Desocupados amenazan con tomar la Plaza de Mayo

Deben salir delincuentes de la policía argentina: ministro de Seguridad

STELLA CALLONI/II Y ULTIMA

Buenos Aires, 1o. de julio. La primera escaramuza fatal de los hombres de mano dura en el gobierno del presidente argentino, Eduardo Duhalde, provocó la respuesta pública como se vio en las multitudinarias manifestaciones de la semana pasada, y a estas horas los sectores más duros de los piqueteros (desocupados) anuncian marchas y hasta la ocupación de la Plaza de Mayo.

Los dirigentes ratificaron hoy su lucha por trabajo, aumento a salarios y subsidios totalmente desfazados por la realidad recesiva y la inflación, pero algunas de las consignas suenan más que fuertes: "que se vaya Duhalde". Izquierda Unida realizó un acto en Avellaneda, epicentro de la represión del pasado 26 de junio y marchó hacia esta capital, mientras que enfurecidos ahorristas estaban en las calles del centro. El gobierno busca soluciones que no conforman a los ahorristas, mientras que la banca extranjera pide más dureza contra éstos.

Este día el nuevo ministro de Seguridad y Justicia de la provincia de Buenos Aires, Juan Pablo Cafiero, sostuvo que había "que cambiar la situación de cuajo", ya que el proceso de depuración de la policía bonaerense quedó trunco. "Hay que sacar a la policía delictiva y llevarla a la justicia. Hay que meter mano y no permitir que en la policía haya acciones corporativas", dijo el nuevo ministro que se enfrenta a un desafío muy difícil de cumplir rodeado por ese mundo donde anidaron ex represores y mafias.

Pero también otros gobernadores agitan fantasmas que están en la misma línea de los que montaron los hombres de la mano dura para reprimir. El gobernador de Salta, Carlos Romero, sobre el que penden mucha acusaciones por enriquecimiento ilícito y hasta narcotráfico, pese a lo cual es uno de los preferidos de la DEA estadunidense y también de la CIA que trabaja activamente en esa zona del noroeste fronterizo con Bolivia, acaba de presentar una denuncia judicial contra "posibles provocaciones y actos de violencia" que, según el preparan "grupos radicalizados", que en este caso son precisamente los más moderados: la Central de Trabajores Argentinos y la Corriente Clasista y Combativa(CCC).

En mayo pasado algunos gobernadores peronistas dijeron al secretario de Seguridad que el gobierno era demasiado blando ante la protesta social. Durante el primer semestre de este año se dieron más de mil 700 cortes de rutas y vías públicas y más de 11 mil conflictos en los cuales no hubo represión. Faltaría ahora que el presidente descubra quién organizó este juego de guerra sucia que utilizó una resolución tomada por una Asamblea Nacional Piquetera de pocos días antes bajo liderazgo del Polo Obrero donde se planteaba seguir la lucha hasta provocar otro 19 o 20 de diciembre.

El Movimiento de Desocupados está dividido entre sectores más radicalizados y algunos grupos descalifican duramente al movimiento que inspiró la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) o la Corriente Clasista y Combativa (CCC). Hay varios enfoques en el extenso mapa de las organizaciones piqueteras, que ahora se ven tentadas a endurecer posiciones ante los hechos recientes y reflexionar por las infiltraciones de moda. La reciente presencia de Carlos Menem en Estados Unidos, intentando ganarse el apoyo de George W. Bush y los halcones estadunidenses, también es tenida en cuenta a la hora de valorar los antecedentes. Se recuerdan sus palabras en Washington cuando dijo que "las calles de Buenos Aires están tomadas por los marxistas y por la delincuencia y eso desencadena la violencia", por lo que para combatirlos "es necesario un liderazgo fuerte".

También se menciona la reciente aparición de los grupos de choque del menemismo, encapuchados, para reprimir los numerosos escraches (señalamientos) contra el ex presidente. Son señales fuertes, tanto como las declaraciones de algunos funcionarios en fecha reciente armando otros escenarios, y mencionando en informes que fueron públicos la supuesta presencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el conflicto piquetero del noroeste, especialmente en Salta, donde quedaron remanentes estadunidenses de las maniobras conjuntas Cabañas 2001.