Instaurado
en 1983, durante el segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del
Caribe, este 22 de julio se conmemora el Día Internacional del
Trabajo Doméstico, el que realizan las amas de casa y que generalmente
es poco reconocido aun dentro del seno familiar. Pero si el de ellas
es escasamente valorado, el que efectúan las mujeres a cambio
de una remuneración tiene como norma la explotación, el
abuso o la ausencia de un marco legal que proteja a quienes lo llevan
a cabo.
En una situación
de excepción, las trabajadoras del servicio doméstico
tampoco tienen acceso a capacitación, lo que les permitiría
-en caso de tenerla- obtener mejores oportunidades laborales en un centro
de trabajo formal, como una empresa y no solo en un hogar. Esto, debido
a que "existe la creencia generalizada de que por ser en su mayoría
mujeres quienes se emplean en él, no requieren conocimientos
y habilidades para el desempeño de esta actividad laboral, pues
realizan funciones ¨naturales¨ de su sexo", dice María
Elisa Villaescusa, presidenta de la asociación civil Mujeres
y Desarrollo Económico Integral (Mudein), agrupación que
ha impulsado la capacitación de las trabajadoras del servicio
doméstico.
En marzo de este
año, entró en operación el programa piloto para
la Certificación con Normas Técnicas de Competencia Laboral
para Empleadas del Hogar, el cual fue presentado por Mudein y apoyado
por el gobierno capitalino, a través del Instituto de la Mujer
del Distrito Federal.
Este programa -explica
Villaescusa- tiene como objetivo motivar a las empleadas del hogar para
que obtengan un diploma o certificado que sirva como constancia de sus
habilidades aprendidas en su quehacer cotidiano, y si es necesario,
que se capaciten en cinco "normas" para el servicio doméstico:
servicios generales de limpieza; lavado y planchado de prendas; servicios
generales de alimentación; preparación de alimentos a
nivel especializado, y cuidado de niños.
La certificación
de competencia laboral la otorga el Consejo de Normalización
y Certificación Laboral (Conocer), organismo en el que -expresa
la presidenta de Mudein- participan la Secretaría de Educación
Pública, así como la de Trabajo y Previsión Social.
Las interesadas
en obtener el certificado tienen que acudir al único centro evaluador
existente en el DF hasta ahora, el "Hogar de la Joven", ubicado
en la calle de Acordada 99, colonia San José Insurgentes (teléfono
55 98 42 56); ahí, las religiosas encargadas de este organismo
no gubernamental las evalúan en dos de las cinco normas aprobadas
por Conocer (limpieza general y lavado y planchado) y si requieren capacitación
se las otorgan. El costo para obtener "el diploma con validez nacional
que acredita que son personas competentes en las normas en las que se
certificaron", cuesta 200 pesos para limpieza general y 230 para
lavado y planchado.
Hasta ahora, Mudein
ha otorgado 100 becas para igual número de mujeres, a fin de
que se capaciten y obtengan su diploma. "La certificación
laboral por sí sola no eliminará la discriminación
y constante violación a los derechos humanos de este sector de
las mujeres; sin embargo, es un paso muy importante para la dignificación
del servicio doméstico", concluye la presidenta de Mudein.