Retrospectiva del arquitecto estadunidense en el MAM
Invariable, la visión utópica de Frank Lloyd Wright
Ciudad viviente incluye planos y maquetas, entre otros
El conjunto de su obra suma casi mil proyectos
MERRY MAC MASTERS
Aclamado como el arquitecto más relevante de Estados Unidos -él mismo se consideraba ''el más americano de los americanos"-, ya que su obra de índole orgánica permeó una parte sustancial de la arquitectura del siglo XX, Frank Lloyd Wright (1867-1959) es tema de una exposición retrospectiva que mañana será inaugurada a las 20 horas en el Museo de Arte Moderno, con la colaboración del Museo Nacional de Arquitectura, ambos recintos del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Frank Lloyd Wright y la ciudad viviente, integrada por planos, dibujos, maquetas, fotografías, mobiliario, libros, incluso, textiles, es la primera muestra en vincular los diseños del nativo de Richland Center, Wisconsin, con su idea de la comunidad ideal y fue organizada hace cuatro años por el Museo Vitra de Diseño, en Weil am Rhein, Alemania. Con una inversión de cerca de un millón de dólares, la exhibición ya se ha visto en varias ciudades europeas. Después de aquí, viajará al Museo de Arte Contemporáneo (Marco) de Monterrey y tal vez a Guadalajara.
El encanto de Japón
Alexander von Vegesack, director del Museo Vitra de Diseño -el mismo que ''circula" la exposición del arquitecto mexicano Luis Barragán- relata que la idea de la muestra nació a raíz de una de dibujos que el Museo de Arte Moderno (MoMa) de Nueva York dedicó a Wright. Lo que impresionó a Von Vegesack, aparte de la ''extraordinaria" personalidad del arquitecto, fue la manera en que ''empezó a trabajar con la arquitectura cuando visitó a Japón, cultura que estudió. Incluso, compraba dibujos y objetos de ese país para financiar sus viajes (el primero fue en 1905)".
Para el entrevistado, la curiosidad de Wright, su estudio de otras culturas, el análisis de la experiencia personal para generar nuevas ideas seguirán constituyendo una lección para los jóvenes arquitectos, gracias a lo cual permanecerá como ''uno de los grandes ídolos" en ese arte.
No obstante, el primer problema al plantear la exposición fue que el público europeo conocía el nombre de Wright, pero no su obra más allá del edificio que diseñó para el neoyorquino Museo Guggenheim de 1943 a 1946 (construido de 1956 a 1959), o la espectacular casa Kaufmann, Falling water (Agua cayendo), realizada en 1936, en Bear Run, Pennsylvania.
Mediante la Fundación Frank Lloyd Wright se desarrolló un nuevo sistema para exhibir los cerca de 120 dibujos de la muestra, es decir, como grandes transparencias iluminadas y reproducidas en tamaño original. Al hacerlo, apunta Von Vegesack, descubrimos que la calidad del material fotográfico que usamos de la Fundación Getty superaba la original. Para captar un público más amplio e incluir todas las partes de su diseño orgánico se consideraron textiles, ventanas, vidrios, muebles, bueno, hasta sus famosos bloques de concreto ''texturizados". Para Wright no bastaba con ser el arquitecto de un edificio, también había que cuidar cada objeto del diseño interior.
La retrospectiva se divide en nueve categorías de edificios: para trabajos comunitarios, para usos comerciales; dedicados al culto; para usos didácticos; dedicados a las artes; para usos recreativos; de viviendas individuales y de viviendas comunitarias. Wright diseñó edificios para todos los aspectos de la vida. El conjunto de su obra suma casi mil proyectos. No todos se concretaron como, por ejemplo, la casa que proyectó para Raúl Bailleres en Acapulco. Cabe apuntar que en 1943 la Sociedad de Arquitectos de México nombró miembro honorario a Wright. En 1953 recibió el título de visitante distinguido.
El nombre de la exposición Ciudad viviente retoma una utopía de Wright en la que anticipó la descentralización de la ciudad actual, hecha posible gracias al automóvil y la comunicación electrónica. En la Ciudad viviente de Wright, las personas son menos alienadas; las áreas para vivir, trabajar y descansar están cercanas. En sus edificios, como en sus escritos, Wright promovió una visión humanista e idealista de una sociedad democrática, reunida con la naturaleza a la vez que buscó la manera de renovar la relación del individuo libre con la sociedad. La muestra del Museo de Arte Moderno incluye una réplica de la maqueta original de Ciudad viviente.
Uno de sus últimos proyectos fue de tipo urbano fantástico para Bagdad. Respecto de sus últimos años, hay quienes dicen que el arquitecto parecía listo para iniciar un nuevo estilo con cada proyecto de envergadura. Sin embargo, un análisis cuidadoso de los dibujos de sus periodos más tempranos de actividad revela que se trataba de la realización de ideas largamente cultivadas.