Dibuja la ANUIES panorama desalentador de las instituciones de educación superior
Grupos de poder y mafias clientelistas ponen en riesgo la universidad pública: Pablo Latapí
Comienza el ciclo de conferencias El Debate por la UNAM, organizado por la CECU
KARINA AVILES
En la inauguración del ciclo de mesas El Debate por la UNAM, que extenderá esta semana con la participación predominante del sector académico, el investigador nacional emérito Pablo Latapí afirmó que en los últimos años las universidades públicas han sido objeto de un conjunto de políticas modernizadoras emprendido por gobierno federal que ha afectado su cobertura, crecimiento, formas de gestión, de financiamiento y normas de su vida académica y sus relaciones con la sociedad, con las empresas y con el Estado.
Alertó sobre un cambio de paradigma que se impone lentamente a las universidades públicas por la vía de los criterios de financiamiento, las presiones, las negociaciones y la evaluación.
El nuevo paradigma restringe plazas por productividad, impulsa los principios de la gestión inspirados en la "búsqueda de la calidad total", la eficacia medible, y somete a evaluaciones continuas a instituciones, programas y personal, destacó.
Ayer comenzó en diversas instancias universitarias la primera discusión formal mediante la realización de foros para discutir la reforma de la institución. La convocatoria fue realizada por la Comisión Especial del Congreso Universitario (CECU).
En ese contexto, el investigador del Instituto de Investigaciones Económicas Imanol Ordorika llamó la atención respecto de que en dichos foros "no hay ningún tema referido a estudiantes", como la permanencia, el ingreso, el servicio social, las becas y las formas de representación de los alumnos en los órganos de gobierno, entre otros.
Esas mesas, afirmó, muestran con "nitidez la visión controlada y acotada que tienen las autoridades" y son representativas de la forma en que éstas ven a los estudiantes: "como algo ajeno, como adversarios o, por lo menos, como un sector que no merece atención o interés y que puede ser excluido sin grandes consecuencias. Parece que no aprenden la lección".
Aclaró que participará en una de las mesas del foro, pues "es importante que haya algunas voces discordantes que rompan la visión homogénea que se construye alrededor de las autoridades universitarias y que planteen una visión alternativa de la universidad".
Públicas, pero eficientes
Latapí y el profesor emérito de la Facultad de Filosofía y Letras Leopoldo Zea participaron en la mesa El papel de la universidad pública en la sociedad contemporánea.
Latapí señaló que si bien es cierto que las políticas privatizadoras que han afectado a las universidades públicas obedecen a la lógica del mercado y están dictadas por organismos internacionales comprometidos en afianzar el capitalismo en su nueva etapa globalizadora, como opinan algunos, también lo es que ''existen varias formas de 'privatización hacia adentro', que es cuando grupos de poder o mafias clientelistas se apropian de sus bienes y oportunidades en su beneficio particular".
El investigador señaló que es en esta coyuntura cuando debe redefinirse lo que se entiende por universidad pública. Pero precisó que su carácter público no la dispensa de ser tan eficiente y exigente como la mejor de las privadas.
Aclaró que la evaluación del desempeño académico es indispensable: "toda buena universidad es meritocrática, pues su funcionamiento se basa en una jerarquía del saber". Sin embargo, se tienen que definir los criterios y procedimientos de evaluación, a fin de que sean congruentes con la producción de conocimiento, eviten un credencialismo estéril y no dañen el sentido comunitario de la institución.
Leopoldo Zea manifestó que la universidad ha sido siempre objeto "de manipulaciones diversas de carácter político: hemos vivido varios años sometidos a presiones tanto de derecha como de izquierda".
Destacó que la universidad pública ha tenido una función integradora de la nación. Su meta es unir lo diverso y servir a la sociedad que la hace.
En el auditorio Ramón de la Fuente de la Facultad de Medicina, el estudiante Gilberto Ramírez, de la Facultad de Economía, señaló a los presentes que el "congreso que se pretende hacer sólo ha convocado a un sector que tiene intereses políticos", y señaló que no representa a nadie y tiene que empezar de cero.
KARINA AVILES
El secretario general de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), Jorge Luis Ibarra Mendívil, alertó sobre la configuración de un panorama desalentador para el mantenimiento, el crecimiento y la calidad de la educación superior, y la tendencia a que las instituciones de ese nivel reciban cada vez una proporción menor de los recursos federales destinados al sector en su conjunto.
''ƑQué logros significativos respecto al perfil educativo del país se espera alcanzar si los nuevos sujetos integrantes de la comunidad estudiantil son atendidos por instituciones que han recibido desde 1995 hasta 2001 menor presupuesto por estudiante del que recibieron en 1994'', cuestionó.
El funcionario enumeró varias cifras que dibujan el escenario que calificó de "preocupante" en materia de financiamiento. La previsión para este año es que el porcentaje de inversión realizado en educación superior respecto al total de la SEP aumente 0.44 por ciento, lo que situaría a la educación superior en una condición "más desfavorable" que en 1993, que ya es suficientemente baja y mucho más negativa que la de los años precedentes del decenio de los noventa, indicó.
Al participar en El Debate por la UNAM, organizado por la Comisión Especial del Congreso Universitario (CECU), Ibarra Mendívil indicó que la crisis comenzada en 1982 ha llevado a una espiral de la cual aún no se sale. También manifestó que la economía mexicana está sujeta a permanentes amenazas, ''y para este año se han anunciado ya recortes que afectarán a la educación".
Además llamó la atención sobre el crecimiento de la tasa anual de la matrícula de educación superior, que es de 3.83 por ciento, frente a la tasa anual del gasto federal en este nivel, correspondiente a 2.68 por ciento de 1994 a 2001.
Apuntó que hubo un desequilibrio en detrimento de la educación superior si se compara el incremento del gasto federal en educación básica pública de 48.3 por ciento en 1994 a 2001, y el gasto federal en educación superior que fue de 23 por ciento en el mismo periodo, a pesar de que la matrícula en educación básica sólo creció 6.8 por ciento en dicho periodo frente a un incremento de 29 por ciento de la matrícula de educación superior.
En otra mesa sobre el presupuesto universitario, el contralor de la UNAM, Raúl Robles Segura, informó que la Auditoría Superior de la Federación realizó la revisión de la cuenta pública 2000 y "salimos muy bien librados", pues las observaciones fueron pocas.