Aguilar Coronado
vs Víctor Hugo Valencia
El ascenso de
Humberto Aguilar Coronado como subsecretario de
Desarrollo Político en el gobierno de Vicente
Fox Quesada no beneficia sólo al promovido sino
que podría redituar bonos al edil de Puebla,
Luis Paredes Moctezuma, en su proyecto político
personal.
Hay que recordar que "el tigre" panista
-hay otro "tigre" en la escena
política local, afiliado al PRI, apellidado
Achard y llamado Arturo, que salió corrido de la
SCT por sus cochupos- apoyó abiertamente a
Paredes Moctezuma cuando éste buscó la
candidatura a munícipe en las internas de
Acción Nacional. Hoy, Aguilar Coronado y Ana
Teresa Aranda Orozco -quien antes de ser
funcionaria estatal era fiel a las tradiciones
conservadoras y acostumbraba utilizar su nombre
de casada- parecen ser los protectores del
alcalde angelopolitano, quien cubierto por ese
manto se siente omnipotente.
La batalla pública más importante de Luis
Paredes Moctezuma en estos momentos es por su
locuaz ocurrencia de construir un estacionamiento
subterráneo en el zócalo. Y la única instancia
que tiene facultades para impedir que ese delirio
se concrete es el Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH), cuyo delegado,
Arturo Valencia Valera, ya le advirtió
tímidamente al panista que sus intenciones, tal
y como han sido planteadas hasta la fecha, no
tienen futuro porque atentan contra el patrimonio
cultural de la humanidad.
La tibia reconvención hecha por el delegado fue
respondida con un alud de descalificaciones y
desafíos de la Comuna, especialmente por Paredes
Moctezuma y Maximino Bear Sanz, su mano derecha
en el despropósito de los aparcamientos y otros
asuntos de naturaleza similar. Valencia Valera y
su equipo, lejos de actuar con el rigor que la
ley le obliga y que la sociedad civil l
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demanda, han guardado un silencio
que hace suponer que tienen más temor que
prudencia.
El laconismo de la delegación del INAH puede
tener su origen en un rumor que comenzó a correr
desde hace dos semanas y en la que está por
concluir subió como la espuma: que Víctor Hugo
Valencia Valera se va de Puebla por su oposición
a los proyectos de Luis Paredes y que el promotor
de su salida como custodio del patrimonio poblano
es Humberto Aguilar Coronado.
Hay indicios de lo anterior: el lunes pasado
Maximino Bear Sanz se entrevistó con el director
general del INAH, Sergio Raúl Arroyo García, y
quien medió para que el encuentro se verificara
fue Aguilar Coronado. Se dice que el nuevo
subsecretario federal -que a muchos cae bien,
pero otros tantos detestan por su petulancia ha
estado haciendo labor empalagándole la oreja a
cuanto funcionario de primer nivel en el gobierno
de Vicente Fox se lo permite, hablando sobre las
bondades de los proyectos de Luis Paredes y del
beneficio electoral que le redituará al PAN,
especialmente a "los amigos de Fox",
que esos sueños guajiros lleguen a buen
término.
La faena del "tigre" albiazul incluye
además una campaña de desprestigio contra
Víctor Hugo Valencia Valera, acusándolo ante
sus superiores de tomar una posición
"precipitada e interesada" para
obstaculizar los "nobles" propósitos
que el edil panista tiene para la zona monumental
más grande del país y para los "amigos de
Fox".
Aunque algunos opositores de Paredes Moctezuma
consideran que Víctor Hugo Valencia Valera debe
ser relevado por alguien que venga a poner al
edil en su lugar, lo cierto es que si el actual
delegado se va es casi seguro que sus sustituto,
por los oficios de Humberto Aguilar, llegue con
la encomienda de darle todo tipo de facilidades a
las locuras del presidente municipal. |
Además, si en el INAH de Puebla
cambian de titular, la figura de Luis Paredes se
fortalecerá ane la opinión pública, porque se
dirá que Valencia Valera perdió el puesto por
haber censurado a priori los subterráneos. Al
interior de Acción Nacional, el presidente
municipal se afianzará en la carrera por la
candidatura a gobernador, ya que el alcalde y su
séquito no perderán la oportunidad de presumir
ante sus correligionarios su influencia en el
gobierno federal. Finalmente, si Víctor Hugo
Valencia parte de la entidad, también será un
mensaje de la administración Fox al mandatario
Melquiades Morales Flores sobre las simpatías
con que cuenta el huésped del palacio municipal.
Así las cosas, muchos analistas de café opinan
que en estos momentos los únicos que pueden
detener a Luis Paredes son los propios panistas,
quienes deben cerrarle el paso en las
convenciones y asambleas internas para que no
avance con su proyecto político personal. Todo
indica que los albiazules saben bien de esto,
pues ya andan divulgando con insistencia entre
los periodistas que el edil de Puebla "no es
panista" y que sus actos no son avalados por
el instituto político que le prestó sus siglas
para llegar al poder. ¡Lástima que estos
deslindes ocurran sólo en corto!
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