lunes 24 de junio de
2002 |
Maestros Cuestión de enfoque n Gustavo Santin Nieto |
Casi tan importante
como la campaña macartista desarrollada por la Business
Software Alliance y el Instituto Mexicano de la Propiedad
Industrial resulta para el sector educativo un tema que
se vuelve recurrente: el de la evaluación educativa.
Mientras se desarrollaba en nuestro país una campaña
para que el "buen vecino", ¿el amigo?, el
competidor y/o el enemigo denunciara anónimamente a los
usuarios de software pirata, en las escuelas de
educación básica de la nación se desarrollaba las
olimpiadas del conocimiento. Mientras que los émulos del
Big Brother original, que no la caricatura televisiva,
sicarios de un estado totalitario visualizado en 1948 por
George Orwell, promovían que las denuncias en defensa
del status quo partieran del seno familiar, particulares,
trabajadores de la educación y la organización titular
de las relaciones laborales, el Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE) se oponían a un
proyecto que, por tan cacaraqueado, a pesar de provenir
de dictados internacionales de carácter transexsenal,
pareciera destinado al limbo gubernamental en lo que
resta de la presente administración federal Pero la oposición del SNTE a la evaluación pareciera ser una resistencia razonada y con razón. Reacios a cargar con una culpa que recae de acuerdo a los tatiaskas magisteriales, en quienes han formulado y operado las políticas educativas del México revolucionario, acotan que si bien no se oponen a ser evaluados sí quieren ser participes del diseño de un proceso en el que se requiere partir necesariamente de la base de la estructura educativa para que cada cual cargue con sus propias culpas. Consientes de que olimpiadas del conocimiento o no, el nivel de los alumnos mexicanos más avanzados que cursan el nivel de educación básica alcanza en términos de evaluaciones realizadas por organismos internacionales, en las que los alumnos de la República de Cuba quedaron en la última evaluación mejor posicionados que sus homólogos norteamericanos, una calificación equivalente a 6 en una escala de 10, señalan su deseo por participar en el diseño de políticas públicas que ofrezcan mejores resultados. Producto de algún diagnóstico propio señalan que en primer término debería evaluarse el funcionamiento de la estructura central de las secretarías de educación pública en la nación, el papel preponderante que juega una burocracia enorme e ineficiente y en paralelo evaluar planes y programas de estudio, recursos invertidos en la formación de los niños por los diferentes gobiernos, incluidos los actuales, las políticas de formación, actualización y capacitación de docentes, el escaso o nulo mantenimiento de los edificios escolares y la falta casi absoluta de material didáctico y el oscurantismo total en cuanto al uso de nuevas tecnología en este sector. Cuestión de enfoque; valdría la pena reflexionar, sólo por hacer en un ejercicio y concluir quien sería el responsable de la mala enseñanza de muchos alumnos del ciclo de educación secundaria, si los maestros por sus pocos conocimientos o la política oficial que para promover a maestros de educación básica por generaciones los a habilitados como maestros de educación media con sólo un poco más de 100 días de asistir a clase en seis años de cursos de capacitación. |