Lunes en la Ciencia, 15 de julio de 2002


Esa tecnología ofrece la posibilidad de retrasar el envejecimiento o incrementar la manipulación genética

Nanorrobots, Ƒinfierno o paraíso de la humanidad?

Ramiro Gómez Luengo

Cuando en enero de 2000 el entonces presidente William Clinton divulgó en Estados Unidos una iniciativa nacional de nanotecnología, prometió brindar 500 millones de dólares para investigación y señaló que esa tecnología permitiría en el futuro combatir enfermedades, retardar el envejecimiento, eliminar los desechos tóxicos e incluso aumentar el suministro de alimentos, muchos creyeron que era una tomadura de pelo, una broma del Día de los Santos Inocentes o el anuncio de una nueva versión de la película Viaje fantástico, de Dennis Quaid, pero con el correr del tiempo ese futuro ya nos está alcanzando.

La idea parece ridícula: se podrá erradicar la contaminación del agua y el aire, el agotamiento de los combustibles fósiles, la provisión de nuevas e ilimitadas fuentes de energía, y construir automóviles, edificios, carreteras, etcétera, manipulando la materia en la escala del nanómetro (mil millonésima parte de un metro).

nanorrobotsSi sabemos que una bacteria mide mil nanómetros y los virus están entre los 10 y los cien, empezaremos recién a percibir que esta revolución científica ųsegún los científicosų será más importante que todas las anteriores.

Futuro y logros

Es cierto, actualmente la nanotecnología (mezcla de química e ingeniería dirigida a controlar y manipular la materia al mínimo nivel: atómico y molecular), que busca crear nanorrobots microscópicos dotados de inteligencia informática que les permitan realizar pequeñas operaciones terapéuticas, tiene más futuro que logros.

Pero sus posibilidades son inconmensurables: se podrán desarrollar fármacos inteligentes para cada órgano o célula y las nanomáquinas programables podrán buscar y eliminar de las arterias humanas virus, excesos de grasas, colesterol, células cancerígenas y marcadores genéticos.

Pero también es presente, porque algunos productos fabricados a escala miniaturizada ya están en el mercado, como láseres para reproductores de CD, espejos y lentes de alta calidad. El primer utensilio para aplicar la nanotecnología ya fabricado es el microscopio con efecto túnel, con el cual se han podido formar letras alineando átomos que miden 0.1 nanómetros cada uno.

Al menos 11 agencias gubernamentales estadunidenses ųla NASA, en primer lugarų realizan investigación en nanotecnología, además de los departamentos de Energía y Defensa. También países de la Unión Europea, empresas como Hewlet Packard, IBM, Institute Forresight, Advance Telecommunications Research, Raytheon Systems, etcétera, y las universidades de California, Nueva York, Texas, McGill (Canadá), Técnica de Dinamarca, Birmingham (Inglaterra), entre otras.

Están envueltos en esta vorágine científicos de gran prestigio como Thomas Jonson, Deepak Srivastava, George Witesides, Stan Williams, Phil Kuekes, Shouheng Sun, Gary Fehr, Peter Grütter, y muchos otros, que quieren hacer realidad el "mundo feliz" del futuro, época en que el hombre manipulará todo, hasta su destino genético.

Los investigadores creen que en un plazo no mayor de cinco años se habrá construido el primer ensamblador de materia, que creará nuevos materiales, mientras Michael D. Lemonick estima que en al menos 25 años los narrobots, a los que califica de "obreros del futuro", serán capaces de construir las cosas más diminutas imaginable usando moléculas e incluso átomos "en lugar de ladrillos", y podrán transformar la hierba en pan y un trozo de carbono, átomo por átomo, en un diamante perfecto.

La curiosidad mató al ratón

Hoy en día los logros de la nanotecnología son muchos, desde nuevos métodos para almacenar y manipular información hasta máquinas minúsculas con átomos, y sus aplicaciones también han llegado a la biomedicina, la industria, las telecomunicaciones y el espacio. España lanzará próximamente el Nanosat, con componentes miniaturizados, y la NASA, China, Japón y la Unión Europea proyectan construir nanosatélites que realizarán las mismas funciones que los costosísimos gigantes que orbitan la Tierra, pero por su tamaño serán varias veces más baratos, potentes y efectivos.

Con la manipulación del ADN, por medio de nanorrobots, para eliminar enfermedades y el proceso de envejecimiento, la humanidad está entrando a un mundo futurista que solamente se lo imaginaron los escritores de ciencia-ficción, pero que ya nos alcanzó. Sus posibilidades son inconmensurables, pero también hay peligros, porque la manipulación genética y el cambio de lugar de átomos podrían ser también el comienzo del fin de la especie humana, capturada en una trampa mortal por su insaciable curiosidad.