La formación plástica de Posada comienza cuando trabaja con su padre que fue panadero; continúa en el taller de cerámica de su tío. Antes de iniciar su trabajo en la imprenta, estudia dibujo en la academia municipal de Aguascalientes. Ags.

Es posible que sus calaveras, como La Catrina tengan reminicencias de los tiempos infantiles en los que tuvo contacto con los juguetes de cartón de Guanajuato.

Ricardo Pérez Escamilla escribe: "Los investigadores acostumbran a etiquetar al artista autodidacta como popular y al académico como alguien que domina un saber excluyente de los conocimientos adquiridos fuera de las aulas...

...Posada es un artista único, por su libertad creativa, conceptual y técnica original, y su obra no puede limitarse a la grandeza convencional de los artistas de museo.

...tuvo una formación general y visual basada en los conocimientos populares de su época y en la "alta cultura" accesible entonces por transmisión oral y práctica de ideas y técnicas en el trato cotidiano con amigos y compañeros de trabajo ilustrados".

Los sellos olmecas, son uno de los antecedentes más remotos del grabado en México.

Los Alebrijes

José Guadalupe Posada Aguilar nació el 2 de febrero de 1852 en la capital de Aguascalientes. A sus 15 años trabaja de dibujante en el taller litográfico de José Trinidad Pedroza; ahí desarrolla sus conocimientos sobre piedra para impresión, láminas de metal y tableros de madera, y realiza sus primeras litografías. De esa época perduran caricaturas políticas, imágenes religiosas, viñetas y etiquetas para cigarros y cerillos hechos por Posada.

La imprenta y litografía de Pedroza ofrecía entre sus trabajos, ''retratos, caricaturas, estampas, libranzas, circulares, recibos, escudos, planos, tarjetas, esquelas, cajetillas y timbres", lo que da idea de la versatilidad de Posada y sus compañeros de trabajo. Sus caricaturas se publicaban en el periódico El Jicote; por sus contenidos y efectos políticos empiezan las presiones sobre Pedroza, quien se ve obligado a salir de Aguascalientes para establecerse en León (Guanajuato). Posada lo acompaña y años después Pedroza le vende su taller.

Aunque buen número de sus trabajos no son conocidos se calculan en cerca de 20 mil los que produjo en sus 61 años de vida. Fue difusor de las ideas revolucionarias, crítico de las injusticias y desigualdades, interpretó los sueños, temores y realidades de la gente, creó seres venidos de sus sueños e hizo vivir a la muerte.

Silabarios, recetarios, catecismos, juegos de mesa, letanías, calaveras y hojas sueltas circulan de mano en mano en unas cuantas horas. Por medio de su trabajo reseñan los sucesos de la capital y los más relevantes del país. Este quehacer agudiza la capacidad de síntesis de Posada, pues muchas veces lo gráfico supera lo escrito; junto con el manejo tipográfico de títulos y textos forman conjuntos de singular armonía.