Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 26 de junio de 2002
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Deportes

ƑLA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

La última noche de Gardel

EL ACIAGO LUNES 24 de junio de 1935, nació a la inmortalidad Carlos Gardel al chocar e incendiarse el avión en que despegaba del deficiente aeropuerto Olaya Herrera, de Medellín, Colombia. Edmundo Vidal, mexicano de Durango, aventurero irredento y trotamundos incansable, me platicó un miércoles 24 de junio de 1970, en la cantina La Opera, sus impresiones de la última noche de Carlos Gardel en el hotel principal de la siempre accidentada capital del departamento de Antioquia.

"FUI A COLOMBIA -empieza Vidal en una grabación milagrosamente recuperada- tras los pasos del matador retirado Juan Silveti, quien con su pequeña hija se había refugiado en aquel país luego de sus problemas con la justicia mexicana. Tras entrevistarlo en Cali y constatar su hiperactivismo político, ahora al lado del presidente liberal Alfonso López Pumarejo, me dirigí a Medellín, donde el domingo 23 de junio actuaban, cada quien por su lado, David Liceaga, fulgurante diestro de México, y Carlos Gardel, en una esperada y muchas veces pospuesta gira que incluía Puerto Rico, Venezuela, Aruba, Curazao, Colombia, Panamá, Cuba y México.

El zorzal criollo


"POR EXTRAÑAS RAZONES, luego de sus exitosas actuaciones ambos artistas declinaron toda invitación de sus admiradores y se refugiaron en sus respectivas habitaciones del hotel. Conocedor de las afinidades entre el espectacular torero y el internacional ídolo, inventé que a uno lo invitaba a cenar el otro y viceversa en un salón privado. Accedieron y a las 10 de la noche empezó el que sería el postrer convivio de El zorzal criollo. Debo aclarar que Liceaga no era un torero más, sino la sensación del momento. Contratado inicialmente por tres corridas en Bogotá, llevaba hasta entonces 18 tardes en las principales plazas colombianas, cortando orejas en cada ocasión.

"GARDEL ACUDIO ACOMPAÑADO de su inseparable letrista y amigo Alfredo Le Pera y de sus guitarristas Angel Riverol y José María Aguilar, y el joven Liceaga, héroe de los ruedos con 24 años, de un cronista de Bogotá, de su apoderado colombiano y de este servidor, al que esa noche la frase de un extraño tango cimbraría sus afanes de escritor inmaculado: 'Y vos resultás, haciendo el moralista, un disfrazao sin carnaval'.

Antecedentes taurinos


"FUE ENTONCES CUANDO nos enteramos de los singulares antecedentes taurinos que rodeaban a Carlitos, a quien admiraba y había ido a ver a Buenos Aires nada menos que el maestro José Gómez Ortega Gallito, a principios de 1920, en su gira fugaz por el Perú. 'ƑVos podés creer que el loco se embarcó de Lima a Valparaíso, cruzó los Andes en tren y de la estación se fue al Esmeralda?', comentaba todavía incrédulo El morocho del abasto.

šVaya un buen tango!


"Y EL GUITARRISTA Riverol no se aguantó: 'ƑY pueden creer que a mi prima Remedios la dejó embarazada el tal Gallito, y cuando el hombre, por carta, había accedido a reconocer su gracia, lo mató un toro en Talavera de la Reina? Tres años después, cuando debutamos en el Apolo de Madrid, pude mostrarle a Rafael El Gallo una fotografía de la hijita de su hermano muerto. Bañado en lágrimas, el calvo matador me entregó un fino reloj de oro con la súplica: 'Para que se ayude'. 'šVaya un buen tango!', terció el periodista colombiano, para enseguida soltar un 'perdón', ante la fulminante mirada del grupo.

"Y SE COMIO, BEBIO y oyó cantar con su bella voz de barítono a aquel figurón sencillo, gozador sin aspavientos de su gloria, hasta pasadas las cinco de la mañana, y Liceaga y Gardel intercambiaron tarjetas, y éste prometió al torero llamarle al llegar a México, y aquél brindarle un toro y...

"SE PROPALO QUE el guitarrista José María Aguilar, sobreviviente de la catástrofe, ocupó por equivocación el asiento que correspondía a Gardel en el avión F 31 Ford, de la empresa SACO, Servicio Aéreo Colombiano. Enloquecido por la pena y por el dolor de las quemaduras, a los dos días Aguilar me dijo: 'No hubo equivocación. Carlitos decidió sentarse adelante, casi al lado del piloto, para que les sacaran una foto a él y a Le Pera en la reducida cabina.' Y sí, esa foto ha recorrido el mundo."

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