Decenas de familias son amenazadas, dice líder evangélico
Con el abierto catolicismo de Fox creció la "intolerancia" religiosa
Jerarca eclesiástico pide al masón Carlos Quintanilla respeto para la investidura papal, en mesa organizada por el PRI
JOSE ANTONIO ROMAN
La abierta profesión de fe católica del presidente Vicente Fox, incluso en sus actos de gobierno, ha provocado no sólo cierta "altanería" entre la jerarquía eclesiástica, sino también aumento en los casos de intolerancia religiosa, denunció el presidente del Comité Evangélico de Defensa, Abdías Pérez Landín.
Al participar en la mesa redonda La religión en política y educación, organizada por el PRI, el líder evangélico citó casos específicos de intolerancia, como los que actualmente viven decenas de familias evangélicas en el municipio de López Rayón, en Guanajuato, o de San Miguel Agua Bendita, en el estado de México, así como en varias comunidades de la sierra oaxaqueña, donde pesa la amenaza de expulsión en su contra, sin que las autoridades intercedan hasta el momento.
El acto se realizó en un ambiente ríspido por las acusaciones mutuas que sobre todo sostuvieron el líder masón, Carlos Quintanilla, y Joaquín Salcido, quien fue diputado en la 51 legislatura, con el director de Justicia y Paz, de la arquidiócesis de México, Francisco Javier Acuña.
Salcido, presidente del Colegio Nacional de Economistas, señaló que la Iglesia católica nunca ha dejado de participar en cuestiones políticas. Tradicionalmente, dijo, ha apoyado a la derecha mexicana, situación que se evidenció en las pasadas elecciones presidenciales, cuando promovió abiertamente el voto en favor de Fox.
Consideró que muchos sectores creen erróneamente que se ha superado el debate en torno a la participación de las iglesias en hechos políticos. De hecho, la católica tiene un carácter dominante, que incluso logró que el PRI, a través de sus gobernantes y legisladores en turno, "borrara" el artículo 130 constitucional para favorecerse.
En tanto, el presidente del Colegio de Abogados del Estado de México, Jesús Alvarado Bonilla, recordó que cuando el presidente Carlos Salinas propuso las reformas constitucionales en materia religiosa existía una fuerte resistencia por parte de muchos sectores.
Sin embargo, dijo, "fuerzas malévolas" hicieron posibles tales cambios, que hoy permiten a la jerarquía eclesiástica participar de manera más activa en asuntos públicos y políticos del país. "Definitivamente el pueblo no quería estos cambios, porque sabe distinguir con claridad entre la política y la religión".
El líder masón Carlos Quintanilla Yerena señaló que los ministros de culto no son ciudadanos comunes ni corrientes, como algunos de ellos afirman para tener derecho a votar y ser votados.
Insistió en que el Estado mexicano debe mantener su carácter laico, "aunque Fox haya ido a la Basílica de rodillas, y debe recibir a Karol Wojtyla, alias el papa Juan Pablo II, como jefe de Estado".
Los comentarios tanto de Salcido como de Quintanilla provocaron una fuerte reacción de Javier Acuña, representante de la arquidiócesis de México. Reprobó el tono "agresivo" de varios de sus interlocutores y pidió respeto para la investidura papal. "Para usted -dijo al líder masón- ese nombre puede significar nada, mucho o cualquier cosa, pero está abandonando el terreno del respeto. Yo no le refiero el alias en relación con (Benito) Juárez y la sobredimensión que de su figura ha hecho el Estado mexicano llevándolo a los altares patrios con una desproporción considerable".