jerarquía católica halagada". Precisó que la laicidad implica que no hay una religión de Estado y que éste es respetuoso de todas la iglesias. "Romper este sentido es violar el estado de derecho".

Por su parte, el rabino Moshe Walles, de la comunidad judía de México, desdeñó la actitud confesional del mandatario porque "participar en actos que son de fe y de bondad no le hace daño a nadie. Si el Presidente tomó la decisión de participar en ciertas actividades, independientemente de lo que es la ley, desde el punto de vista moral respondió a brindar un mensaje para ser más justos, honestos, bondadosos, misericordiosos y piadosos".

A su vez, el presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas, Arturo Farela, indicó que envió un extrañamiento a la Secretaría de Gobernación por la actitud del Ejecutivo federal ante el jefe del Estado vaticano. "Vicente Fox tiene derecho de profesar la religión que mejor le parezca, pero deberá practicarla en privado pues antes que su devoción religiosa está el correcto ejercicio de su deber constitucional".

Francisco Castellanos, de la Iglesia Dios en la República Mexicana, dijo que el Ejecutivo contravino el espíritu constitucional, aunque no mostró extrañeza porque el gobierno falta al principio de equidad con las diversas religiones. "Por años los evangélicos hemos oído promesas que no se cumplen y hemos sufrido el desdén."