Intentan labriegos de Atenco ingresar a la terminal; no hubo incidentes
graves
Enfrentamiento de campesinos y policías en el
aeropuerto capitalino
Marchan hacia el Zócalo; insisten en que impedirán el despojo
de sus propiedades
Unos 600 campesinos de San Salvador Atenco pretendieron
ingresar al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM),
pero elementos de la Policía Federal Preventiva lo impidieron. Durante
casi 30 minutos hubo conatos de violencia entre ambos grupos, balas de
salva disparadas al aire por los uniformados y cohetones y palomas
lanzadas por los campesinos; el saldo del encuentro, empero, fue blanco.
Luego, el contingente partió hacia el Zócalo capitalino.
A las 15:30 horas opositores a la construcción
del nuevo aeropuerto en Texcoco llegaron con machetes a las entradas principales
de la terminal aérea, donde ya los esperaban 800 elementos de la
PFP con gases lacrimógenos y perros, el Grupo de Operaciones Especiales
(Gopes) de esa corporación y la vigilancia interna.
Los campesinos, varios con el rostro cubierto con paliacates,
descendieron de siete camiones, dos camionetas y tres autos por la zona
de hangares, frente a las entradas principales. Allí se encontraron
con una valla policiaca de 30 elementos, que lograron rebasar sin mayores
dificultades.
Encolerizados, blandían sus machetes sobre el piso
y gritaban consignas -''tierra sí/ aviones no" y "ni hoteles/ ni
aviones/ la tierra da frijoles"-, mientras se dirigían a la puerta
nueve, a un costado de la sala de llegadas internacionales.
Ya frente a esa entrada, los campesinos estuvieron a punto
de ingresar a la terminal, pero fueron repelidos con los escudos de decenas
de elementos de la PFP, que hicieron varias detonaciones al aire para intimidarlos.
Los ejidatarios respondieron con palomas a la acción, con
lo que obligaron al bloque policiaco a replegarse. Luego golpearon con
sus machetes las puertas de cristal.
Aunque al principio los campesinos sólo se habían
congregado en ese acceso, la puerta nueve, en minutos ya estaban distribuidos
a lo largo de las distintas entradas del AICM. La vigilancia fue reforzada
con el Gopes.
Cuando ya se habían congregado centenares de uniformados,
la fuerza pública arremetió con mayor fuerza contra los inconformes,
y durante casi media hora se suscitaron conatos de enfrentamiento en distintas
zonas del bulevar de ascenso y descenso. Entre detonaciones, golpes de
machetes en escudos y gritos, los manifestantes fueron replegados.
Entonces el comisario general Francisco Anguiano, mando
de las Fuerzas Federales de Apoyo, buscó dialogar con los campesinos
para evitar que el enfrentamiento se desbordara. Los ejidatarios decidieron
retirarse en dirección al Zócalo para seguir con su protesta.
Tempranos preparativos
Los campesinos de los 13 pueblos afectados por la expropiación
de 5 mil hectáreas para el nuevo aeropuerto comenzaron los preparativos
del mitin desde la mañana. Mediante el tañido de las campanas
de la iglesia de San Salvador Atenco se convocó a los campesinos.
A bordo de sus vehículos recorrieron los poblados
de Atenco y Acuexcomac para que la gente se incorporara a la movilización
que iría al AICM y al Zócalo capitalino.
Cuando salieron de la cabecera municipal de San Salvador
Atenco, sobre la autopista Lechería-Texcoco, los ejidatarios tuvieron
un altercado con el conductor de un tráiler que pretendió
rebasarlos. Los labriegos dañaron el vehículo con sus machetes.
Recorrieron la carretera Texcoco-Lechería, la autopista
Peñón-Texcoco y el Periférico Oriente.
Mientras, en el AICM efectivos de la Policía Federal
Preventiva esperaban desde las nueve de la mañana el arribo del
contingentes.
En punto de las 15:30 horas, llegaron al aeropuerto y
permanecieron ahí por 30 minutos para dirgirse al Zócalo
capitalino.
Durante su marcha del aeropuerto al Zócalo se incorporaron
varios contingentes del Consejo General de Huelga, del Frente Francisco
Villa y algunos integrantes del magisterio.
Un avión de madera y papel con la leyenda ''Fox
Air Lines'' era el distintivo de la cabeza de la marcha que llegó
a la plancha del Zócalo.
Antes de empezar el mitin, protestaron frente a Palacio
Nacional, donde empuñaron sus machetes, e Ignacio del Valle, uno
de los dirigentes del movimiento, arengó: "Defenderemos con nuestra
vida las tierras que nos quieren despojar para la construcción de
su proyecto empresarial".
Uno a uno, los representantes de los pueblos afectados
expresaron las razones de su inconformidad y ratificaron que sus tierras
no están en venta. Luis Alberto Corredor Velázquez, ejidatario
de Tocuila, Texcoco, dijo que en la visita que acababan de hacer a la terminal
aérea comprobaron que "el aeropuerto no es para los mexicanos, nos
lo acaban de cerrar como si fuéramos extranjeros".
El campesino de San Salvador Atenco, Jesús Adán
Espinosa, sostuvo que "en México no existe legalidad, porque si
la hubiera o existiera alguna autoridad competente, ya hubieran echado
abajo ese decreto expropiatorio. Hay pruebas de sobra de que no existe
utilidad pública en este proyecto aeroportuario, pues sólo
servirá para enriquecer a unos cuantos".
Denunció la represión de que son objeto
desde el 22 de octubre, cuando empezaron a manifestarse en contra del proyecto.
"Antes no nos conocían, ahora nos califican de todo, de terroristas
y de rateros. No lo somos. Quien es así es el gobierno".
Aseguró que la lucha continuará hasta las
últimas consecuencias, y si es necesario, a costa de su vida; "nos
asiste el derecho, la razón y la legalidad, las únicas armas
con que contamos".
''El aeropuerto sería una de las más grandes
inversiones del gobierno federal y uno de los más jugosos negocios
para las empresas nacionales y transnacionales, así como para el
gobierno del estado de México o el grupo Atlacomulco. Este proyecto
también estaría respondiendo a intereses del Plan Puebla-Panamá
que se traduce en exterminio de los pueblos para poder construir maquiladoras
de mano de obra barata y vender los recursos naturales que nos pertenecen
a todos los mexicanos'', dijo Felipe Alvarez, representante de la comunidad
de Nexquipayac.
Cuando comenzó la llovizna, los campesinos quemaron
dos aviones de papel de unos tres metros de largo, uno de ellos con la
bandera de Estados Unidos, y el otro era el "jet privado de Fox", dijeron.
Esto como símbolo de que ningún avión aterrizará
en sus tierras, aseguraron. JAVIER SALINAS, CORRESPONSAL; ANGELICA ENCISO
Y ELIZABETH VELASCO