lunes 8 de julio de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
Opinion

"Carta abierta a Luis Paredes"

n Anamaría Ashwell

La Historia Tolteca Chichimeca (documento escrito y pintado en Quauhtinchan, Puebla entre 1547 y 1560, elaborado para fundamentar demandas y linderos de tierras) no deja lugar a dudas algo que ya sabíamos por la Relación de Cholula de Gabriel de Rojas de 1581: todos los gobernantes de los señoríos prehispánicos, algunos de pueblos tributarios o aliados y otros de pueblos independientes y lejanos, llegaban a Cholula a recibir la confirmación y consagración de sus señoríos. Un mapa del viejo altepetl cholulteca (archivo P. KirchoffINAHPuebla) da cuenta que en el siglo XVI por lo menos 69 pueblos (reagrupados por las necesidades de tributo y de la catequización española) todavía reconocían a Cholula como su cabecera. Cuetlaxcoapan, como lo conocían los cholultecas según el texto del Códice de Cholula (B. Simmons: 1967), bajo la jurisdicción de Cholula, fue el lugar que los españoles le quitan a la recién creada República de Indios de Cholula para fundar en su lugar la ciudad de Puebla de los çngeles en 1531. En el Mapa no. 4 de Cuauhtinchan (lam 1.2:1563), Cuetlaxcopan está marcado con la denominación "Los Angeles". Puebla tiene su origen, entonces, en un señorío indígena dependiente de la gran ciudad comercial, civilizadora y sagrada, la Tollan Cholollan Tlachihualteptl como se le conoció a Cholula a partir del SigloXII.
Esta historia no la cuenta Motolinía (en sus Memoriales, de 1543) porque se limita a mirar el lugar desde su fe y dice "..a do en otro tiempo era morada de los demonios, cibdad de Satanás, habitación de enemigosÉ" refiriéndose a Cuetlaxcoapan la ciudad indígena cuyas "aguas coloradas" eran, agrega, criadoras de culebras. Motolinía sí cuenta, sin embargo, que la Audiencia Real dispuso trasladar a los indígenas de Tlaxcala, Huejotzingo, Calpan, Tepeyac y Cholola, en números de miles para crear Puebla de los çngeles (ver también C. Reyes: 1990). Un antropólogo se puede conmover cuando lee lo que Motolinía añadió: "...no tardaron mucho los indios en limpiar el sitio". Hoy sabemos lo que "limpiar" un sitio indígena significó para los frailes y conquistadores españoles en el siglo XVI. Desde hace mucho tiempo los antropólogos sabemos entonces que el territorio donde se asienta el centro histórico de Puebla fue un lugar habitado por los antiguos mexicanos (G. Cepeda Cárdenas; García Moll; García Cook; Merino Carreón, Coloquio Sobre Puebla: pág.125146:1990) y tenemos estudios bastantes precisos sobre los pueblos tolteca chichimeca que se apoderaron de la totalidad del territorio del centro del estado actual de Puebla. Es más, en 1986 el centro regional INAH llevó a cabo investigaciones arqueológicas en la calle 2 Sur entre la 7 y la 9 Oriente, lugar conocido como El Hospitalito (donde actualmente se encuentra el museo de la Fundación Mary Street Jenkins) porque en un estudio de "mecánica de suelos" aparecieron entierros; el INAH procedió a detener inmediatamente la remodelación del inmueble hasta que los arqueólogos pudieran rescatar y proteger los restos prehispánicos en el subsuelo (ver F. Cortés de BrasdeferINAH; Coloquio Puebla, pág. 173; 1990). De ese estudio parcial se obtuvo cerámica policromada, artefactos de piedra, navajas de obsidiana pertenecientes al posclásico. En lo que se refiere a la investigación arqueológica del Centro Histórico de la ciudad de Puebla, resumo, queda todo por hacer. Sin embargo, ningún antropólogo serio se atrevería a proponer una excavación exhaustiva en el centro histórico de Puebla porque implicaría tocar el subsuelo de los grandes monumentos coloniales que son también nuestro legado. Entonces, ¿qué derecho le asiste a usted para excavar, destruir y explotar comercialmente este subsuelo arqueológico? Y ¿por qué cree que los antropólogos, ante una mínima intervención o insinuación de convertirlo en estacionamiento de coches, no íbamos a protestar?
Yo mantengo la esperanza que la cordura y la sensatez prevalecerán y que todos los poblanos, usted también con nosotros, protegerán nuestro zócalo, su subsuelo arqueológico intacto, porque no concebimos ningún futuro para esta gran ciudad sin respeto a su historia.